El LAVA evoca cuando el país se acercó al abismo
Recuerda el atentado de 1977 en ‘Atocha, el revés de la luz’, con los vallisoletanos Nacho Laseca, Alfredo Noval y Luis Heras
Estrenado en enero del pasado año, y dos días antes de que se cumpla el 45 aniversario del fatal suceso, llega este sábado al Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA) Atocha, el revés de la luz , el primer montaje teatral que revisa el atentado en un despacho de abogados laboralistas, un 24 de enero de 1977 , cuando los ultraderechistas Carlos García Juliá, José Fernández Cerrá y Fernando Lerdo de Tejada, buscando a un dirigente comunista, asesinaron a cinco personas, dejando heridas a otras cuatro.
«Quienes vivieron aquellos años no necesitan mucho para recordar aquel atentado. Fue algo que marcó, que sigue conmoviendo. A los más jóvenes, sin embargo, cuando les hablan de Atocha piensan en los atentados de marzo de 2004», explicaba hace un año, en declaraciones a este diario, el director del montaje, Javier Durán Pérez.
«Esta obra no debería dar miedo a nadie. Si algo pasó después de aquel fatídico día, y es una de las claves para nosotros, es que se concitó un rechazo unánime. Los muertos no eran de los míos o de los tuyos; eran de todos. Es imposible ponerse de otro lado que no sea del de las víctimas », advirtió el también dramaturgo, que escribió la obra a partir de las conversaciones con Alejandro Ruiz-Huerta, el único de los presentes en el atentado que hoy sigue vivo, y que dejó la abogacía después de aquel fatídico día en el que fallecieron Enrique Valdelvira, Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo, Serafín Holgado y Angel Rodríguez.
El montaje está protagonizado por tres egresados de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León e integrantes de la compañía vallisoletana Malalengua, como Nacho Laseca, Alfredo Noval y Luis Heras, así como por Fátima Baeza y Frantxa Arraiza. Interpretan a una veintena de personajes, incluidos Enrique Ruano, el militante antifranquista asesinado cuando era custodiado por la policía del régimen, Manuela Carmena, que pertenecía al bufete de abogados, o Cristina Almeida, que participó en el juicio a los terroristas.
El montaje gira en torno a la figura de Ruiz-Huerta (Laseca), a su lucha por sobreponerse, paralela al propio ejercicio de reconstrucción del país. «Al poner el foco en la historia individual de Alejandro iluminamos también la colectiva», explicó Durán.