El MUVA ‘rescata’ 40 años de búsqueda sin fin en el tórculo de Alberto Valverde

El Museo de la Universidad de Valladolid despide el curso con una cuidada –otra más– y oportuna exposición dedicada a Alberto Valverde (1953), creador y maestro de artistas, que en Rescate reúne trabajos realizados en las últimas cuatro décadas. 

«La plancha es mi pincel», apunta Valverde rodeado de sus obras y bocetos. En el MUVA exhibe acrílicos, grabados en diferentes técnicas, trabajos realizados con pulpa de papel, gofrados, tintas chinas, pequeñas esculturas ... Y el suyo, sea cual sea su forma, es un ‘pincel’ consagrado a contar historias y a filtrar emociones, a desplegar escenas taurinas a los pies de una fortaleza, un rinoceronte que evoca a aquel que imaginó Durero y montañas que rinden tributo a Cézanne, o composiciones abstractas acunadas en la hondura del flamenco de Enrique Morente y en la poesía de San Juan de la Cruz o de Juan Larrea. 

También es un ‘pincel’ consagrado a explorar. «Trabajo con lo que cae en mis manos», reconoce el maestro de colectivos como Aguafuerte, Talla Dulce o Cinco de Cinco, y responsable durante lustros del hoy ya extinto Taller de Grabado Municipal. El papel de plata de las cajetillas de tabaco, el estaño de las cápsulas de vino, las radiografías o el interior del tubo de los dentífricos se convierten, bajo sus manos, tras una manipulación previa, en el soporte sobre el que desarrollar sus trabajos, en un medio con el que seguir investigando con sus propias técnicas de grabado. En Rescate , por ejemplo, se pueden ver trabajos de la serie Düsseldorf Suite , realizados en 1984 con una beca en la Kunst Akademia de Düsseldorf, en los que experimentó con la técnica de la litografía rehuyendo de la habitual práctica de usar una única piedra por cada capa de color. 

Sin reparos, rescatando de aquí y de allá, como cuando en plena guerra de Irak mezcló tinta china con azúcar, sal y el café del desayuno para realizar su libreta Calaveras . 

En la sala del MUVA Valverde exhibe Strange atractors , grabado realizado en 1986 con técnicas aditivas –collagraph y carborundo– y punta seca sobre tres planchas de aluminio, en el que incorpora elementos cotidianos –clips, llaves, alambres...– para conformar un singular palimpsesto de signos extraños. Cuatro años después realizaría Nautilus, un trabajo de la misma naturaleza aunque de mayor envergadura que muestra un entorno infectado de residuos. 

Rescate permanecerá en la sala de exposiciones del Edificio ‘Rector Tejerina’ (plaza Colegio de Santa Cruz) hasta el próximo 9 de septiembre.