Diario de Valladolid

Imanol Arias: «La pandemia, como hizo Gabo, muestra que nos olvidamos de los mayores»

El veterano actor leonés regresa hoy con ‘El coronel no tiene quien le escriba’ al Teatro Carrión, junto a Cristina de Inza, Jorge Basanta, Fran Calvo y Marta Molina

Imanol Arias en 'El coronel no tiene quien le escriba'. | SERGIO PARRA

Imanol Arias en 'El coronel no tiene quien le escriba'. | SERGIO PARRA

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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‘Nunca es demasiado tarde para nada’, espetará orgulloso a su mujer y, también, al padrino de su hijo asesinado. La proclama del viejo coronel, optimista incorregible, volverá a sonar un año y medio después en el Teatro Carrión –hoy sábado, a las 20.30 horas– cuando Imanol Arias, Cristina de Inza, Jorge Basanta, Fran Calvo y Marta Molina vuelvan a poner en escena el clásico de Gabriel García Márquez , El coronel no tiene quien le escriba , espectáculo dirigido por Carlos Saura y adaptado por Natalio Grueso .

¡Quién pudiera mantener ese espíritu inquebrantable hoy en día! "Se me ocurre que esa sea quizá una reflexión propia de los pueblos antiguos incaicos, que pensaban que el pasado estaba en el futuro y que el presente era ya el pasado. De alguna manera, toda la carga del pasado el coronel la lleva a un deseo de futuro. Es tanto lo que ha dejado atrás, que piensa que nunca es tarde... Sobre todo para un gallo", reflexiona en declaraciones a este diario el actor leonés, que celebra la vuelta a Valladolid del espectáculo. "Es la misma partitura, pero suena diferente aunque tenga los mismos intérpretes", advierte el recordado protagonista de películas como El Lute, El amante bilingüe o La flor de mi secreto .

Para el de Riaño, este montaje teatral, el segundo en el que ha participado en los últimos 25 años volcado como ha estado en el cine y la televisión, "no significa lo mismo, ni se ve igual" ahora que antes de la pandemia. Esta obra que dibuja una sociedad violenta, opresiva, censora y corrupta, que despoja a sus individuos de cuanto tienen hasta dejarles casi en la nada, resuena hoy diferente. ‘Nos estamos pudriendo vivos’, lamentará la mujer del coronel.

"Estos meses de gira, la obra ha adquirido puntualidad con respecto a algunas imágenes: la pandemia nos ha enfrentado a situaciones tremendas de sorpresa, desconsuelo y debilidad y, sobre todo, ha mostrado una tendencia que la obra de Gabo apunta: la de olvidarnos de nuestros mayores. En la pandemia se nos han muerto muchos y sin saber por qué. Y cualquier ser humano tiene derecho a saber sobre su último momento. Es algo vital y no se ha podido cumplir en todas las ocasiones. Así, la obra, en esa lanzada de cartas final, se convierte casi en un homenaje a todos los que nos han dejado cuando tenían toda la sabiduría, cuando nos habían educado y alimentado ", lamenta Imanol Arias, que subraya el deseo de su coronel por asistir a unos cambios que van más allá de la llegada de su esperada pensión, que tienen que ver con un cambio general, de ahí que se interese por las novedades que pudieran  traer consigo los periódicos.

Y mientras la buena y resignada mujer del coronel disfraza las penurias cocinando piedras, y mientras una y otro depositan, a su manera, las esperanzas de futuro en el gallo de pelea de su hijo asesinado, el viejo militar no pierde la fe. ¿Descubre uno algo cuando convive durante dos años con alguien así? "Seré sincero: uno sabe que tiene que aprender algo pero no sabe cómo. Nota que hay algo, que encuentra algo en esas reflexiones de vida que, además, se descontextualizan muchísimo, porque da igual que el tipo sea un coronel o que viva en un río apartado en la selva amazónica colombiana... Da igual. Uno se pregunta de dónde sale esa luz pese al dolor de huesos de cada mañana, pese al hambre. Tiene que ver con el amor a la vida . Así de simple. Eso que para él era tan sencillo, le lleva a uno a pensar en la meditación, en esos coaches modernos: levántate con un objetivo nuevo cada día, no puedes cambiar tu vida si no lo hacen tus hábitos... Antes de interpretarlo medito un poco, me pongo en ese estado positivo que Gabo García Márquez definía como bailongo, cariñoso, cercano... El trabajo, después de dos años de gira, lo sustentamos en esa parte filosófica y psicológica de la obra. Me gusta verlo así", reconoce el veterano actor.

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