«Este premio es un abrazo, un empujón para seguir en pie»

«El teatro es mi pasión, mi pulmón, mi muleta, mi vida. Por eso he recibido este galardón con una gran ilusión y tremendamente agradecida por este reconocimiento que supone un abrazo y un empujón para seguir día a día al pie del cañón». Así se mostraba ayer la actriz vallisoletana Lola Herrera pocas horas después de conocer que había sido galardonada con el Premio Max de Honor de las Artes Escénicas por «su amplia trayectoria, su dedicación y su compromiso con la profesión».

La noticia le pilló trabajando, algo que lleva haciendo desde hace casi sesenta años, e inmersa en nuevos proyectos de cine, teatro y televisión. «Soy una apasionada de mi trabajo y premios como éste son el mejor estímulo para seguir luchando y creciendo y para compensar algunos momentos de bajón que siempre existen».

No es el primer premio Max que recibe. En 2006 ya obtuvo el reconocimiento como Mejor Actriz Protagonista por Solas. «Pero éste -dice con orgullo- es muy especial».

El galardón se hizo público ayer, Día Internacional de la Mujer, porque Lola Herrera, según señalaron desde el comité organizador, «además de ser una figura clave en la historia de las artes escénicas, es un firme exponente de la mujer trabajadora».

Prueba de ello son los casi sesenta años que esta dama de la escena lleva «al pie del cañón» y los numerosos premios que jalonan una prolífica carrera marcada por unos duros comienzos «en una época en la que las mujeres que queríamos ser artistas lo teníamos muy complicado». Por eso, no quiere olvidar «la fortuna» de nacer en una casa donde siempre recibió «el apoyo, la ayuda y el cariño de mis padres», recuerda con emoción.

Este premio Max le llega en un momento muy ‘redondo’ de su vida. En junio cumplió 80 años y, aunque confiesa «que los años se van notando», dice sentirse plena de energía. «Hay veces que pienso que soy un poco hiperactiva pero creo que el secreto está en mis maravillosos genes. Todas las mujeres de mi familia somos muy energéticas», presume.

Esta energía le sirve para ir enlazando un proyecto tras otro. Actualmente sigue trabajando en la serie de televisión Amar es para siempre donde interpreta a una enfermera y está rodando Paisaje del amanecer «una película que esconde una preciosa historia».

Y en teatro, tras el éxito obtenido con En el estanque dorado que protagonizó con Héctor Alterio, acaba de embarcarse en un nuevo proyecto junto al actor Juan José Artero. EnLa velocidad del otoño, que se estrenará en verano, da vida a una mujer que se enfrenta a sus hijos porque quieren enviarla a una residencia.

Pero su próxima cita será el día 25 de abril en el Teatro Circo Price de Madrid cuando la actriz vallisoletana recibirá este galardón como homenaje a una larga carrera aún en ebullición y que arrancó con los concursos radiofónicos de los años cincuenta en los que participaba cantando. Después, trabajó en Radio Valladolid y con veinte años debutó en el teatro profesional con El campanero, de E. Wallace. Desde entonces, no ha parado de trabajar.

Uno de los personajes que marcaron un punto de inflexión en su carrera fue su papel como Carmen Sotillo en la obra de Miguel Delibes Cinco horas con Mario. «La aparición de Miguel Delibes en mi vida supuso un antes y un después tanto personal como artísticamente. Fue un enorme honor conocerlo, tratarlo e interpretar su obra».