PHotoEspaña y Ana Teresa Ortega avivan la memoria silenciada de la represión
Las Francesas acoge dos series de la Premio Nacional de Fotografía y el Campo Grande, una de la mexicana Ana Treviño
A falta de que, el próximo mes de julio, recuerde en la sala de La Pasión los trabajos que Kati Horna y Margaret Michaelis realizaron durante la Guerra Civil Española, con la muestra Las cajas de Ámsterdam , y a la espera de que, el próximo día 22, cuelgue Momentos en la ciudad , captados por la Asociación Fotográfica Vallisoletana y compartidos en la sala de San Benito, PHotoEspaña desplegó ayer en Valladolid por segundo año consecutivo la mitad de su programación para 2023 , con las series Cartografías silenciosas y De trabajos forzados de Ana Teresa Ortega , en Las Francesas; y los Retratos de la mexicana Ana Treviño adornando el Campo Grande.
Y la ganadora del Premio Nacional de Fotografía en 2020 acudió a la antigua iglesia vallisoletana para presentar dos series conectadas entre sí, largamente trabajadas en el tiempo, que hablan de la represión franquista durante la Guerra Civil Española y en los años de la dictadura. «Buena parte de aquella represión tuvo lugar en un marco religioso como éste», recordó Ortega para remarcar lo pertinente del espacio escogido para mostrar ambas propuestas.
Edificios civiles, como la plaza de Toros de Valladolid o las paneras del Canal de Castilla, forman parte de esas Cartografías religiosa s retratadas por Ortega, que recordó que hasta 1970 permaneció activo el último destacamento con presos políticos, con su trabajo forzoso levantaron la lujosa colonia Mirasierra de Juan Banús, por ejemplo. «Las prisiones se llenaron y se habilitaron prisiones improvisadas, muchas de ellas en edificios religiosos, en seminarios, conventos o iglesias», recordó la fotógrafa. Uno de ellos, también retratado en Las Francesas, es la abadía burgalesa de San Pedro Cardeña.
Ortega, durante la inauguración de la muestra, lamentó que ese ejercicio de memoria, ese deseo de «ubicar, y dar sentido y contenido», en palabras de Ana Redondo, a lugares que han perdido la memoria del pasado, no haya partido de las instituciones. «Nadie, de ningún signo político, quiere que se visibilicen, que se reconozcan como espacios de memoria», censuró la artista, que muestra 51 enclaves que dan testimonio de aquella gran cárcel que fue España. En De trabajos forzados , la alicantina posa su lente en una veintena de lugares, desde presas como la de Riosequillo a una de las fábricas de la Sociedad Nacional Industrias Aplicación Celulosa Española, en Torrelavega.
Desde ayer se puede ver también los alegóricos Retratos de Adriana Treviño. La flor, como representación de lo femenino. Una serie, explican desde PHotoEspaña, que bebe del mito de Flora y Céfiro –la diosa de las flores raptada por el dios del viento– para «cuestionar las construcciones sociales en torno a lo femenino». Obras como Romeo y Julieta en el valle de la muerte o Fading parecen evocar lo efímero y lo frágil de la belleza.
Ambas propuestas permanecerán en Valladolid hasta el próximo 20 de agosto.