Diario de Valladolid

CENTRO REGIONAL DE ARTESANÍA ‘LUZ INTERRUMPIDA’, HASTA EL 12 DE ENERO

Geisselmann y el vidrio como lienzo para el arte

La artista alemana reflexiona en su obra sobre la naturaleza, la memoria y la identidad cambiante

Bettina Geisselmann posa en Cearcal .-ICAL

Bettina Geisselmann posa en Cearcal .-ICAL

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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El Centro Regional de Artesanía (Cearcal) inauguró ayer la muestra Luz interrumpida, de la artista alemana afincada en Valladolid Bettina Geisselmann. Un trabajo sobre la naturaleza, la memoria y la identidad que gira en torno al vidrio.

«El vidrio me atrapó. Tiene muchísimas posibilidades. Se le ama porque siempre es un reto trabajar con él», subraya la creadora, que considera que aún queda mucho por investigar en torno al material. «Tiene mucho carácter, siempre invita a varias lecturas según la perspectiva, el modo en que refleja la luz o el juego con la transparencia o la opacidad, que permite tantas interpretaciones...», reivindica esta artista multidisciplinar que, acostumbrada a trabajar con la fotografía o el vídeo, aprendió los secretos del vidrio en los talleres de Cearcal.

Geisselmann imprime en delicadas láminas de vidrio –mediante termoconformado– la huella de hojas de tabaco, que evocan la historia de tantos emigrantes de los pueblos del norte de España que buscaron un futuro en torno a la planta, y la de tantos pueblos que hicieron de su cultivo una forma de vida hoy en desuso. El vidrio manipulado hasta ser convertido en una ventana desde la que leer el pasado.

Y suspende Geisselmann en el aire vasijas que un día estuvieron rotas, reconstruidas por ella mediante soldaduras de estaño, aunque incompletas. Son como los restos de un naufragio; como vestigios hallados en un yacimiento. «Son un intento de recomponer algo como el pasado. Cada pieza tenía su propia historia. La vida hoy se transforma muy rápido, las identidades son cambiantes, aunque no nos damos cuenta de que vivimos una transformación constante», reflexiona Geisselmann ante unas piezas que un día fueron recipientes de vino y ahora son obras de arte.

Y reconoce la artista su interés por conocer «las costumbres, lo que está anclado en el pasado, de dónde venimos». «Parece que son cuestiones que olvidamos. Trabajar con las manos ayuda a volver a centrarte, te llena de energía como en un ritual. Trabajar con la tecnología es muy frío».

Y compone sobre la pared una suerte de gráficas, de estadísticas despojadas de datos. «Vivimos en la era del Big Data y, en realidad, no entendemos nada. Pierden su razón de ser tantos datos. Hay que tender hacia un equilibrio general, hacia lo básico, que se ha ido perdiendo», reflexiona Geisselmann.

Luz interrumpida permanecerá hasta el 12 de enero en el Centro Regional de Artesanía (calle Valle de Arán, 7).

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