«La religión te enseña a asustarte de lo diferente»

Miss Caffeina presentará mañana en la Sala Blanca Lava de Valladolid Detroit, un nuevo disco que da un giro musical hacia el pop y que ha conseguido conquistar las pistas de baile con su primer sencillo Mira cómo vuelo. La banda indie cambia de look y de estilo para volver a sorprender al público con canciones sobre las relaciones sociales, la crítica a la lectura religiosa sobre la homosexualidad o el propio existencialismo. Un álbum que no ha dejado indiferente a nadie y que ha lanzado a Miss Caffeina como cabeza de cartel en algunos de los festivales musicales más importantes del panorama español.

Pregunta.– Tengo una amiga que ha pasado de no escuchar a Miss Caffeina a ser una groupie más, ¿qué tiene de diferente Detroit para enganchar a un nuevo público?

Respuesta.– Detroit ha conseguido conectar mucho más con la gente. Las canciones son para un público más amplio y no tan definido como ocurría con discos anteriores. Tiene también un estilo más disco, funk, música de baile... lo que ha hecho que el primer single ya suene en radios como los Cuarenta Principales. Ha tenido muy buena bienvenida.

P.– Del anterior disco a este... cambio notable en el estilo musical, ¿está el grupo en continua evolución?

R.– Más que evolución, que espero que también ya que con el paso del tiempo aprendes un montón de aspectos musicales, es más la sensación de ser una banda nueva y de estar empezando continuamente. No queremos sacar discos iguales, queremos mostrar varias versiones de Miss Caffeina cada vez que sacamos álbum. Esto nos permite ser más creativos y poder probar con muchas cosas diferentes.

P.– Más fans, más conciertos, ¿cómo está viviendo este momento la banda?

R.– Estamos en nuestro mejor momento, tanto personalmente como profesionalmente. Es la gira que más estamos disfrutando, aunque también es la más larga. Ahora mismo nos dedicamos plenamente a la música y vemos la buena reacción del público, así que el 2016 fue el año de Miss Caffeina y este año también parece que lo es.

P.– Ritmo más pop, disco, electrónico, funk...

R.– Los cuatro somos muy eclécticos y nos gusta mucha música diferente. Además, personalmente cada uno de nosotros escuchamos música muy dispar. Nos gusta enseñar música nueva para nuestro reciclaje y para los oyentes, que así tienen a su alcance otro tipo de disco y se pueden sorprender.

P.– Detroit, ¿título por una ciudad?

R.– Es una de las canciones también del álbum, y nos gustaba englobar ese sentimiento en el título porque es lo que nos ha sucedido un poco a nosotros. Detroit tuvo su esplendor en los años 70 y después fue perdiendo fuelle, un poco lo que nos ocurrió a nosotros con el anterior disco cuando alargamos tanto la gira. Para después parar y empezar de nuevo, hacer un resert de vez en cuando está muy bien.

P.– Y la letra de Oh, Sana... muy directa.

R.– Tenemos una forma de escribir un poco críptica, no muy obvia, pero en esta ocasión el mensaje es muy directo. No solemos hablar de temas sociales, pero esta canción es sobre una historia personal. Este single es para la gente que se asusta de lo diferente, que tiene una educación basada en la religión. Opinamos que la religión separa más que une y que divide entre pecadores y no pecadores, algo que no nos gusta nada. Parece que te enseña a asustarte de lo diferente. Ahora más que nunca el mensaje es necesario, y justo mañana se celebra una manifestación contra la violencia a homosexuales en Chechenia.

P.– ¿Cómo espera que sea el recibimiento del público vallisoletano?

R.– Es una ciudad donde siempre nos ha ido muy bien, donde el público está muy a tope desde el principio. Y ahora que ha empezado la época de festivales, la gira de salas nos apetecía mucho para poder dar un concierto más largo y con canciones que no siempre son tan conocidas.