Diario de Valladolid

Club de Prensa 'La Ciberseguridad como oportunidad en las Universidades de Castilla y León'

Las universidades instan a aprovechar el potencial de la ciberseguridad para seguir como referente nacional

Representantes de las universidades públicas de León, Salamanca, Burgos y Valladolid destacan las oportunidades emergentes que se abren en este campo, con la Inteligencia Artificial como una de las áreas más destacadas

Pablo Lago, Noemí de Castro, Mercedes Martínez, Federico Bueno, Daniel Urda y Adriana Suárez durante el debate de el Club de Prensa 'La Ciberseguridad como oportunidad en las Universidades de Castilla y León'.

Pablo Lago, Noemí de Castro, Mercedes Martínez, Federico Bueno, Daniel Urda y Adriana Suárez durante el debate de el Club de Prensa 'La Ciberseguridad como oportunidad en las Universidades de Castilla y León'.J.M.LOSTAU

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«La ciberseguridad es una oportunidad para consolidar a Castilla y León como referencia nacional». Así de rotunda se expresó la subdirectora del RIASC, el Instituto de ciencias aplicadas a la Ciberseguridad de la Universidad de León, Noemí de Castro, al analizar la importancia de este área informática en la autonomía, tras repasar que existen varios títulos de máster específicos en la materia, se organizan cursos de formación permanente y se programan también cursos para acercar su importancia a los jóvenes.

«Somos referente, pero tenemos que seguir expandiéndonos», añadió la también profesora del departamento de Matemáticas de la ULE para recordar que, gracias a los fondos Next Generation de la Unión Europea, la Comunidad está desarrollando más de una decena de «proyectos estratégicos» y cátedras específicas. «Quizá a veces no consigamos que esta imagen llegue a la sociedad, pero somos un referente», remarcó antes de insistir en la idea de que la autonomía se ha convertido en un modelo dentro del país.

Además, en el club de Prensa La Ciberseguridad como oportunidad en las Universidades de Castilla y León, organizado por Diario de Castilla y León, El Mundo, y el Instituto Nacional de Ciberseguridad, Incibe, la coordinadora del Grupo de Investigación en Ingeniería de la Privacidad de la Universidad de Valladolid, Mercedes Martínez, puso el acento en que la ciberseguridad «va a seguir creciendo» y se va a convertir en un campo con oportunidades emergentes gracias a su dinamismo, que se convierte en un «reto importante y enriquecedor».

Con el propósito de exprimir las oportunidades relacionadas con la ciberseguridad, los ponentes que participaron en la mesa de debate ensalzaron el papel del Incibe como «palanca» de Castilla y León, tanto en el ámbito de las universidades como en el empresarial, según expresó De Castro, y solicitaron la programación de cursos, eventos y colaboraciones con el objetivo de que la Comunidad siga siendo «escaparate» de investigaciones.

«Gracias al Incibe tenemos la oportunidad de acercarnos a jóvenes, incluso a niños, y llamar su atención sobre los peligros, por ejemplo, de exponer datos a terceros. Quizá hace unos años la ciberseguridad se asociaba al sector financiero, pero hoy en día ya no queda nadie fuera del mundo digital», reflexionó el miembro del Grupo de Inteligencia Computacional Aplicada de la Universidad de Burgos, Daniel Urda Muñoz.

«El impacto del Incibe es increíble; muchas empresas han montado aquí sus sedes y eso favorece la empleabilidad y que se necesiten más estudiantes gracias al polo generado en León y en Castilla y León», apuntó la directora de la cátedra institucional de ciberseguridad de la Universidad de León, Adriana Suárez, para reflexionar que se necesitan títulos orientados a esta materia, puesto que existe una alta demanda que no se puede cubrir en la actualidad.

Dentro de los sectores emergentes que pueden tener un mayor impacto en la ciberseguridad destaca el rápido crecimiento de la Inteligencia Artificial (IA) que, nivel de investigación académica «abre retos y desafíos», en palabras de De Castro. A juicio del vicerrector de Transferencia, Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Salamanca, Federico Bueno de Mata, «el reto empieza por saber qué vamos poder hacer y qué no», por determinar «dónde ponemos el límite de la dignidad humana» y, a partir de ahí, se marcará su desarrollo.

En torno al debate sobre cómo la Inteligencia Artificial repercutirá en la ciberseguridad, los ponentes consideraron que jugará un rol importante que hace escasos años no se podía imaginar. De ahí que, ante un «entorno dinámico», se necesite una «adaptación constante», valoró Urda. Sin obviar que existe un «reto de privacidad muy importante» que, además, «coincide con una sociedad de la exhibición», razonó Bueno de Mata.

Además de abordar los desafíos y oportunidades que genera la IA en el campo de la ciberseguridad, los participantes en el Club de Prensa organizado por El Mundo de Castilla y León coincidieron en la necesidad de estrechar las distancias que separan el mundo universitario y el empresarial, para poder aprovechar sinergias y exprimir todo el potencial. Máxime cuando se trata de un área en el que la Comunidad se posiciona como referente del país, resaltaron, y que no tiene cubierta toda la demanda laboral que se precisa.

Adriana Suárez

El abanico de oportunidades laborales que se les abre a aquellos estudiantes que se forman en ciberseguridad es tan amplio y variado que les permite asentar su proyecto de vida en Castilla y León. Es una de las conclusiones que destacó la directora de cátedra institucional de Ciberseguridad de la Universidad de León, Adriana Suárez, después de ilustrar este favorable escenario con un ejemplo: «Para seguir el máster ofrecemos tanto la modalidad presencial como la online y, aunque la mayoría de alumnos lo comienzan de forma presencial, sólo uno o dos lo terminan así; el resto se pasan al online precisamente porque empiezan a trabajar».

Algunos de ellos, aclaró, dentro de la propia institución académica, pero el destino también es el Incibe, el Centro de Supercomputación de Castilla y León o las empresas privadas. «Todo el que se quiere quedar tiene oportunidades de empleo», expresó Suárez, sin obviar que buena parte de quienes se forman en esta materia en auge «trabajan por toda España», pues se trata de una formación con alta demanda, ‘cotizada’ en muchos sectores.

De hecho, destacó que uno de los alumnos del doctorado «se está especializando en ciberseguridad en el mundo de la automoción, para ver los retos y oportunidades» que ofrece este área en un territorio donde dicho sector tiene un peso tan importante, contó como ejemplo de que la ciberseguridad tiene potencial en entornos «muy diversos» y, por tanto, abre las puertas del mercado laboral desde múltiples sectores.

Con el objetivo de exprimir las potencialidades de futuro, la directora de cátedra institucional de Ciberseguridad de la Universidad de León instó a las administraciones públicas a impulsar grupos de trabajo en los que puedan compartir su experiencia con las empresas, en aras de multiplicar las oportunidades y ensalzó la importancia de la celebración de foros como el organizado por El Mundo para dar a conocer su labor y facilitar que «surjan nuevas ideas».

Mercedes Martínez

El acercamiento entre el ámbito académico y el mundo laboral fue uno de los temas de análisis que se pusieron sobre la mesa durante el foro La Ciberseguridad como oportunidad en las Universidades de Castilla y León y, para la coordinadora del Grupo de Investigación en Ingeniería de la Privacidad de la Universidad de Valladolid, Mercedes Martínez, las administraciones públicas juegan un importante papel como nexo entre ambas esferas. «Está claro que si no hay un impulso de las administraciones públicas, no hay hub que funcione», dijo en referencia a la coordinación entre empresas y universidades.

Así, consideró necesario el fomento de programas de investigación, pero recordó que las instituciones académicas no pueden avanzar sólo con su «entusiasmo e ilusión», sino que necesitan financiación para continuar sacando adelante proyectos. «Hay que crear sinergias para que la investigación fluya», razonó en referencia a una necesaria «dinamización».

Por eso, una de las conclusiones que destacó en el cierre de la jornada fue el «interés» de colaboración que existe «entre empresas y universidades», pero que se necesitan espacios de encuentro donde se dé a conocer la labor que realizan, puesto que «hay muchas oportunidades y mucho interés en Castilla y León».

Como ejemplo de que en muchas ocasiones pueden ser un ‘bastón’ sobre el que se pueden apoyar las empresas, Martínez recordó que algunas han recurrido a ellos para ver cómo poner en marcha y aplicar la normativa referida al Esquema Nacional de Seguridad. «El hecho de que nos pidan ayuda a las universidades representa una oportunidad», valoró al respecto la coordinadora del Grupo de Investigación en Ingeniería de la Privacidad de la UVA.

En cuanto a las posibilidades de los estudiantes para quedarse en Castilla y León después de completar su formación, Martínez puso el acento en favorecer el retorno más que la retención, pues consideró enriquecedor que conozcan cómo se trabaja en otros lugares, pero hay que ser capaces de atraerles de vuelta.

Daniel Urda

El Grado en Tecnologías Digitales para la Empresa que se imparte en la Universidad de Burgos representa la «dirección» en la que deben avanzar los planes de estudio, en cuanto a estar orientados a las necesidades que demandan, como ya ocurre con los planes duales de Formación Profesional. A juicio de Daniel Urda, uno de los miembros del Grupo de Inteligencia Computacional Aplicada de la UBU, «las universidades tienen que ir hacia una formación más dual», acercando la colaboración entre las instituciones académicas y el sector empresarial, no sólo en cuanto a la adquisición de los conocimientos iniciales, sino también respecto a la actualización de esos conocimientos a fin de adaptarse a la propia evolución que se experimenta con el paso de los años.

Según expresó Urda en una de sus intervenciones durante el foro La Ciberseguridad como oportunidad en las Universidades de Castilla y León, confía en que el mencionado título de UBU sea «la semilla de muchos otros» en los que se ahonde en esas sinergias entre ambos campos y haya una colaboración estrecha que permita a los alumnos adquirir los conocimientos que luego les van a demandar en la empresa privada.

En este sentido Urda destacó que «se está haciendo un buen trabajo», pero consideró que hay que «seguir visibilizando» y fomentando la colaboración entre instituciones, públicas y privadas, para «formar y retener el talento que se forme», teniendo en cuenta que se trata de un campo de trabajo donde no hay suficiente personal cualificado.

«La ciberseguridad es un campo que se expande. Hay más ciberataques fruto de las nuevas tecnologías y eso hace que se necesiten más profesionales», ahondó para argumentar que el número de personas especializadas no abarca toda la demanda que existe en la actualidad y ensalzar el importante papel que juegan las universidades en la formación de estos perfiles.

Federico Bueno de Mata

«Es fundamental que realmente transfiramos el conocimiento y haya una colaboración con las empresas», sentenció rotundo el vicerrector de Transferencia, Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Salamanca, Federico Bueno de Mata, durante el foro sobre seguridad organizado por El Mundo de Castilla y León y el Incibe.

En sus intervenciones, Bueno de Mata destacó la importancia de fomentar los doctorados industriales y de promover investigaciones relacionadas con lo que requieren las empresas, en aras de fomentar la «empleabilidad» en sectores que son pujantes en Castilla y León. «Es importante saber trasladar la investigación práctica desde los despachos», insistió.

A juicio del representante de la USAL, se necesitan también más esfuerzos para «visibilizar la transferencia del conocimiento», pues valoró que hasta hace poco tiempo se le ha considerado como «la hermana pobre», hasta que dentro del mundo académico ha habido un cambio de mentalidad, respaldado también por la nueva Ley de Ciencia, que potencia dicha transferencia. «Ahora hay un escenario distinto», expresó.

En este sentido, llamó a las administraciones públicas a «saber dónde destinan el dinero», en cuanto a desarrollar «políticas estratégicas contundentes», con proyectos que no sólo sean finalistas, sino que también sean de «acompañamiento». «Hay que fomentar la formación post doctoral de cara a una inserción profesional, y acompañar a las personas en este planteamiento con programas formativos en diferentes materias para que esas personas luego formen a otras que vengan detrás», añadió en uno de sus turnos de palabra.

Por último, ensalzó la importancia de actos como el de hoy para «conectar las realidades, anticiparse, ser visionario y tener una política estratégica bien armada, compartiendo ideas y yendo todos de la mano».

Noemí de Castro

Lograr una transferencia del conocimiento fructífera pasa por fomentar un diálogo entre las universidades y las empresas que permita a uno y otro ‘mundo’ comprender el funcionamiento del otro sector. «Universidades y empresas tenemos que sentarnos a hablar seriamente», afirmó al respecto la subdirectora de RIASC y profesora del departamento de Matemáticas de la Universidad de León, Noemí de Castro García.

Durante una de sus intervenciones, De Castro puso el acento en la necesidad de aprovechar más los doctorados industriales y de fomentar la colaboración con el universo empresarial, puesto que se trata de un ámbito con objetivos diferentes a los que persigue el académico. «En la universidad tenemos unos objetivos, unos tiempos y una financiación diferente a la que tienen las empresas; ellas tienen que entender cómo trabajamos los investigadores y nosotros tenemos que entender que en las empresas los tiempos son más cortos», razonó como punto de partida para empezar a estrechar la distancia que les separa.

Además de resolver este escenario, otra de las asignaturas pendientes en aras de aprovechar las oportunidades que brindan las universidades se centra en la falta de una financiación suficiente que les permita crear puestos de investigación de técnicos, «que sí existen en otras universidades», para que los alumnos, una vez completada su formación, se queden a trabajar como asalariados. «El problema es que no podemos competir en términos económicos con las empresas, y que no podemos hacer contratos indefinidos, porque todo va ligado a proyectos y eso nos perjudica», explicó también en referencia a institutos de investigación y parques empresariales.

«Desde las universidades trabajamos mucho en ciberseguridad y estamos dispuestos a colaborar para dar el empujón necesario para que Castilla y León sea referente en esta materia», apostilló De Castro.

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