SEMINCI
Pasolini teje en Seminci un drama sobre el amor, la vida y la muerte
El cineasta italiano regresa al festival donde fue Jurado hace tres años con ‘Nowhere Special’ y los hermanos Nasser lo hacen con ‘Gaza mon amour’, una límpida fábula llena de ternura
Siete años después de su última incursión tras las cámaras, con Nunca es demasiado tarde, el cineasta italiano Uberto Pasolini (más conocido por su faceta como productor en títulos como Full Monty) presentó ayer en Valladolid Nowhere Special, su tercer largometraje como director. La película, recibida con aplausos en la 65 Seminci, se inspira en hechos reales para narrar el vínculo entre un padre soltero y su hijo de tres años mientras buscan una familia a la que entregar al pequeño en adopción, ante una enfermedad incurable que empuja al progenitor hacia la muerte.
El relato se sustenta principalmente sobre la interpretación del británico James Norton (Mujercitas), que encarna a John, un abnegado limpiacristales que vive envuelto en silencio y soledad, entregado a un hijo pequeño que cuida con devoción. Dos tormentos le atenazan: su inevitable futuro, ligado a la enfermedad; y encontrar la mejor solución para el futuro de su querido hijo, interpretado con gancho por el pequeño Daniel Lamont.
De la escasa información sobre el pasado de los personajes que aparece con pinceladas en la película (ni siquiera se menciona qué empujó a la madre de vuelta a Rusia, su país natal, en el metraje), el espectador deduce que la infancia del propio John no fue fácil, pasando por hogares de acogida y luchando contra los elementos, un camino que él ahora intenta evitar para su retoño, para quien busca una vida de oportunidades que él no tuvo, informa Ical.
Con el reto de rehuir del sentimentalismo y el melodrama en una historia tan lacrimógena de partida, Pasolini (que fue integrante del Jurado Internacional de la Seminci hace tres años) explicó ayer que en su aproximación a los personajes se valió de referentes como Ozu o los hermanos Dardenne, que alcanzan a emoción a partir de planteamientos y enfoques «aparentemente sencillos».
Pasolini explicó que siempre busca sus historias «en los hechos de la vida de todos los días en diarios y periódicos». «Leí un artículo que hablaba de un padre que en los últimos de vida fue buscando una nueva familia para su hijo de cuatro años. Era un padre soltero sin familia, la mamá había dejado la familia dos meses después del nacimiento del niño y los dos vivieron juntos como una pareja esos cuatro años. Me pareció inmediatamente una historia muy especial y una oportunidad de hacer una peli de una historia de amor un poquito diferente entre un padre y un hijo. Una peli que te deje esperanza en la vida, en el amor, y me puse a hacer la búsqueda de los asuntos de la muerte, de la adopción», relató.
También ayer regresaron a Seminci los hermanos gemelos palestinos Tarzan y Arab Nasser. Cinco años después de haber presentado su ópera prima, Dégradé, volvieron con Gaza mon amour, un canto a la vida y al amor, que, pese a las dificultades, es capaz de abrirse camino incluso en las circunstancias más adversas. Con tono de fábula naíf enmarcada en el ambiente bélico que se respira a diario en la Franja de Gaza, los cineastas desgranan la historia de amor entre Issa, un pescador solterón de 65 años, y Siham, una viuda de la que está perdidamente enamorado. Los hermanos Nasser explicaron que el origen de la película está en un suceso real, cuando un pescador encontró en Gaza en 2014 una estatua antigua del propio Apolo, que Hamás confiscó para venderla y financiar la lucha armada contra Israel.