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Denominación de Origen

Ribera del Duero se planta contra el «acoso» de las macrogranjas y las plantas de biogás

Viticultores y bodegas de la D.O. crean una plataforma para luchar contra este tipo de instalaciones y exigen a la Junta que imponga restricciones / «No se puede desarrollar el sector al lado de la industria del cerdo», afirman

Imagen de un viñedo de la Ribera del Duero en PeñafielE.M.

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Valladolid

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En plena vorágine de la despoblación y de la Castilla vaciada, son los campos impregnados de tintes rojos los que revitalizan las zonas rurales. Porque sí, la viticultura forma parte desde hace décadas de un paisaje único que permite crear riqueza y generar empleo en estos entornos. También logra atraer nuevas empresas, muchas de ellas relacionadas con el sector; y las que no, cuentan con el respeto si no atentan contra el desarrollo de la zona, que es la amenaza con la que convive la zona de producción amparada por la D.O. Ribera del Duero, donde proliferan las macrogranjas de cerdos y las plantas de biogás que afectan a la producción de vinos.

Hasta 900 camiones en un año asegura Yolanda García que han llegado a circular alrededor de bodegas y viñedos de la Denominación de Origen. Y no habla de vehículos sostenibles y que en su interior almacenan productos vinícolas. Nada de eso, es un transporte que ataca al medio ambiente desde su combustión hasta la decena de cerdos que transporta en dirección a macrogranjas, con capacidad para 8.000 cerdos. «Nos pilló totalmente desprevenidos», asegura la consejera delegada de Bodegas Valduero y representante de la plataforma de bodegueros de la Ribera del Duero con la que lleva más de cinco años movilizada en defensa de la zona.

La actividad que comenzó en España en las regiones de Aragón y Cataluña, llegado desde Países Bajos, se trasladó a Castilla y León acompañada de quejas sin respuestas. En busca de un sitio, el terreno que abarca la D.O. Ribera del Duero fue como encontrar una mina de oro para los empresarios porcinos, pudiendo abarcar hasta cuatro bastas provincias como son Burgos, Segovia, Soria y Valladolid.

Crecieron las explotaciones y también lo hicieron las macrogranjas, hasta llegar a un censo de cerdos en Castilla y León de 4,7 millones de cabezas. Y es que, además del terreno cedido por agricultores y ganaderos, las empresas se benefician de una normativa «laxa» que afecta a la Ribera del Duero, que se muestra en «pie de guerra» contra las administraciones al no conseguir una regulación específica que impida el desarrollo de estas actividades incompatibles con el cultivo de la uva.

Freno al desarrollo

Las palabras de Yolanda García integran a más de más de 5.000 profesionales, entre viticultores y bodegueros. Pero también empezará a prestar voz a los ayuntamientos que tienen sus términos municipales en la Denominación de Origen y que ven cómo en sus pueblos se concentran los malos olores traídos con el viento desde las macrogranjas de cerdos. Y también por el tratamiento de excrementos en las plantas de biogás que están construidas o van camino de hacerlo, como en los municipios burgaleses de Milagros o de Fuentelcésped. «No podemos asumir que esto ocurra porque va absolutamente en contra del desarrollo de la viticultura y de las bodegas de la D.O. Ribera del Duero, que las vamos a llena de basura. Porque, además, si empiezan a poner plantas de biogás, -con lo que todo ello significa a nivel ecológico-, es que va a venir basura, por ejemplo de Madrid, a tratarse aquí. No nos carguemos ahora toda la inversión que hay», razona Yolanda García, que muestra el contraste que ello resultaría con el «ecologismo», «vinos excelentes» y «mejores viñedos» que para ella definen esta Denominación de Origen.

Tampoco se olvida del empleo que agrupa todo el sector vitivinícola, al contrario de lo que se podría pensar que ocurre en las instalaciones porcinas. «Una granja de 8.000 cerdos se lleva con dos personas porque está todo mecanizado», cifra García. En cambio, el número especies porcinas es el mismo referidos a los empleados que integran Ribera del Duero para trabajos de poda y aclareo en las viña para conseguir una uva de excelente calidad.

«La invasión de este tipo de proyectos pone en grave riesgo el porvenir de los proyectos vitivinícolas y dificultan el desarrollo de futuros proyectos enoturísticos que contribuyan al crecimiento económico y social de la zona», continúa en su alegato. Porque no solo es la producción de vinos lo que permite crear riqueza a Ribera del Duero, sino también sus rutas temáticas y enoturismo. Es lo que convierte a esta Denominación de Origen en una «joya», al nivel de la Toscana o Napa Valley, como piensa García. «Pero en el momento en el que te ponen una macrogranja cerca, eso se acaba», afirma.

Para las bodegas sería muy fácil ‘mudarse’ a otros páramos y comenzar casi desde el principio. Pero el suelo y el clima característicos sobre el que arraigan cepas centenarias impiden ese movimiento, de forma que grandes bodegas como Cepa 21, Protos, Arzuaga o Vega Sicilia, no obtendrían mismos resultados. Y menos aún si se piensa en la inversión millonaria que supondría. «Nosotros estamos aquí. Solo podemos hacer la uva y el vino en la Ribera del Duero», asevera García.

Una PNL que no llega

Desde la plataforma de bodegueros insisten que su planteamiento no va en contra de la ganadería ni de la agricultura, como tampoco de las iniciativas empresariales que nutran a la zona amparada en la Ribera del Duero. Nada de eso, su gran petición es situar las macrogranjas de cerdos en los terrenos fuera de la Denominación de Origen y así se lo trasladaron al consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio Juan Carlos Suárez-Quiñones, en una reunión celebrada en septiembre. «La principal medida es que es que la Junta de Castilla y León haga una Proposición No de Ley (PNL) que libre a la Denominación de Origen de la implantación de nuevas macrogranjas o ampliación de las que tiene. Esa es la medida que pedimos y es, además, la medida que la misma Consejería de Medio Ambiente nos dijo que era la vía de hacerlo. Nos dio buenas palabras y se comprometió con nosotros en, no más de dos semanas, moverlo y hacer un boceto de la PNL», asevera al respecto.

Dos meses después de ese encuentro y con la decisión encima de la mesa del presidente del Ejercutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, la situación sigue en stand by. «No han hecho nada», lamenta García al respecto.

Ahora, ante la «urgencia» que se siente en la plataforma de bodegueros de la Ribera del Duero, especialmente por las diferentes solicitudes para instalar plantas de biogás en terrenos integrados en la Denominación de Origen, han solicitado una nueva reunión a Mañueco. Pero aún no han recibido respuesta.

Sin avances, los representantes de las bodegas y viticultores de la Ribera del Duero, que alcanzan un número mayor a 6.000, están previstos para unir sus voces con los ayuntamientos de municipios de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. «Están muy agitados y nos están pidiendo unirse a lo que es la Denominación de Origen. Es un paso que estamos ya en ello con el fin de luchar todos juntos porque no podemos cargarnos la Ribera de Duero por este asunto», manifiesta García.

Y es que no solo es una cuestión que afecta a bodegueros y viticultores, sino también a los propios residentes de los municipios donde se pueden erigir macrogranjas porcinas o plantas de biogás, que ya se han movilizado en contra de su llegada. «Tener una instalación así cerca nadie lo quiere», asegura la representante de la plataforma de bodegueros de la Ribera del Duero, que añade el problema de la contaminación por nitratos en el agua. «En Gumiel de Mercado tienen dos fuentes de donde bebe todo el pueblo. Pero hay una de ellas que la han tenido que cerrar por no ser apta para su consumo», detalla.

Por todo ello, lanza la proclama a «poner en pie en guerra» por conseguir el respeto de la D.O. Ribera del Duero que, como apunta García, se transformó a partir de los viñedos y sus caldos: «Hace 40 años era una zona hace donde se sembraba cereal y se recogía muy poco cereal y era una ruina económica. Pero el sector vinícola la ha puesto económicamente a funcionar. Y además en el mapa del mundo, con una marca tan potente como es Ribera del Duero, en la que que pueden pensar desde alemanes hasta japoneses. No entorpezcamos esa marcha brillante».