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ALEJANDRO VÁZQUEZ | CONSEJERO DE SANIDAD

«Valladolid no es privilegiada, pero tiene mayor facilidad para atraer médicos a la pública y la privada»

Los desequilibrios territoriales entre los centros sanitarios y el déficit de médicos provocan al consejero los principales quebraderos de cabeza: «Me quita el sueño la falta de especialistas. Es un problema de estado»

Alejandro Vázquez, consejero de Sanidad.J.M. LOSTAU

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Valladolid

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Va camino de tres años al frente de un departamento con multitud de frentes abiertos, desde la falta de sanitarios a los desequilibrios en algunos servicios respecto a otros, hasta esas listas de espera que augura bajará «a niveles prepandemia» a final de legislatura. El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, nefrólogo de formación, está decidido a «homogeneizar» la Atención Primaria y también la especializada para evitar que se produzcan las desigualdades actuales. «No es de recibo que un paciente por vivir en una calle tenga más demora que otro», reconoce.

Pregunta.- ¿Qué le quita el sueño al consejero de Sanidad?

Respuesta.- Lo que más me quita el sueño es la dificultad que tenemos para tener ciertos especialistas en la Ccomunidad. Es un problema grave, considero que es un problema de Estado. No solamente pasa en Castilla y León, sino que, por desgracia, pasa en otras comunidades y eso me quita el sueño.

P.- ¿El mejor despertar es el proyecto de presupuestos de la Junta que se acaba de presentar y ese récord de millones para la Consejería?

R.- Mejor despertar, qué duda cabe, los presupuestos de la Junta. Es un anteproyecto con unas buenas cifras, pero tenemos otras razones para otros buenos despertares. Estamos teniendo una buena evolución de las listas de espera y de ciertos indicadores sanitarios. Son cosas que hay que poner en valor y, evidentemente, creo que es un buen anteproyecto de presupuestos.

P.- Sus antiguos socios de VOX lo tildan de «paripé» y toda la oposición los critica. ¿Ve posible el acuerdo para las cuentas salgan adelante?

R.- Creo que el gobierno, del cual me digno en formar parte, tiene una importante responsabilidad que es gobernar. Creo que esa labor se ha hecho, se ha presentado un anteproyecto. Bueno, se ha presentado un techo de gasto que tienen que refrendar las Cortes y, al no tener mayoría parlamentaria, necesitamos negociar con el resto de fuerzas. Creo que está en el grado de responsabilidad de todos los partidos políticos si quieren tener unos presupuestos para Castilla y León o están a albur de otras cosas, pero el gobierno hace lo que tiene que hacer, que es presentar, como le dice la ley, un anteproyecto de presupuestos.

P.- Ha dado ya una pincelada, pero ¿de qué saca pecho de estos más de dos años al frente de la Consejería?

R.- Sacar pecho no es una palabra que me guste. Con el trabajo de todas las personas que conforman la Consejería de Sanidad y el Servicio de Salud estamos dando respuesta a lo que parecía imposible, que era dar la asistencia sanitaria en el medio rural; se están mejorando lenta y progresivamente las listas de espera, llevamos una tendencia mucho mejor y esperamos al final de la legislatura poder cumplir el objetivo propuesto de tener unas listas de espera similares a las de antes de la pandemia. Hemos conseguido algo importante, fidelizar a profesionales en el sistema sanitario de Castilla y León, y se está cumpliendo con un buen ritmo de construcción de infraestructuras, tanto de Atención Primaria como de hospitales; se ha se ha puesto en valor la investigación biosanitaria. Aunque hay muchas cosas todavía que mejorar, a lo largo de estos casi tres años se han hecho cosas que benefician a los castellanos y leoneses.

P.- Ha acusado recientemente a la ministra de invadir las competencias de las comunidades. Ella podría decirle que ejerza las suyas y haga una distribución de los médicos más proporcionada y adecuada. ¿Qué respondería?

R.- Efectivamente, he hablado de que tiene una obsesión enfermiza por las competencias sanitarias, y le voy a poner un ejemplo. Ella habla de que hay que lograr un objetivo del 70 y tantos por ciento de la vacunación de la gripe. Ella ni compra las vacunas, ni pone las vacunas, ni es responsable de la vacunación. Luego, intentarse apropiar de lo que es de otro no es correcto. Ella tiene unas competencias muy importantes, como la planificación de los recursos humanos del sistema. Competencia que no ejerce y se esconde detrás del consejo interterritorial y nunca lo saca. Le diría que ejerza sus competencias. Nosotros estamos ejerciendo las nuestras, en el tema de la vacunación, por supuesto; en el tema asistencial, por supuesto; en el tema de personal hemos hecho varias cosas, hemos permitido la prolongación en el servicio activo a los mayores de 65 años que así lo han querido. Hemos sacado el 100% de las plazas MIR a concurso que tenemos aprobadas por el Ministerio. Se ha hecho un plan de fidelización muy ambicioso que nos ha permitido este año contar con más de 320 profesionales de diferentes especialidades en Castilla y León e incluso atraer a 60 de fuera de la Comunidad. Nosotros ejercemos nuestras competencias, querríamos que el Ministerio ejerciera las suyas. Por ejemplo, que realice una planificación conjunta con todas las comunidades para evitar lo que puede ser que ocurra con el tema de los profesionales, que es que pasemos de una etapa de carencia de profesionales de ciertas especialidades a una etapa de paro de ciertas especialidades.

P.- Los propios médicos han criticado esta semana la falta de organización de los profesionales. ¿Va a meter mano a eso?

R.- Esas cosas hay que verlas en perspectiva. Yo asistí a la presentación de ese estudio demográfico el primer año. El panorama que presentaba aquel estudio para los siguientes años, incluido en que estamos, era absolutamente demoledor, catastrófico. No iba a haber médicos suficientes en el sistema y tenemos más profesionales, más médicos dentro del sistema, tanto público como privado, porque no se puede olvidar que ese estudio habla de médicos del sistema público y privado, pero reconoce que hay más médicos dentro del sistema sanitario. Y esa es la primera parte de un objetivo. Primero para poder homogeneizar los médicos de acuerdo a una cartera de servicios, a una población.

Lo primero es tener esos médicos y, una vez que los tienes, la labor que queda ahora es homogeneizar en un segundo objetivo, pero no se puede homogeneizar si no hay médicos. El primer objetivo era intentar no caer en aquello que decía el estudio y hemos dado pasos para tener un mayor número de médicos en el sistema. Ahora queda una segunda fase que es homogeneizar esos médicos en determinadas variables, no solamente la poblacional, sino la cartera de servicios o el territorio.

P.- ¿Piensa hacer esa redistribución?

R.- Claro, claro.

P.- ¿En qué se va a traducir?

R.- En que hay que ajustar los profesionales a las carteras de cada servicios. Hay que ajustar los profesionales al territorio. En caso de Atención Primaria hay que hacer ciertos ajustes de esos profesionales, pero ya dentro de un ámbito en el que en la mayoría de especialidades, salvo en Medicina Familiar, tenemos prácticamente la posibilidad de tener profesionales.

P.- ¿Cómo se va a llevar a la práctica?

R.- Ofreciendo plazas en unos sitios y no en otros. Las plantillas tienen que estar adecuadas a la cartera de servicios. Un servicio de Otorrino o de Nefrología no son lo mismo en un hospital que en otro porque no hacen las mismas cosas. Hay que dotar a esos hospitales en función de aquello que hacen. Segundo, hay que ver realmente qué condicionantes tienen alrededor, si hay otros centros cerca que puedan colaborar. Hay que homogeneizar para que no haya las diferencias que hay entre unos sitios y otros, pues algunas de ellas no son fácilmente justificables y, sobre todo, que se pueda atender a la población. Eso es homogeneizar, no significa igualar porque a lo mejor no tiene que ser igual. No es lo mismo un servicio de Nefrología que tiene trasplante, como Salamanca o Valladolid, a uno que no lo tiene. Para homogeneizar esto primero ha habido que obedecer a un mandato legal que es el de la estabilización de plantillas y hasta que no estén estabilizadas no es posible ponerte. No reorganizar, homogeneizar, porque la reorganización supone cambiar gente de un sitio a otro y a lo mejor no hay que hacer eso. A lo mejor en algunos sitios sí, en otros habrá que no sacar más plazas de una cosa y sacarlas en otros...

P.- Los propios médicos hablan de los desequilibrios entre hospitales, de las diferentes tasas de áreas de salud, de que Valladolid y Salamanca tienen muchos más médicos por habitante que otras. ¿Son un poco privilegiadas Valladolid y Salamanca?

R.- No. Las tasas demuestran una realidad. En primer lugar, esas tasas no solo hablan de la sanidad pública, sino de la pública y la privada. Creo que Valladolid y Salamanca tienen a lo mejor mayor facilidad para traer médicos tanto en la pública como en la privada. Está en nuestro trabajo intentar que los médicos también vayan otras provincias o a otras zonas de la comunidad que no tienen tanto atractivo. Y también dijo el presidente del Consejo que los profesionales miran por su carrera, por tener una carrera plena, y Valladolid y Salamanca tienen tres grandes hospitales y es mucho más fácil desarrollar ciertos aspectos de determinadas especialidades en un hospital más grande que en uno más pequeño.

P.- Ha nombrado al presidente del Consejo ¿Tiene Villarig más influencia de la que debería en la Consejería?

R.- No. Vamos a ver, Villarig no tiene más. Es el presidente del Consejo del Colegios Médicos y yo respeto las opiniones de la gente que entiende, Villarig es una persona que tiene conocimiento del sistema sanitario y, por lo tanto, respeto sus opiniones. A veces se pueden llevar a efecto y a veces no. Igual que el Colegio de Enfermería o el de Farmacia, los médicos son una parte muy importante del sistema, y sus opiniones hay que tenerlas en cuenta.

P.- ¿Qué va a hacer para que un paciente de Soria y de Zamora sea igual que uno de Valladolid?

R.- A lo mejor los pacientes de Soria y de Zamora desde el punto de vista público tienen unos buenos indicadores. Estamos hablando de lo público y lo privado. Pero de todas maneras, tenemos que trabajar para que los profesionales vayan a aquellos sitios donde a lo mejor es más difícil llevarles. Y tenemos en Cortes un proyecto de ley de zonas de difícil cobertura que puede hacer más fácil que determinados especialistas vayan a trabajar a sitios que no tienen tanto atractivo como los grandes hospitales.

P.- A la hora de hablar de diferencias es obligado hablar de listas de espera. Ha dicho que están mejorando, y es así, pero un paciente de una provincia espera muchísimo más que de otra.

R.- Curiosamente, las provincias que más médicos tienen, no siempre se corresponden con las que tienen mejores lista de espera.

P.- ¿Y de quién es la culpa, de la gestión...?

R.- Creo que ya se nos olvidan las cosas. La pandemia ha puesto en solfa muchas cosas y ha retrasado la asistencia sanitaria no urgente de una serie de patologías que ahora estamos viendo cómo afloran dentro de la lista de espera. Y nunca ha habido un incremento tan grande de las listas de espera interanuales. O sea, la gente que entraba en la lista de espera en el año 22 y 23 empieza a disminuir ahora en el 24. Solamente ha habido dos servicios de salud de este país que durante 2023 consiguieron bajar la lista de espera, el País Vasco y Castilla y León. Es un problema muy grande y estamos poniendo todos los recursos del sistema disponibles en el sistema sanitario para poder mejorar esa accesibilidad. Desde mejorar la producción en jornada ordinaria, primera obligación, ya estamos prácticamente en la situación prepandemia; segunda, en el autoconcierto, en ofrecer a los trabajadores del hospital el poder asumir esa lista de espera con recursos propios en jornada extraordinaria, o la tercera que es utilizar los conciertos externos.

P.- Los profesionales hablan de eso que llaman ‘paro médico’, de que en cinco años por las jubilación o falta de profesionales pueda haber problemas. ¿Lo teme?

R.- Claro. En ese estudio de los médicos se ha demostrado que el indicador de la tasa de reposición de oncología médica era de los mejores y resulta que en esta comunidad tenemos ciertas partes en las que tenemos problemas para llevar oncólogos. Eso sucede porque los profesionales se mueven libremente por el sistema nacional de salud y deciden dónde van a trabajar, dónde no quieren trabajar o dónde tienen más dificultades para ir a trabajar. Por eso es imprescindible la planificación, porque si todas las comunidades trabajamos como unidades estancas corremos el riesgo de no conocer bien el problema y de formar muchos más médicos, más especialistas, de los que necesiten. Sin esa labor conjunta de cuáles son las necesidades que va a tener la sanidad privada, porque que la sanidad privada se nutre de especialistas que se forman el sistema MIR, no se nutre del aire... Hay que saber cuáles son los recursos de toda la población y las necesidades de toda sanidad privada, cuáles son nuestras necesidades, no solamente del sistema de Castilla y León, sino del de otras comunidades porque los profesionales se mueven por el sistema y eso solo se puede hacer bajo el paraguas del Ministerio. Es fundamental el Ministerio con todas las comunidades desarrollando la cogobernanza del sistema y que se pueda planificar para evitar que dentro de unos años volvamos a tener otra vez un número de parados que no nos podemos permitir porque la formación de los especialistas y de los médicos en sí es muy cara.

P.- Ha citado a los oncólogos. La situación de Oncología del Bierzo es uno de los grandes problemas de la sanidad de Castilla y León, pero no es nueva. Ya en mayo hubo problemas con las consultas y ahora se ha vuelto a repetir ¿Cuánto tienen que esperar los pacientes para que se resuelva?

R.- Los pacientes demandan una asistencia, que creo que tienen derecho a ella y es lógica. Con las dificultades que hemos tenido a lo largo del verano, es cierto que hemos podido tener descoordinaciones en cuanto, sobre todo, al seguimiento de los pacientes de la patología. Ahora hemos hecho una serie de cambios organizativos dentro del propio hospital, y conjuntamente con todos los oncólogos de la Comunidad, que nos va a permitir poder dar esa parte que nos faltaba de continuidad asistencial a una especialidad tan sensible y con tanta necesidad de esa continuidad asistencial como es la Oncología. Nuestra primera esperanza era vivir una situación de transitoriedad, hemos ofrecido esas plazas a concurso de traslados, las hemos ofrecido al proceso de estabilización y no han optado por ellas. Hemos tenido que hacer una serie de cambios organizativos en espera del objetivo final, que es que El Bierzo tenga una plantilla propia de oncólogos y no necesite la colaboración del resto de los hospitales de la Comunidad.

P.- Esta semana pacientes y familiares presentaron más de 70.000 firmas. ¿Se plantea aplicar el decreto de movilidad forzosa?

R.- Pues si es necesario es una herramienta de la que dispone el servicio de salud y, si es imprescindible, se aplicará, cómo no. Efectivamente, si vemos que las medidas que estamos utilizando no son satisfactorias, pues evidentemente habrá que aplicar todo aquello que tenemos en nuestra mano, igual que hacemos con la lista de espera, que aplicamos todo lo que tenemos en nuestra mano. En esto, por supuesto, habrá que aplicar lo que tengamos.

P.- ¿Y se lo plantea también para cualquier servicio de difícil cobertura?

R.- Para cualquier servicio de difícil cobertura. Evidentemente, sí. Mi obligación como consejero es garantizar la asistencia sanitaria. Siempre que no se pueda garantizar la asistencia sanitaria, en número y en condiciones, habrá que utilizar las herramientas que tenemos a mano, que es ese decreto.

P.- ¿Cree que eso puede llegar?

R.- En principio parece que nosotros hemos empezado con una nueva organización a primeros de octubre. Llevamos 15 días aproximadamente de la nueva organización y parece que se están dando las condiciones para que esto no sea así. Pero bueno, habrá que evaluarlo a lo largo de este primer mes, ver cuál es la proyección del siguiente mes y si fuera necesario se aplicaría, claro.

P.- Los profesionales han pedido muchas veces un pacto por la sanidad, incluso ustedes. ¿Se puede dar con la crispación política que hay?

R.- La crispación política está ahí, pero creo que todos somos responsables de tener la mejor sanidad posible y para ello no solo hay que llegar a un pacto entre las fuerzas políticas, hay que llegar a un pacto, y vamos a trabajar en él, con organizaciones colegiales, sindicales y con fuerzas políticas. Espero que se sienten y en un pacto todos tenemos que ceder, lo que no es posible es llegar a un pacto poniendo condiciones y barreras previas porque así es imposible llegar a un acuerdo.

P.- Todos somos conscientes de lo que nos estamos jugando en el sistema sanitario, de que es necesario impulsar una serie de medidas como las de difícil cobertura o de financiación porque son medidas importantes. Todo el mundo tiene su grado de responsabilidad y entiendo que debería ser factible. No voy a cejar por mi parte en que esto sea factible. En los demás está la voluntad de llegar a un pacto.

P.- Lleva casi tres años y no se ha conseguido. ¿Qué parte de responsabilidad tiene usted en ello?

R.- Esto es como cualquier relación entre dos estamentos. Nadie es culpable al 100%, ni nadie es inocente al 100%. Pero recuerdo la última vez que nos hemos intentado sentar, se puso una iniciativa parlamentaria que era condición sine qua non aprobarla para poderse sentarse a negociar. No me parece que sea una forma nada positiva de negociación.

P.- Vamos a entrar en un tema también importante como la Atención Primaria. La mitad de las Urgencias en algunos hospitales, como en los de Valladolid, según sus propios datos, no son tal. ¿Qué está fallando en Primaria para que esto suceda?

R.- No es un problema nuevo el tema de las Urgencias y la Atención Primaria. Hay pacientes que deciden no esperar, aunque su patología a lo mejor sí permite esperar, y van al hospital porque se sienten más confiados en la resolución que pueda tener el hospital que en la resolución que pueda tener Primaria. El hospital no deja de ser un sitio que da más seguridad al paciente, debido a la tecnificación y a la posibilidad de poder hacer desde una analítica o una radiografía que a veces en Atención Primaria no se puede realizar. La Covid también ha cambiado mucho la manera de tratarse dentro de Primaria y hay que ir recuperando otra vez la manera de trabajar de Primaria y la resolutividad de la Atención Primaria que de por sí es bastante buena.

P.- ¿Cree que uno de los factores para que esto suceda, aparte de lo de las pruebas que menciona, es que las citas de Primaria presenciales a veces se extienden más de una semana?

R.- En algunos centros de salud, sí; en otras zonas de la Comunidad no tenemos esa dificultad porque realmente algunos cupos urbanos están con demasiada demanda. Sí que generalmente los gerentes incorporan a las nuevas personas que llegan al sistema en esos cupos para mejorar la demanda. No hay otra manera, los cupos que son grandes tienen más demanda que los pequeños y esos grupos hay que reforzarles con profesionales.

P.- ¿Cómo valora que dos pacientes de Valladolid con la misma patología uno tenga que esperar ocho días y otro dos en función del centro de salud, e incluso dentro del mismo?

R.- Eso, como otras tantas cosas dentro de sistema sanitario, hay que homogeneizarlo. No es de recibo que un paciente porque viva en una calle tenga una demora diferente. Hay que trabajar por homogeneizar esa demanda.

P.- ¿No es síntoma de que la Atención Primaria no está bien organizada?

R.- Yo no diría que no está bien organizada. A lo mejor tenemos que trabajar con ellos de otra manera, en otra forma de atender a la ciudadanía. Todo es susceptible de mejorarse y muchos problemas vienen porque hay cupos que son más grandes que otros y, por tanto, tienen más demanda. Y esos cupos hay que hacerles más pequeños con mayor cantidad de profesionales.

P.- ¿Abusan algunos médicos de Primaria de la atención telefónica que vino en pandemia como algo excepcional y parece que se está quedando?

R.- Eso es uno de los objetivos que tenemos, que además está costándonos modificar, desde mi punto de vista. La consulta telefónica sólo tiene un un campo, que es el de aquellos temas administrativos. Pero todo lo que suponga un diagnóstico o tratamiento del paciente debemos tender mucho más a la atención presencial.

P.- ¿ Cómo se plantea en medidas concretas esta reorganización de Primaria o esas mejoras en Primaria?

R.- Nosotros hemos apostado siempre por un modelo de Atención Primaria de proximidad. Tenemos un medio rural que es muy envejecido con personas muy mayores, con personas con patología crónica y pluripatológica, y que tienen mucha dificultad para los desplazamientos. Hemos querido siempre dar un modelo de atención próximo al ciudadano, eso hace que tengamos una buena parte importante de nuestros médicos y enfermeras dispersos en el territorio. Y se sería mucho más fácil concentrarlos y que los pacientes se movieran, pero nuestro modelo no es ese. Eso no significa que no tengamos cupos dentro de las ciudades en los que sea necesario a lo mejor tener menos número de pacientes por profesional y es donde tenemos que invertir. Tenemos maneras de trabajar también que tenemos que ir desarrollando como pueden ser, no una consulta telefónica, sino la telepresencia entre profesionales, médicos y enfermeras para tratar a un paciente, o incluso si fuera posible entre el paciente y el profesional. Hay que ir desarrollando estos sistemas de atención que pueden aliviar en determinados momentos. La Atención Primaria es Medicina Familiar y Comunitaria y un gran reto de cara sobre todo al tratamiento de los pacientes crónicos, que son muchos, es desarrollar la parte de comunitaria tanto de medicina como de enfermería, porque eso nos va a ayudar mucho a que la demanda en esos centros de salud sea menor.

P.- ¿Qué siente cuando ve una sala de espera de Primaria urbana vacía y una de Urgencias a rebosar?

R.- Siento perplejidad porque a lo mejor algo no estamos haciendo bien, evidentemente, porque lo lógico es que el paciente vaya a su médico o enfermera de Atención Primaria, les vean y a partir de ahí se evite, si es posible, ir al hospital, porque el hospital a lo mejor da más seguridad al paciente, pero no es el lugar para algunas de las patologías que van allí.

P.- Algunas de esas patologías llegan derivadas de Primaria. ¿Hay que concienciar al facultativo para que derve lo que tenga que derivar?

R.- Los facultativos actúan de acuerdo a su conocimiento y de acuerdo a unos protocolos establecidos y yo creo que derivan bien. Y la Atención Primaria tiene una potente capacidad de resolución, ojo. Es como lo del Iceberg, sólo se ve lo que va a Urgencias, no lo que no va a Urgencias. La capacidad de resolución de Primaria es buena, tenemos buenos profesionales de Primaria y a lo mejor falla a la organización. Es decir, un profesional a lo mejor cuando pasa de un determinado número de citas, pues no es lo mismo pasar de esas 35 citas que pactamos en un momento de la legislatura con los médicos que tener 40. Qué duda cabe que a lo mejor el médico y o la enfermera trabajan peor y derivan más. Pero nuestros médicos de Atención Primaria como norma general son unos buenos médicos y ejercen de acuerdo a un conocimiento y una formación potentes y a unos protocolos correctos.

P.- Ha dado un poco las claves que necesitaría Primaria para solventar los problemas. ¿Con los mimbres que hay se puede arreglar o van a tener que incorporar más profesionales?

R.- En algunos sitios es posible que se necesite me meter más profesionales, en otros hay que trabajar con otras formas, pero cuando un médico tiene 2.000 personas en su cupo, pues no es lo mismo que el cupo medio de la Comunidad de 900 pacientes y, entonces, a lo mejor hay que meter más profesionales.

P.- Los cupos son muy diferentes entre las sanidad urbana y la rural. ¿Cuál es el futuro de los consultorios rurales? ¿Es posible que se puedan mantener abiertos y con médicos o la realidad se impone y no lo es?

R.- Le voy a contestar lo mismo que contestó el otro día el presidente del Colegio de Médicos, ni se cierran todos... Los consultorios, según la orden que tenemos de asistencia, los de menos de 50 habitantes funcionan a la demanda. A partir de ahí nosotros estamos dispuestos a mantener la frecuentación tal y como está en la norma porque la mayoría de personas que vive en nuestro medio rural no es gente joven que tiene capacidad y facilidad de desplazamiento y a la que hay que acercar todo lo posible el servicio sanitario. Es nuestra manera de verlo, aunque respeto otras maneras de verlo.

P.- Así que garantiza que en los pueblos, el vecino que necesite el médico...

R.- A veces, en ciertos periodos del año, como verano, no tenemos capacidad de poder contratar sustituciones porque no hay disponibles médicos para contratar, y hemos tenido que hacer cambios organizativos con ciertos consultorios y centros de salud. Pero siempre que dispongan de la posibilidad de tener médicos y de enfermeras para poderlos asistir, los vamos a asistir lo más próximo, dentro de la orden de frecuentación que tenemos.

P.- A los MIR de Familia no les gusta mucho Castilla y León.

R.- Tiene varias explicaciones. La primera es que muchos de ellos no son de Castilla y León y vienen de fuera. El acceso a la carrera de Medicina al no tener una EBAU única y ser la EBAU de Castilla y León bastante dura perjudica a la gente de Castilla y León. El MIR suele buscar un arraigo. Me gustaría que hubieran más castellanos y leoneses que pudieran hacer el MIR. ¿Y eso es que el sistema educativo de Castilla y León es malo? No, es muy bueno, pero muy exigente. Y al ser un distrito universitario único, hay unas algunas comunidades que juegan con ventaja y otras en desventaja. Castilla y León tiene un importante porcentaje de Primaria en el medio rural y los residentes se forman generalmente en el urbano. Le hemos pedido a la ministra poder utilizar los centros de salud rurales como centros docentes, haciendo una pequeña flexibilización en las condiciones de acreditación para en vez de cuatro tutores poderlos acreditar con tres tutores por centro. Y seguimos esperando la respuesta.

P.- Han anunciado desde la Junta una estrategia de salud mental. ¿Cómo conjuga la importancia de la salud mental con que un paciente tenga que esperar varias semanas para que le vea un psicólogo?

R.- El tema de la accesibilidad es un tema que condiciona. Por ejemplo, hemos establecido una red de alerta en el suicidio, con Educación y con Servicios Sociales para intentar, y lo estamos consiguiendo con bastante eficacia, disminuir los tiempos de espera de acceso al sistema sanitario porque son evaluados. Estas personas que se detecta que tienen una conducta de riesgo de suicidio son evaluados rápido. Claro que tenemos que mejorar el tema el acceso al psicólogo. Pero, de momento, salvo en alguna comunidad que ha hecho algo muy extraño como es Cataluña, el que no sea psicólogo clínico no puede trabajar dentro del sistema dentro sanitario. Eso dificulta porque ahora mismo la cantidad de psicólogos clínicos, igual que la cantidad de psiquiatras, no está acorde al desarrollo que hay que darle a la salud mental. Está muy bien hacer planes de salud mental, el Ministerio se viste de oropel y dice ‘vamos a hacer un plan para que haya infraestructuras de salud mental’, nos han dado unas cantidades que agradecemos, pero que son verdaderamente anecdóticas, y no se habló para nada de los profesionales porque además si hay una especialidad en la que la tecnificación es el profesional en sí mismo es en salud mental, tanto un psiquiatra como un psicólogo, como la enfermera especialista. Y tenemos los que tenemos y no hay posibilidad de tener más psicólogos y psiquiatras, no es solamente en Castilla y León, se tardan en formar. Es necesario hacer una planificación correcta de qué necesidades hay en salud mental porque no vale con hacer un hospital de día. Hay que dotar ese hospital de día de profesionales.

P.- La Comunidad ha ganado dos hospitales públicos que realizan abortos públicos, pero todavía hay mujeres que tienen que irse a abortar a otras comunidades. ¿Va camino de que sea mal endémico y no se resuelva?

R.- Cuando se intenta retorcer la ley, hay una ley, la ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo que dice lo que dice. Dice que hay que garantizar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo a aquellas mujeres que así lo desean, por supuesto, pero también dice que el modelo puede ser público o gestionado del punto de vista público y realizado por una entidad privada. Y otro punto que habla esa ley es la objeción de conciencia de los profesionales que hay que respetar. Y nosotros así lo hacemos. En aquellos hospitales públicos en los que tenemos un volumen de profesionales que permite garantizar esa asistencia se está dando. ¿Y por qué no se hacen los demás? Pues porque no hay posibilidad de poder organizar.

P.- Pero, ¿y qué le diría que a esas mujeres que tienen que irse para algo tan delicado como abortar fuera de la Comunidad?

R.- A veces irse fuera también puede ser una opción. Es decir, sobre todo si estamos hablando de un sitio pequeño, todo tiene su lado positivo y negativo. Le diría que estamos aplicando nosotros la ley y yo no puedo obligar a un profesional a decirle, ‘oiga, usted tiene que hacer esto’. Pues dice que no lo hace y como profesional tiene un derecho de decir que no lo hace. Estamos en la conjugación de esos derechos y estamos organizándolo dentro del sistema público como es nuestra obligación allí donde lo podemos organizar, pero no podemos coger a un profesional y obligarle a hacer algo que él decide libre y voluntariamente no hacer.

P.- Siguen sin publicar el decreto de la prescripción enfermera para infecciones urinarias por falta de consenso. ¿Va a llegar el momento en que las enfermeras en Castilla y León prescriban antibióticos?

R.- Hay que lograr un consenso entre médicos y enfermeras. Las enfermeras empiezan a prescribir muchos productos y hay otros que a lo mejor hay que hacer una reflexión más profunda sobre la conveniencia o no de preescribirlos. Hay que sentar a médicos y enfermeras y que hablen y si son capaces de llegar a un consenso...

P.- Más allá de si se logra ese consenso, ¿como consejero cree que las enfermeras están cualificadas para prescribir antibióticos en algunos casos?

R.- Todo proceso que lleve un diagnóstico no está dentro de las competencias de enfermería. De ahí que esos protocolos estén muy consensuados para que prescriban para aquello que tienen que preescribir. De hecho, hay muchas enfermeras que deciden no prescribir. Hay patologías, como puede ser una infección urinaria, que puede parecer una infección urinaria y es otro tipo de patología. Lleva un proceso diagnóstico diferencial. A veces no es tan sencillo y por eso muchas enfermeras han dicho que no quieren prescribir. Por eso es muy importante que se sienten hablar unos y otros y lleguen a un acuerdo de qué es lo que van a hacer.

P.- ¿Qué ha cambiado para que en unos meses se pase de que hay necesidad de las dos nuevas facultades y ahora sí se le dé luz verde.?

R.- No ha cambiado nada, sigue habiendo la misma necesidad. Los proyectos de la facultad de medicina son proyectos, como ha dicho el presidente Mañueco, ilusionantes para las dos ciudades.

P.- Usted alertaba hace unos meses de que no era «conveniente que se pudiera formar a médicos para mandar al paro».

R.- Vuelvo a decir lo mismo, es que los médicos cuesta mucho dinero formarlos y hay que ser muy consecuente. Ahora a lo mejor se puede tener 400 médicos, 400 graduados de Medicina en cuatro facultades de 100 o en dos de 200. Estamos viendo el número que tendrá que ser el que sea, otra cosa es dónde se formen esos médicos.

P.- ¿Qué retos se plantea para lo que queda de legislatura?

R.- Varios. El primero, el poder disponer de especialistas suficientes en todo el territorio. El segundo, mejorar las listas de espera hasta niveles prepandemia. Desarrollar el plan de infraestructuras hasta el máximo que podamos esta legislatura y homogeneizar las plantillas de nuestros centros. El terminar el proceso de estabilización, que nos está dando mucho trabajo; seguir fomentando la investigación; desarrollar la salud mental de un modo adecuado con la estrategia que se va a presentar. No se acaban los retos, es un continuo.