ESPÍRITUS LIBRES | VIDAL LAMATA / MAESTRO
«Siempre soñé con quitarle el papel de El Cid a Charlton Heston»
Los maestros no se jubilan nunca, dice. Y el Cid, tampoco. Desde su asociación cultural ha armado caballero a media Europa. Vidal sigue fiel al legado literario, histórico y legendario del que en buena hora nació.
El anterior entrevistado, Raúl Bellido, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:
Pregunta.- Un yacimiento de arte rupestre, ¿es arte o es lenguaje?
Respuesta. Las dos cosas. Es lenguaje porque quieren transmitir un legado, pero también es arte, a la vista está que lo es.
P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?
R.- Me parece un término precioso. Haber nacido en una comarca de Castilla y León y disfrutar desde pequeño de todo el entorno. Eso es para mí ser un espíritu libre.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- He trabajado durante más de 35 cursos escolares como maestro y ahora estoy jubilado.
P.- ¿De qué se siente más orgulloso?
R.- De mis antepasados, de mi mujer, de mis hijos y del legado que voy a dejar a los que vengan detrás.
P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?
R.- Un sueño que debí haber cumplido en el pasado: quitarle el papel de El Cid a Charlton Heston.
P.- ¿Qué es para usted el amor?
R.- Lo más grande que hay en esta vida.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- No le molesto mucho porque, por ahora, nos va bien. Tiene mucho trabajo e intento no importunarlo. Me acuerdo más de la Virgen del Rivero.
P.- Un espíritu libre al que admire.
R.- Rodrigo Díaz de Vivar, ‘El Cid’.
P.- Después de tantos años, ¿añora la docencia?
R.- Por el momento, no. Seguimos inmersos en nuestro proyecto del Universo Cidiano, participando en muchas actividades culturales.
P.- ¿Se casó con Jimena?
R.- Con una Jimena del siglo XXI. Desde los 13 años que estamos juntos. Eso sí, la Jimena de ahora está mucho más inmersa en las correrías del Cid. Se llama Ana.
P.- ¿Qué tiene para ser tan atrayente El Cid?
R.- Supongo que todo surge en aquella infancia compartida en la que buscábamos la etimología tras la leyenda. Una vez nos fuimos con la bicicleta hasta Santo Domingo de Silos y tuvimos que dormir al raso porque no podíamos volver. Siempre nos fascinó la figura cidiana.
P.- ¿Se han sentido arropados por las instituciones?
R.- Mucho. Siempre nos han apoyado en nuestras actividades alrededor del Cantar de mio Cid. Rocío Lucas, la consejera de Educación de la Junta de Castilla y León, siempre nos apoya. Es de justicia decirlo.
P.- ¿El juglar era de San Esteban?
R.- Por supuesto. Mi teoría es que es de aquí, de la época de Alfonso VIII, el rey niño. El juglar era de nuestro pueblo.
P.- ¿Cómo se llevan con los otros pueblos vinculados a El Cid?
R.- Muy bien. Nos ayudaron mucho cuando empezamos a finales del siglo XX y aún mantenemos la relación con todos. Es un trabajo colaborativo.
P.- ¿El Cid sería más importante si hubiera nacido lejos de aquí?
R.- Por supuesto. Si hubiera nacido cerca de París, todo el mundo lo conocería. Tenemos que dar más valor a lo nuestro.
P.- ¿Se puede seguir la ruta de El Cid?
R.- Una de las cosas que empezamos a hacer fue marcar las rutas de El Cid para que cualquiera pueda seguirlas. Fuimos siguiendo el poema y estamos muy orgullosos de todo lo que hemos hecho.
P.- ¿Por qué debemos seguir ensalzando la figura de El Cid?
R.- Por nuestro legado histórico, artístico y cultural. No podemos dar la espalda a nuestro pasado. El Cid es una parte fundamental de nuestra historia.
P.- ¿A cuántos ha armado caballero?
R.- A muchísimos. Más de 1.000 alumnos han sido armados caballeros, además de algún turista o personajes reconocidos de la sociedad.
P.- ¿Elíjame tres personajes a los que le gustaría armar caballeros?
R.- En el mundo del deporte: Vicente del Bosque, Simeone y Tente Lagunilla. Y en el mundo de la política: Pedro Sánchez, Óscar Puente y a Miguel Ángel Revilla.
P.- ¿Cid literario, Cid histórico o Cid mítico?
R.- Obviamente, el Cid literario. Por el vínculo con nuestro juglar, con San Esteban y por ese halo de caballero.
P.- ¿Los niños deberían aprenderse el Cantar de mio Cid?
R.- Deberían. Al menos conocerlo, aunque no aprendan los versos. Pero sí conocer la historia del Cid y su importancia, tanto histórica como literaria.
P.- Déjeme una pregunta para el siguiente invitado.
R.- ¿Son buenos tiempos para El Cid?