Paula Ortiz: «No sé si yo hubiera podido seguir haciendo cine sin la Seminci»

«Pocos entienden que la clausura es libertad». Es una de las frases que pronuncia Teresa de Jesús en el largometraje que Paula Ortiz presenta en Seminci bajo el propio nombre de la mística, Teresa, a secas. Una adaptación de la obra teatral de Juan Mayorga ‘La lengua hecha pedazos’, que permite a la cineasta volver a una ciudad que relanzó su carrera en 2011. «No sé si yo hubiera podido seguir haciendo cine sin la Seminci», afirma con una sonrisa en el rostro. El Premio Pilar Miró reconoció su ópera prima ‘De tu ventana a la mía ’, y desde ese momento hasta la fecha «han pasado 12 años de vida muy fuerte e intensa, he sido madre, y cinematográficamente he cambiado mucho», reconoce Ortiz que asegura sentirse «más resistente» y haber aprendido «a medir las fuerzas. Hacer una película es un milagro bastante improbable y si la vas a hacer tienes que ser todo lo más valiente posible».

Y ahora le llega por partida triple, Teresa que llegará el 24 de noviembre a los cines, ‘Al otro lado del bosque y entre los árboles', una adaptación de Ernest Hemingway y en Primer Video podrá verse ‘Hildegart’ próximamente . «Se ha dado este hecho extraordinario, esto es el fruto de los últimos cinco años. estoy feliz de que salga a la luz y que personajes tan distintos como es Henningway y Teresa de Ávila o Hildegart Rodríguez, todos son abismales, contradictorios, vean la luz».

 

Teresa, explica, «ha sido el mayor reto que he tenido. Teresa es uno de los personajes más inabarcables, apabullantes, abismales, contradictorios, poderosos y hermosos que tiene la cultura occidental» , y parafrasea a Walter Benjamin al señalar que «hay ángeles de la historia, personajes tan poderosos que pueden ser leídos bajo cualquier agenda cultural o histórica». Y eso es lo que pretende mostrar gracias a la adaptación de la pieza teatral de Mayorga: «Ha hecho un ejercicio de orfebrería literario maravilloso. Yo había leído mucho a Teresa de Jesús en la universidad y me fascinaba, pero no sabía cómo abarcarlo porque hay mil Teresas. Juan hizo este duelo entre Teresa y su peor enemigo, un inquisidor que la quiere quemar» . Papeles que encarnan Blanca Portillo y Asier Etxeandia.

 

Una adaptación que la ha permitido «romper las barreras del teatro y navegar por su vida, por su memoria e imaginación sin solución de continuidad para poder llegar a la palabra más fuerte de Teresa , al pensamiento más contradictorio, más tenso, más violento y a los vuelos más hermosos, ella es una enorme creadora de mundos». Esas «dudas, el conflicto interior que tiene en sí mismo», expone es parte del guion de la película que pretende honrar a la palabra. «Para los amantes de la palabra uno de los grandes retos de la película era llevar el lenguaje hasta el final a la máxima expresión de violencia y de gozo». Un largometraje rodado en Cataluña y en Aragón, buscando «reproducir a través de la naturaleza, de la impronta de los elementos, un tipo de experiencia interna y poética muy particular, era muy importante los conventos, lugares sagrados donde pudo haber vivido, sino también los abismos, los cortados de la montaña, el fuego, las nubes o el agua que te hicieran envolver en esa experiencia mística».

Ortiz se deshace en elogios hacia Blanca Portillo, «una actriz superdotada » a la que acompaña en Valladolid en la entrega de la Espiga de Honor a su trayectoria, que afirma «tener una manera de transitar hacia los personajes única. El conocimiento tan delicado de la palabra solo lo podía tener ella», explica Paula Ortiz que preguntada por si la volveremos a ver en febrero en la gala de los Goya, sonríe: «Ojalá, eso tendrán que decirlo los académicos».