«Cuando duele la vida, la música es la mejor anestesia»

Apenas han transcurrido tres años desde que José Miguel Conejo ‘Leiva’ (Madrid 1980) se separara de Pereza. Pero ha sido tiempo suficiente para publicar dos trabajos discográficos. El primero, Diciembre, salió al mercado en 2012. El último, Pólvora, el pasado mes de enero y lo presenta mañana en el Centro Cultural Miguel Delibes en un concierto con el lleno asegurado.

 

Pregunta.- ¿Cuál es el secreto para tener un público tan fiel?

Respuesta.- Aunque la música está llena de secretos, creo que las canciones están por encima de los artistas, del estilo o de cualquier otra cosa. Y me gusta pensar que la gente que me sigue ha hecho de mis canciones sus compañeras.

P.- Fue telonero de los Rolling en el concierto que ofrecieron en el estadio Santiago Bernabéu ¿Cómo recuerda esta experiencia?

R.- Como un regalo caído del cielo. Jamás pude imaginar compartir tablas con la banda que ha sido mi referente desde que era un niño.

P.- ¿Y dónde se encuentra más cómodo en un gran espacio como éste o en un escenario más íntimo como el de mañana?

R.- Las emociones no dependen de los aforos. Dependen de la magia que se cree en el momento y estoy seguro de que el concierto en el Centro Cultural Miguel Delibes va a tener una magia especial.

P.- ¿Cómo ha sido la evolución entre Diciembre y Pólvora?

R.- La verdad es que yo nunca busco una ruptura en el estilo. Pero las canciones son fotografías de un momento determinado de la vida de cada uno y la vida cambia mucho de un año a otro y también lo hace la manera de contar las cosas. No sé si Pólvora es mejor o peor pero, la verdad, es que las canciones han conectado muy bien con el público.

P.- Y el nombre... ¿Esconde dinamita en su interior? Usted ha dicho en alguna ocasión que le ‘enciende’ lo que está pasando actualmente y que cada vez le cuesta más leer los periódicos por las mañanas...

R.- El nombre es porque un amigo al que le enseñé los temas que estaba componiendo me dijo que tenían una emoción que olía a pólvora. Ahí surgió el título. Quizá haya algo de dinamita interna. Yo soy un ciudadano más que no es ajeno a todo lo que está pasando. Y por lo que respecta a la cultura, el ataque ha sido brutal. Yo no puedo quejarme porque soy un privilegiado, pero la subida del IVA del 21% ha supuesto una aniquilación musical brutal. No lloramos por querer ganar más sino porque queremos tocar. Y me da vértigo que los gobernantes no se enteren de que la Sanidad, la Educación y la Cultura es lo que hace que un país sea rico.

P.- ¿Por eso ha querido rendir su particular homenaje a esta profesión con Los cantantes, el tema que abre su último disco?

R.- Es un homenaje al oficio pero no desde mi condición de cantante, sino desde mi condición de espectador y fan de la música con un mensaje directo y claro: Que no mueran los cantantes, esos que nos anestesian cuando la vida duele.

P.- ¿Y fue doloroso romper con Pereza?

R.- Fue arriesgado, pero era una necesidad absolutamente vital para el crecimiento musical de los dos.

P.- En una de las letras de sus canciones dice Mi alma la tripula el viento de tu respiración ¿Qué más tripula el alma de Leiva?

R.- Para mí, vivir de la música con mis amigos es mi cable a tierra en toda esta locura.

P.- Siempre se implica con las canciones que compone ¿Qué etapa de su vida refleja Pólvora?

R.- Un momento vertiginoso ya que después de romper con Pereza veía que había muchas cosas aún por hacer. Refleja un periodo de mucha incertidumbre. Un momento duro para uno mismo pero muy óptimo para escribir.

P.- Palomas y Vértigo son quizá las canciones más diferentes de su último trabajo respecto a composiciones anteriores. Ha llegado a decir que Vértigo fue para usted como una sesión de terapia...

R.- Sí. Hay veces que escribiendo una canción sacas más demonios que con un mes de terapia y eso es lo que me ha pasado con este tema.