Telón de azúcar lleva la voz de los olvidados a Italia

Con un Sofá de escai a cuestas para dar asiento a tres ácidos y clarividentes ancianos, y convocando a ese puñado de humildes emigrantes, esforzados trabajadores, supervivientes, refugiados y explotados que integran a su pesar El pequeño circo de la pobreza, la compañía vallisoletana Telón de Azúcar parte hacia Italia para participar en la vigésima edición del Festival L’Arlecchino Errante, que se celebra en la localidad de Pordenone y alrededores desde el pasado 6 de septiembre y hasta el 1 de octubre.

Una colaboración, según explicó a este diario el actor vallisoletano Félix Muñiz, que se venía fraguando desde hace tiempo, fruto de su amistad con Ferruccio Merisi y Claudia Contin, responsables del certamen. «Nos conocemos desde hace muchos años, incluso vinieron a Valladolid a impartir un curso como especialistas que son de la Commedia dell’Arte. Querían mostrar allí nuestro trabajo, pero con la crisis no habían podido hacerlo hasta este año, cuando han contado con más apoyos», explicó el intérprete.

Además, los de Telón de Azúcar mantendrán del 26 al 30 de septiembre una residencia artística en la localidad de San Vito al Tagliamento, donde actuarán.

«Ha sido una de las novedades de este año: la organización quería que el festival se extendiera más allá de Pordenone, para llegar a otras pequeñas poblaciones y crear un vínculo con la ciudadanía», afirmó Muñiz.

Muñiz, Urdiales y Peña durante una representación de ‘Sofá de escai’. TELÓN DE AZÚCAR

En el caso de Telón de Azúcar, ésta pondrá en marcha un taller relacionado con su espectáculo El pequeño circo de la pobreza, incorporando a los vecinos con los que trabajen al séquito de desheredados que peregrina en los primeros compases del montaje.

Así pues, el Festival L’Arlecchino Errante permitirá a Telón de Azúcar mostrar sus trabajos más recientes, críticos, apegados a la dura realidad del momento. Desde el clown con el que Muñiz, Virginia Urdiales y Alfonso Peña, tres abuelos compañeros de piso desde la universidad que nunca han conseguido independizarse los unos de los otros, reflexionan sobre una sociedad frágil, precaria y absurda. Desde el teatro físico y de objetos con el que los tres actores y Mada Alejo, mudos y al son de la Sarabande de Haendel, hilan una historia de vacíos, de derrotas y pérdidas.

«Son dos espectáculos recientes. En Italia viven muy de cerca el fenómeno de la emigración; en el caso de Sofá de escai, además, se va incorporando la actualidad a medida que se va representando», recordó Muñiz, que tras la experiencia reciente de la compañía en Honduras y El Salvador confía en que el humor, más allá de las anécdotas más locales, llegue al público italiano como caló allí.