Aida Sandoval regresa a Difácil con una áspera y tierna «historia de supervivencia»
Con ‘Animales hambrientas’ la escritora asturiana se adentra en el abismo de una mujer golpeada por la enfermedad de los suyos y empeñada en boicotearse
Qué hacer, lector, cuando la vida te manda a la lona, cuando la enfermedad se ensaña con los tuyos, cuando te das cuenta de que, en algún momento del camino, te despistaste tanto como para sentirte perdido y envejecido a tus 40 años, cuando has vivido tantos naufragios que ya tiemblas hasta en un mar en calma... Si eres como la protagonista de Animales hambrientas , te aferrarás a tus instintos más primarios para sobrevivir, como una criatura salvaje que ignora las emociones .
Tras publicar Golpes de memoria (2019), Aida Sandoval regresa al catálogo de Difácil con una novela tan áspera como emotiva, tan sensual como tierna, tan dolorosa como divertida.
Su protagonista es una mujer sin nombre asfixiada por los traumas familiares: su marido padece Alzheimer y su única hermana, madre de una adolescente desnortada que nunca ha sabido quién es su padre, trata de sobreponerse a un ictus. Y ni siquiera le queda el consuelo del recuerdo de un pasado conyugal feliz, amenazado por las sombras de la duda y de la culpa. ‘Una mujer triste siempre tiene el doble de peligro para sí misma que para los demás’ se dirá mientras se entrega, por necesidad, a los brazos de un muchacho quince años menor .
Sexo, mucho. Emociones, siempre contenidas. Hay que seguir los siete mandamientos orwellianos: ‘Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo’. Y es que Rebelión en la granja , de distintas formas, marca la vida de la protagonista; también la estructura de un libro que invita a ir mucho más allá de una simple lectura epidérmica.
«Ella nunca fue así, siempre tuvo una vida tranquila, estable... Normal, se diría. Pero un día la vida le da un viaje, y todo se le viene abajo. Le agobian las cargas familiares, porque a nadie le gusta cuidar a enfermos. Nos puede pasar a cualquiera cuando uno va cumpliendo años», explica la escritora gijonesa en declaraciones a este diario.
A nuestra protagonista –en cuya cabeza resuena una sentencia de su madre: a esta vida venimos a perder– le pesa envejecer tanto como el qué dirá el vecindario, o su familia, si se descubriese su relación con el joven Gabriel, a quien impone silencios y reglas draconianas. «Sin caer en feminismos, que el libro no lo pretende, esa herencia cultural la tenemos todas. La hemos mamado, como si fuese un patrón para encajar bien en la sociedad: tu pareja ha de ser de tu edad o algo mayor; se ve mal ver a mujeres con chicos jóvenes, cuando eso no pasa a la inversa. Nadie dice nada de las relaciones de Di Caprio con veinteañeras, y hasta nos reímos, pero si pasa al revés nos sigue chocando. Gabriel, sin prejuicios, es el contrapeso, es otra generación, que por suerte va cambiando los roles sociales. Eso me gusta», explica Sandoval.
Para la autora de La luz de mi propia sombra ( 2015), Animales hambrientas es, por encima de todo, «una historia de supervivencia». «Hay quien ve esta novela como una historia de amor. Pero cómo va a querer a alguien esta mujer, que está tan perdida y que no se quiere ni a sí misma», se pregunta la autora, que levanta unos personajes que se mueven por las páginas del libro como animales heridos .
Aida Sandoval presentará Animales hambrientas este viernes, 23 de septiembre, en la Librería Oletvm de Valladolid (19.00 horas), en un encuentro junto a la escritora Eva Aparicio Ramos.