cultura
Daniel Montero reinterpreta un bestiario libre y fantástico
El ilustrador madrileño, conocido por trabajos como 'El elefante ha ocupado la catedral' junto al Premio Nacional de Teatro Juan Mayorga, se inspira en las creaciones de sus alumnos
Daniel Montero Galán posa en La Atómica junto a una de sus ilustraciones-J.M.Lostau
Asegura que sus Creaturas mitoilógicas son el fruto de un «ciclo respiratorio de inspiraciones, aspiraciones y espiraciones». Y es que en la última propuesta del ilustrador madrileño Daniel Montero Galán, autor junto a Juan Mayorga (Premio Nacional de Teatro) de El elefante ha ocupado la catedral , la mirada del artista se nutre del universo plástico de un grupo de dibujantes aficionados que, a su vez, encontraron en su palabra y en su obra un asidero desde el que empezar a crear. Para entender semejante enredo nada mejor que asomarse por La Atómica (calle Regalado, 9), donde hasta el próximo 23 de febrero se exhiben unas y otras ‘creaturas’.
«Todo comenzó en unos talleres de dibujo que impartí hace unos meses, destinados a niños y a personas con alguna discapacidad», explicó a este diario durante la inauguración Daniel Montero, un autor que gusta de hacer humorísticos juegos malabares con imágenes y palabras. Ahí están publicaciones como Equivocablos (Ultrarradio, 2013) –y obras como MariConan , con un bárbaro amanerado, o un HiperMeable , que ‘revisa’ el concepto de la lluvia dorada– o Materia dispersa (Dibbuks, 2014) –‘Tenemos cuerda para Rato’, apunta en una de las imágenes, en la que una soga cuelga de un letrero de Caja Madrid–.
Creatividad
La idea de los citados talleres, guiados o libres, orientados a desarrollar la creatividad de los participantes, era la de crear un nuevo universo de criaturas, al modo de las realizadas por Daniel Montero en Zooilógico .
Algunos de los seres gestados en aquellos encuentros renacieron reinterpretados de la mano del artista profesional, que ha elegido La Atómica para mostrarlos por primera vez, unos frente a otros.
«Como artista te obligan a cambiar el chip: estás cómodo a tu aire y estos talleres te rompen con nuevos estímulos», advirtió el ilustrador madrileño, convencido de que no hay nada más libre que la imaginación de un niño. «No distinguen bien entre la realidad y la fantasía, así que ellos nunca plantean la duda de si algo se puede hacer o no; simplemente lo hacen», explicó Daniel Montero, que en sus ilustraciones procura «invitar a pensar» a los más pequeños, a que «cuestionen todo sin dar una solución», a «desarrollar una mente inquieta».
Y de las mentes de sus alumnos surgieron el Ivaginochoto –una criatura de deambula por «campos de nabos»–, el Zoopatero tres ojos, el Almondigón patatero o el Floro florindo , ‘registrados’ y ‘conservados’ con rigor de entomólogo por Daniel Montero en La Atómica.