La 62 Seminci revisará el cine de Islandia y Melville

Con una densidad de población –ronda los 330.000 habitantes– ligeramente superior a la de la ciudad de Valladolid, Islandia acostumbra últimamente a protagonizar gestas, y no sólo por su celebrado paso por la última Eurocopa. Su industria cinematográfica está de moda. Lo sabe bien la Semana Internacional de Cine de Valladolid que, en su 62 edición, dedicará un ciclo a sus cineastas. Sobre la Escuela de Barcelona y la figura de Jean-Pierre Melville, de quien se conmemora el centenario de su nacimiento, pivotarán otras propuestas.

«Islandia ha pasado de coproducir en los ochenta con Finlandia o Noruega a salir del cascarón. Es el fenómeno del momento. Hace un cine especial, con un toque dogma, con un sentido del humor y una manera de ver la vida muy especiales», explicó ayer el director de la Seminci, Javier Angulo, que avanzó su intención de dedicarle «una gran retrospectiva a un director europeo muy querido». «No está cerrado, queremos que venga a recoger una Espiga y a impartir una master class», afirmó.

Como recordaron ayer desde la Seminci, en los últimos seis años han sido premiados en el festival directores como Rúnarsson (Volcano, 2011), Uggadóttir (Revolution Reykjavik, 2012), Hákonarson (Rams, 2015) y Kári (Fúsi, 2015).

Angulo también subrayó la oportunidad que brindará la Seminci de acercarse a las películas que, en los años 60, realizaron unos jóvenes en un momento de singular efervescencia cultural en Barcelona. «Hubo una eclosión de jóvenes creadores a partir del encuentro entre artistas, diseñadores o arquitectos. Hay que revisitar su cine», apuntó el director de la Seminci, que citó nombres como los de Gonzalo Suárez, Joaquím Jordá, Jacinto Esteva, Pere Portabella, José María Nunes, Ricardo Bofill y Vicente Aranda.

En cuanto al homenaje a Melville, Seminci programará un ciclo que incluirá su primer cortometraje, Vingt-quatre heures de la vied’un clown, así como títulos como, Le silence de la mer, Le samuraï o Le cercle rouge.

Profesionalización

Angulo dio a conocer ayer las tres propuestas al término de un Consejo Rector en el que se informó del superávit con el que la Semana cerró la pasada edición, de 462,51 euros. El festival, además, da pasos hacia adelante con el fin de lograr una estructura más estable, con la incorporación de tres técnicos –dos de ellos se encargarán de aspectos contables y el tercero, de gestionar el tráfico de películas–. «Nos esforzamos por darle al festival una estructura más confortable, acorde a las Relaciones de Puestos de Trabajo», apuntó la concejala de Cultura, Ana Redondo, que aseguró estar trabajando para dotar a su área de un profesional que se encargue de la búsqueda de patrocinios privados para la Seminci y el resto de propuestas culturales. De ello dependerá que la Semana pueda programar actividades durante todo el año.