zamora
El Museo Etnográfico presenta ‘Sueños de plata: El tiempo y los ritos. Fotografía y antropología en Castilla y León’
La obra contiene 19 artículos con prestigiosas firmas en el mundo de la antropología de la Comunidad autónoma
El Museo Etnográfico de Castilla y León acogió hoy la presentación del catálogo titulado ‘Sueños de plata: El tiempo y los ritos. Fotografía y antropología en Castilla y León’, que recoge un total de 19 artículos que llevan la firma de algunos de los más prestigiosos autores en el ámbito de la antropología en la Comunidad autónoma.
Entre esos autores figuran Joaquín Díaz, Arturo Martín, Elías Rubio, Luis Díaz y Benito Arnáiz, que prestaron su colaboración para esta edición, presentada por el director del Museo Etnográfico, Carlos Piñel; el historiador del Archivo Histórico Provincial José Andrés Casquero, y el integrante del Centro Documental de la Memoria Histórica José Luis Hernández. El primero de ellos firma en el catálogo el artículo ‘Un patrimonio en ruinas: Aproximación a la historia de la fotografía en Zamora’ y el segundo, el texto titulado ‘Interés etnográfico de las fotografías de la Guerra Civil’.
Además, el catálogo incorpora un código QR desde que el que se podrá descargar un documento para ver las fotografías relacionadas con cada uno de los artículos de la publicación y desde hoy es posible descargar desde la web del Museo Etnográfico de Castilla y León seis artículos del libro, como adelanto de la totalidad, que estará disponible en Internet próximamente, según precisaron fuentes del centro museístico. “Cada vieja fotografía conservada en la estancia de un desconocido domicilio es un enigma, un misterio a desentrañar, un pálpito de historia que puede ser desvelada o seguir habitando el reino del interrogante y el territorio del paréntesis”, señaló Piñel en el prólogo de la obra. “Imaginemos cuántas historias incombustibles al expurgo se esconden entre las páginas de los libros de viejo, en los armarios de las residencias de ancianos, en los desiertos poblados industriales y colonias mineras, en los desvanes de las casas abandonadas, entre los escondrijos de las cajonerías y en los archivos administrativos. Porciones de historias no siempre recomponibles que provocan impaciencia y curiosidad, y hasta escalofríos y un poco de vértigo”, concluyó.