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GERARDO DUEÑAS | CONSEJERO DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y DESARROLLO RURAL

«El pacto con el PP va bien, hemos sincronizado nuestras diferencias»

A casi un año de jurar el cargo, lima asperezas con las Opas: «Si no quisiéramos contar con ellas, no las habríamos convocado para medir su representatividad»

El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas. PHOTOGENIC

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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A punto de cumplir un año tras la toma de posesión de su cargo, Gerardo Dueñas asegura que aunque llegó como independiente se encuentra «a gusto» en el marco de Vox. «No me costó mucho adaptarme porque ya venía con unas ideas bastantes afines al partido», asegura.

Pregunta.– Viene de una larga trayectoria. Ha sido directivo de una Opa, de varias cooperativas y empresas. Tendría claro cuáles eran los principales problemas del sector, pero, cómo se ven los toros desde fuera de la barrera?

Respuesta.– Por un lado tienes la ventaja de haber estado 31 años en el sector y conocerlo, intentar ser más ágil en las decisiones, pero por otro lado, cuando llegas a la Administración te das cuenta de que es más lenta de lo que la mayor parte de los ciudadanos vemos desde el otro lado. Cosas que yo quiero hacer tardan más tiempo. Cosas que tienen que pasar por asesoría jurídica, que si intervención… Sí es cierto que la Administración, hoy por hoy, necesita algún cambio en cuanto a digitalización, simplificación administrativa… Tenemos que ser más ágiles y llegar antes al ciudadano.

P.– ¿Se debe a eso el retraso de la resolución de las ayudas a la sequía del que tanto se quejan las Opas?

R.– Esas ayudas salieron en agosto del año pasado. Hicimos una convocatoria con un importe máximo de 3,5 millones de euros. Nos comprometimos con el sector a intentar apoyar todas las solicitudes. El número de solicitudes de ese expediente ha superado las 1.900, la necesidad presupuestaria se acerca a los 6,2 millones de euros, y lo que hemos hecho es recabar fondos para poder llegar de esos 3,5 a esos casi 6,2 millones de euros. Es lo que ha provocado un poco este pequeño retraso.

P.– ¿Cómo van las ayudas a las zonas incendiadas el verano pasado?

R.– Hay muy pocos expedientes que no se hayan pagado. Hemos empezado también, con una dotación superior a los 4 millones de euros, las actuaciones pendientes que a lo largo del año pasado no se habían ejecutado en La Paramera, en Ávila. Estamos trabajando para terminar todos los caminos que quedaron pendientes de reformar y de adecuar, que supone casi 900.000 euros, y tenemos otra partida de algo más de 3.100.000 euros, que hemos empezado ya, para hacer los vallados de todas las parcelas que se vieron incendiadas. Hemos empezado por aquellos vallados cercanos a la carretera para que cuando empiecen a soltar los animales ya estén todos los cercados en funcionamiento. Eso nos va a suponer algo más de cuatro millones de euros. Una vez que terminen de eliminar los restos de madera quemada en Tábara y la Sierra de la Culebra, haremos las intervenciones que nos toque a nivel de mejora de caminos y de cerramiento de las parcelas afectadas por los incendios.

P.– Las primeras polémicas del sector con la Consejería llegaron por la vía de la sanidad animal, con aquel positivo en tuberculosis bovina de Lario, en León. Hubo voces que dijeron que se ponía en peligro la erradicación de la enfermedad y que se arriesgaba la calificación del ganado en el mercado exterior. ¿Fue una buena decisión?

R.– Hay que entender que todo lo que es política de sanidad animal, incluso con esa definición de one healt, de una sanidad vinculada a la sanidad humana y animal, viene regulada y reglamentada desde la Unión Europea. Eso se desarrolla a nivel nacional y las comunidades autónomas tenemos muy poca capacidad de decisión. Pero sí es cierto que tenemos una pequeña capacidad, como se produjo en Lario.

Lario era una explotación de 154 cabezas de un ganadero que venía de hacer mejora animal durante años, que había traído genética desde Francia. Nosotros vimos que otra manera de hacer sanidad animal era posible, con un control de bioseguridad, separando la explotación, haciéndole controles sanitarios posteriormente, y al final conseguimos que, con el sacrificio de 8 animales, ese ganadero esté feliz y disfrute de esa explotación que le hubiera hecho, de haberse sacrificado toda la explotación, retroceder como mínimo diez años de su vida, porque llevaba diez años haciendo mejora genética.

Pero no solo eso, hemos conseguido que León sea una de las tres provincias que ya este año se van a declarar oficialmente indemnes a tuberculosis y nos va a permitir una flexibilización en controles que va a ser bastante bueno para el sector  ganadero.

Pensemos que en esas provincias este año ya solamente vamos a sanear la mitad de la cabaña, los movimientos a cebadero y los movimientos a explotaciones de reproducción no tienen que tener el saneamiento previo, con lo cual son provincias que se sienten mucho mejor y menos presionadas por esta necesidad que tenemos todavía en alguna otra provincia de sanear todas las cabezas, de sanear antes de los movimientos… Vamos en un camino muy positivo. El año que viene será Zamora y vamos a ir poco a poco, salvo el caso particular de Salamanca, consiguiendo que las diferentes provincias tengan menos presión de la que hoy se tiene a nivel de saneamiento ganadero. 

P.– Los casos iban in crescendo en Salamanca a fines del año pasado. ¿Cuál es la situación ahora?

R.– Sí, Salamanca este año nos hemos comprometido con el sector a hacer una zona que se llama ‘de especial incidencia’, que son 15 municipios en el entorno de Vitigudino, donde va a haber unas medidas más férreas de control, es cierto que también va a haber un mayor apoyo económico para esas zonas afectadas, con la intención de bajar un poco la prevalencia, porque la situación ahí es compleja.

P.– Dos jefes de servicio, los de Trazabilidad e Higiene Ganadera y Sanidad y Ordenación Agrícola cesaron recientemente a petición propia y al principio de la Legislatura se tardó mucho en completar el organigrama de Saneamiento Ganadero. ¿Hay alguna contestación interna por parte de los funcionarios a las políticas de la Consejería?

R.– Es un tema meramente personal. Yo conozco las circunstancias de los dos jefes de servicio y son situaciones personales. Sí es cierto que es la Dirección General que tiene, con mucho, más trabajo. Por eso la desdoblamos y al principio fuimos un poco más lentos. De ser una Dirección General de Producción agropecuaria hoy es Dirección General del Producción Agrícola y de Producción Ganadera. Hemos separado porque de alguna forma, prácticamente todo lo que es producción agrícola y producción ganadera, sanidad animal, sanidad vegetal, seguros agrarios, seguros ganaderos... Es una Dirección General que tiene muchísimo trabajo, la que controla semillas, invernaderos, etcétera, producciones…

Todavía no tenemos las RPTs aprobadas. Espero que antes de finales de abril podamos dotar de mayor estructura de personal a servicios centrales y a servicios periféricos, y eso hará que tengamos un poco más de tranquilidad a nivel de personal. Pero es bastante común el movimiento entre consejerías, a veces por motivos personales y a veces por promoción profesional.

P.– Por eso se quejan las Opas por el ritmo de las pruebas de lengua azul.

R.– Yo creo que estamos haciendo vacunación a buen ritmo, y ahí vamos a potenciar desde Eulen los equipos ya desde esta semana porque sí que es cierto que como vamos a tener cada vez un poco más de temperatura, pensamos que el mosquito puede provocar otra vez algún problema de lengua azul. Vamos a seguir vacunando, la intención es hacerlo incluso después del 15 de abril.

P.– También piden los agentes del sector que se mantenga la suspensión de las tasas veterinarias. ¿Va a ser posible?

R.– Hemos tenido una reunión con Economía y Hacienda y estamos buscando alternativas tanto para extender la exención de esa norma a lo largo del año, lo que requeriría una proposición de ley, como para bonificar las tasas en la Ley de Medindas de cara a 2024, que lo haremos sí o sí, aunque todavía no está definido el porcentaje, ni de qué tasas, pero el sector tiene que pensar que el año que viene va a tener las tasas bonificadas y que este año vamos a intentar que parte del año se mantenga la exención. Todavía la situación para el sector es grave y es necesario ayudarle para que siga manteniendo la cabaña.

P.– Es el primer año de la nueva PAC. Las Opas advierten de un peligro de colapso en el sector por la avalancha de normas. ¿Comparte esa visión?

R.– Ha sido una ley a final de año, dieciocho decretos, alguno de los cuales se ha publicado hace pocos días. Aunque no todos afectan directamente a la PAC pensamos que en este marco 23 - 27 toda la legislación se encuentra incluida dentro de lo que se denomina el Pepac, el plan estratégico de la PAC. Todo se ha unido dentro de una misma legislación. Y eso hace que por un lado sea más compleja la gestión, y por otro lado que el sector productor no termina de centrarse, porque de repente sale una normativa que le cambia alguna cosa.

El sector ahora mismo está reflexionando sobre todo ese cambio normativo, sobre lo que tiene que hacer. Desde las administraciones y las organizaciones agrarias y las cooperativas se ha comunicado todo lo que ha sido posible comunicar, pero todavía hay aspectos interpretables. Incluso el Fega cada poco está remitiendo comunicaciones de interpretación, por lo tanto va a ser un primer año relativamente complejo. Ya el Fega ha dicho que no se van a penalizar algunos incumplimientos en los ecoesquemas para dar algo de tranquilidad al sector. Pero sí comparto la opinión de las Organizaciones agrarias que es un cambio bastante importante y que va a costar que el sector se adapte. 

Y luego, como cada vez más toda la normativa tiene que presentarse de manera telemática, también es algo que está haciendo un poco cambiar al sector, que todavía o no está tan acostumbrado a trabajar vía telemática, o incluso reside en determinadas zonas de la Comunidad Autónoma donde hablar de 5G o de wifi es una ilusión.

P.– Incluso el Sigpac tiene algunas deficiencias. Se ha dicho que faltan coeficientes de subvencionabilidad de pastos en algunas áreas.

R.– Hemos tenido un problema con el coeficiente de subvencionabilidad de pastos. Sacaremos una instrucción en breve estos días. El Fega, cuando tomó las fotos de satélite, del Sentinel, en función de las fechas en las que lo ha hecho, ha habido en algunas zonas  de Castilla y León –pocas, por cierto–, en las que ha confundido zonas improductivas con zonas que posiblemente ya fueran pasto seco. Y las ha eliminado de ese coeficiente.

Entonces, lo que hemos estado haciendo, que ya hemos estado en León, y en Palencia, y esta semana es en Ávila, las provincias donde hay más pastos par aprovechamiento de la ganadería extensiva, es explicar a la gente que nadie va a tener menos coeficiente del que tenía en el año 22 y que actualizaremos de oficio todos los coeficientes para que como mínimo tenga el del año pasado.

P.– Ha anunciado usted que tendrá operativo en tres o cuatro meses el Observatorio de la Cadena Alimentaria. ¿Será posible publicar ya la tan demandada lista de costes de producción que pueda servir para orientar los contratos?

R.– Hoy hay una reclamación nacional de las organizaciones agrarias al Observatorio de precios para que esos índices se publiquen. Otra cosa es el trabajo que ya hemos empezado a hacer. Yo creo que somos la Comunidad Autónoma que más desarrollada tiene la Ley de la Cadena, que más ha trabajado en el año 22 y que más va a seguir trabajando. En el año 22, como considerábamos que era un sector más complejo que otros, empezamos ya a tener estudios de costes en todas y cada una de las Denominaciones de Origen del vino.

Al final los estudios de costes se encargan a entidades privadas, en este caso a las universidades, y son orientativos. Lo que no puede una Administración pública es imponer un coste mínimo para cada actividad, pues cada profesional puede ser más o menos eficiente, pero sí puede tener una orientación de costes. Con lo cual, por un lado, sí que estamos trabajando con el sector, para definir cuáles son los sectores que antes se quiere tener dentro de ese estudio, y que, por lo que hemos estado hablando con ellos, son los sectores perecederos en los que tienen la menor capacidad de negociación.

El planteamiento es que de alguna forma la Ley de la Cadena tiene que ayudar a la parte más débil, que es el sector productor prioritariamente. Con lo cual el interés que tenemos es analizar aquellos sectores en los que la durabilidad del producto es más corta, y por tanto tenemos que tener mucho más avanzado todo para que no se puedan producir parones en ese establecimiento de la ley.  Paralelamente, mañana tenemos una reunión con la Junta de mediación y arbitraje para avanzar en mediación como vías alternativas a la jurídica –que más ahora con las huelgas que hay en los Juzgados, se retrasaría incluso años–, para hacerlo en más breve tiempo.

Seguimos desarrollando el papel del defensor de la cadena, seguimos haciendo inspecciones, este año tenemos previstos 400 controles e inspecciones para ver el cumplimiento de la Ley de la Cadena. Creo que de verdad estamos avanzando en que la transparencia en la cadena sea lo suficientemente buena para que todos los eslabones tengan su margen comercial, que es lo que buscamos, hasta el consumidor, que sea transparente y que cumpla la legislación.

Es previsible que tengamos la Ley del observatorio más o menos en el entorno de los tres o cuatro meses, como cuando presentamos hace una semana, que estuvo aquí la directora general de la Aica, y quisimos trasladar la colaboración que tenemos a nivel de Estado-Comunidad Autónoma en ese avance y en ese desarrollo de la ley de la cadena. Hemos impulsado la Ley de la Cadena multiplicando casi por cuatro el presupuesto destinado a ella. De 200.000 euros a los casi 800.000.

P.– La polémica sobre Vox y el diálogo social también está en la Consejería de Agricultura. Las Opas se quejan de que se les va a financiar menos, o directamente de que no se cuenta con ellas, como pasó con la constitución de la Mesa del Porcino. ¿Contarán más, menos o igual con las Opas?

R.– Nosotros seguimos siendo de las cinco comunidades autónomas que siguen cada cinco años analizando la representatividad de las Opas. Si el cambio a Vox hubiera supuesto que no hubiéramos querido tener interlocución con ellos, lo primero que hubiéramos hecho es no convocarles a las elecciones para decidir su representatividad.

Existe una serie de foros regulados donde evidentemente está todo el sector, y luego existen mesas de trabajo en las cuales en algunas se les invita a participar y en otras no se les invita, lo cual no quiere decir que haya menos interlocución con ellos. Incluso en la del porcino hemos empezado ya a trabajar desde la siguiente reunión contando con ellos. La primera reunión fue un poco más vinculada a la parte industrial y no tanto a la de producción.

Y en cuanto a los aspectos más vinculados a la parte política, lo que sí que decimos desde Vox es que vamos a intentar que las ayudas sean por hacer, no por ser. Yo en ningún momento he dicho que vayan a disminuir los apoyos a las organizaciones agrarias, incluso sí he dicho públicamente que los apoyos van a crecer, pero  lo que también les he trasladado es que necesito que parte de esos apoyos vayan vinculados a determinadas actividades. Y para ello, cosa que no se había hecho en esta Comunidad Autónoma –y estamos hablando que la ley agraria es del año 2014–, este año 2023 les voy a reconocer como entidades colaboradoras de la Administración, algo que marca la propia Ley agraria. Han pasado casi diez años sin que nadie les haya reconocido como tal.

Nuestro papel con las organizaciones va a ser, yo entiendo, cada vez mayor, independientemente de que ellos a lo mejor quisieran que cada quince días tuviéramos una reunión de lo que fuera. A veces la dinámica de la gestión de la Consejería no posibilita estar cada quince días reunidos.

P.– Parece que se disipa un poco la sequía, que las perspectivas son más optimistas para la próxima campaña. La CHD está ahora reuniéndose con las juntas de explotación para las dotaciones del regadío…

R.– Hoy por hoy los embalses están casi diez puntos por encima del año pasado, pero hay una preocupación importante en el sistema del Pisuerga, que cubre una parte de las provincias de Palencia, Valladolid y Zamora que en este momento no llega al 50% y que puede dificultar muy mucho a la dotación que se asigne a esas zonas de riego.

Nosotros seguimos pidiendo al Ministerio tener una mayor capacidad de regulación, sobre todo en estas zonas en las cuales se producen en momentos puntuales cantidades de lluvia importantes que producen el desbordamiento de los ríos como hemos visto en los meses de octubre, noviembre y diciembre, y si no somos capaces de guardar ese agua luego nos puede llegar la circunstancia de que si queremos utilizarla como pasa ahora no tengamos agua suficiente. 

Por un lado vamos a seguir demandando al Ministerio mayor capacidad de regulación, bien haciendo pequeñas balsas, pequeñas presas o incluso recreciendo alguno de los embalses. Vamos a seguir pidiendo que se modernicen cada vez más regadíos. Por ejemplo, anteayer decía Moisés, el presidente de una de las comunidades de regantes más importantes de Palencia, que las infraestructuras en la provincia son tremendamente obsoletas y hay una pérdida importante del agua que se reparte por esas acequias. 

P.– ¿Cómo se puede abordar esa modernización de regadíos?

R.– La modernización siempre supone ahorro y eficiencia de riego. Nosotros este año 23, que ya llevo firmando unos cuantos convenios a lo largo de este mes, vamos a seguir con las tecnologías de digitalización y de cambio de sistema energético. Ahora estamos implantando sistemas de energía solar fotovoltaica, en muchos de esos regadíos modernizados, donde estamos favoreciendo que el sector riegue con un coste, o con una rebaja del coste aproximada de entre el 40 y el 45%, aparte de depender cada vez menos de esa energía eléctrica.

Pensemos que ahora mismo ya hay firmados a lo largo de esta legislatura algo más de 60.000 hectáreas con un compromiso económico de cerca de 80 millones de euros en los cuales vamos a tecnificar esos regadíos, muchos de los cuales van vinculados a unas balsas que están en altitud y que se van a regar parcialmente prácticamente a presión, sin necesidad de coste energético. 

Y eso lo que supone es que el sector, al optimizar los costes, sea más competitivo y nos permita desarrollar un poco más esa vida en los entornos rurales. Al final el regadío es vida, es donde más incorporación de jóvenes hay, es donde más se instala la industria agroalimentaria, y es otra de las medidas que nosotros podemos desarrollar con el sector para seguir favoreciendo los regadíos. 

Como novedad, ya hemos tenido varias reuniones, con lo que se denominan las CUAS (Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas), donde el coste energético es muy alto, porque están sacando el agua a 200, 300 o 400 metros de profundidad. Vamos a intentar desarrollar este tipo de proyectos de tecnificación de regadíos para colocarles las balsas, los grupos de impulsión, las placas solares, y que puedan regar de manera tecnificada y con mucho menos coste a lo largo de lo que nos queda de legislatura.

Para nosotros el regadío es una de las asignaturas pendientes y algo de lo más importante. Pensemos que Castilla y León está diez puntos por debajo de la media nacional en porcentaje de superficie de regadío, por eso digo que seguiremos machacando y luchando con los ministerios correspondientes para que nos doten de más capacidad.

P.– Acaba de inaugurar la balsa de Villalón, que ha convertido en regadío algo más de 2.100 hectáreas, un proyecto que llevaba dos décadas en obras. ¿Habrá más de ese estilo en Castilla y León?

R.– Sí. Estos días he firmado el convenio de Vegas del Almar, en Salamanca, he estado en el Páramo Bajo, en la Presa de la Tierra… Hay muchos proyectos en los que estamos trabajando, para tecnificarlos y de alguna forma intentar que el coste energético sea inferior, y que no dependan de esa energía eléctrica que tiene muy preocupadas a las comunidades de regantes. Las hay que han cuadruplicado sus costes energéticos. También en la balsa de Villalón habrá tecnificación con placas solares, y también lo estamos estudiando en otra zona en Tordesillas.

P.– El Presupuesto de la Consejería subió un 14% hasta los 433 millones de euros, 80 más que el año anterior. Se reprochó que era uno de los departamentos que menos crecía en dotación.

R.– A lo largo de este año pasado, a través de las líneas de PRTR (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia), hemos sido capaces de obtener una financiación extra por parte del Ministerio de Agricultura de casi 33 millones de euros, que nos va a posibilitar estos días que todo el sector que solicitó a lo largo del año 22 ayudas para maquinaria de precisión, para agricultura y ganadería 4.0, para ahorro y eficiencia energética y para las plantas de biogás y de biomasa tengan la ayuda concedida. 

Estamos hablando de que hemos pasado entre las dos líneas de unos 6 millones de euros a cerca de esos 32 millones. Para hacerse una idea, la línea de agricultura de precisión es entre 4 y 5 veces mayor que el Plan Renove del Ministerio, que se acabó en tres cuartos de hora, que estaba dotado con algo menos de 7 millones de euros. Es una demanda que seguimos haciendo desde la Consejería, para que el Ministerio dote de verdad con fondos esa línea, incluso cambie el sistema, porque nuestro sector es un sector dinámico, emprendedor, en la línea de ese plan del Gobierno casi el 65% de las solicitudes que se presentan y se autorizan son de agricultores de Castilla y León.

Eso nos ayudó a subir ese presupuesto de ese 14 a casi 15% de crecimiento. Y lo importante para nosotros es el crecimiento en capítulos 4, 6 y 7. Es el presupuesto más inversor que tiene la Consejería prácticamente desde finales de los 2000. Desde 2008 o 2009 no había habido un presupuesto tan inversor. El sector tiene que sentirse contento.

Hemos subido más de un 20% la línea de seguros agrarios, hemos potenciado todos los temas de sanidad, hemos crecido mucho en temas de investigación e innovación, va a haber bastante más ayuda a la incorporación de jóvenes y a la modernización, a la política de regadíos que comentaba, a la política de concentración y reconcentración parcelaria, porque pensamos acometer más de 150.000 hectáreas a lo largo de estos 4 años, o sea que todo son políticas inversoras que va a ver el sector.

Vamos a incrementar bastante la línea de ayudas de este año 22 a la agroindustria, que es parte, también, clave del desarrollo regional, y de esa capacidad exportadora que ayer decía Vitartis que hay que seguir potenciando, porque hoy lo importante en Castila y León es seguir exportando productos de calidad, y crecer ahí.

P.– En un terreno más político, Vox pidió Agricultura como su consejería estrella. ¿Cree que hay margen para conseguir ese lucimiento esperado? ¿Cuál va a ser la diferencia de la Consejería con Vox?

R.– Ya hemos estado dos veces en Bruselas, yo he estado con el comisario en el mes de noviembre, intentando trasladarle parte de esa filosofía que yo creo que no solamente es de Vox, sino que es bastante común e incluso en parte del sector, nosotros seguimos pensando que la política europea no tiene que ser tan verde, tiene que ser una política menos medioambientalista, más cercana a lo que tenemos que tener: esa seguridad y esa soberanía alimentaria. Tenemos que tener una preferencia comunitaria que nos permita que cuando vengan productos de terceros países cumplan los mismos requerimientos sociales, ambientales y sanitarios que los nuestros, tenemos que entender que parte de esa estrategia ‘De la granja a la mesa’ no tiene que ser una obligación como tal. De alguna forma yo no creo que Europa esté preparada para que en el año 2030 el 25% de la producción sea en ecológico.

Yo le transmití al comisario, que es polaco, que en Polonia ahora mismo solo el 4% de la agricultura está en ecológico, mientras que en España estamos en el entorno al 12%. Una de las medidas potentes de la Consejería este año es inyectar 70 millones de euros en la ayuda agroambiental para agricultura ecológica. Eso nos puede posibilitar doblar la superficie que ahora tenemos, pero aun así nos dejaría muy lejos de ese porcentaje.

Lo que sí que se le reclama como política de Vox a Europa es que piense en Europa, piense en que tenemos que ser nosotros los que produzcamos para la población europea, mucho más que depender de terceros países. Se está viendo, con estas guerras frías y con la situación de la guerra de Ucrania, que depender de terceros países puede hacer que no seas capaz de abastecer a tu propia población. Eso sí que es algo que desde Vox hemos ido trasladando en sucesivas ocasiones al comisario.

P.– ¿Y el comisario ha sido receptivo?

R.– Sí. También le trasladamos la necesidad de que las medidas de condicionalidad reforzada deberían flexibilizarse no solo para uno, sino para más años. Nos dijo que la Comisión lo estaba analizando y que casi con toda seguridad se iban a retocar para flexibilizarlo, para que los estados miembros tuviéramos más capacidad de decidir, como ha pasado este año, a nivel de disminuir la dotación y otra serie de medidas que hemos tenido la capacidad de aminorar la presión sobre el sector.

P.– Entonces… ¿ha sido más fácil entrevistarse con el comisario europeo que con el ministro Planas? Porque creo que tiene usted pedido un encuentro bilateral desde los inicios de la legislatura, y no se ha producido todavía.

R.– No, todavía no ha llegado ese encuentro. Sigo esperando al ministro. El 17 tengo sectorial con él, presencial, allí, pero lo que es bilateral, que sí que se la pedí algo así como cuatro o cinco veces, no ha llegado el momento.

P.– ¿Qué opina de la marcha del pacto PP-Vox? ¿Hay potencia suficiente para terminar la legislatura?

R.– Yo pienso que sí, cada vez hemos ido sincronizando un poco más esa diferencia de ideas. Pero realmente, como son ideas que están plasmadas en un pacto de legislatura, son comunes, independientemente que tenemos que mejorar un poco, a veces, la interlocución interna y sobre todo la capacidad de comunicación. Pero ahora, ya llevamos un año de rodaje, la interlocución es bastante fluida y el Gobierno se está ejecutando en beneficio de la sociedad, que es lo que se busca.

P.– El presidente Mañueco decía con el pacto anterior, el que hubo con Ciudadanos, que tenía que ejercitar mucho la «santa paciencia». ¿Usted cree que va a tener que utilizar también mucho la santa paciencia con Vox?

R.– Yo me creo lo que él dice, que hay bastante diferencia entre esa parte del Gobierno con Ciudadanos y la parte del Gobierno con Vox. Sobre todo había una persona con la que era bastante difícil conseguir que el Consejo de Gobierno fuera fluido.

P.– Son muy criticadas las intervenciones de los procuradores más polémicos. ¿Qué diferencia ve entre las intervenciones de Gallardo y las de Igea o Pablo Fernández en las Cortes?

R.– Hay bastante diferencia en el sentido de que hay dos que son proactivas y la otra es reactiva. Hay dos personas que están permanentemente provocando y hay otra persona que tiene que responder a la provocación. Yo entiendo que cada vez Gallardo lo está haciendo mejor y de alguna manera es alguien que le pasa como me puede haber pasado a mí, que no tienes esa fluidez y ese desarrollo político de haber estado en las Cortes con la experiencia de esas otras dos personas.

P.– Precisamente los ‘naranjas’ decían cosas como que había que cerrar el Instituto Tecnológico Agrario de Castila y León (Itacyl), porque era un ‘chiringuito’… 

R.– Pues es todo lo contrario. Es importantísimo. Hemos doblado el presupuesto de Itacyl para este año y queremos potenciarle bastante. Ahora mismo puede ser lo más potente que tiene la Administración a nivel de investigación en Agricultura, Ganadería y Agroindustria a nivel nacional e internacional. Tenemos muchos proyectos de ámbito nacional y comunitario donde nuestros investigadores están trabajando.

Precisamente este año, como novedad en la Consejería, vamos a intentar acercar la investigación a la empresa. Es algo que vamos a lanzar desde Itacyl. El otro día firmamos ya un convenio con Avilagro y lo que a mí me parece que no tenía mucho sentido es que investigáramos de puertas adentro, que nos dedicáramos a llenar las publicaciones científicas de cosas que hacemos bien y que eso no se trasladara a la empresa y a la realidad.

Entonces, por un lado vamos a empezar a hacer convenios importantes, investigación Itacyl-empresa, y luego también a lo largo de este año, que cumplimos 20 años en el Itacyl, vamos a comunicar mucho más a todo el sector, incluso con el apoyo de las Opas, cooperativas, industria, de todas aquellas cosas que hacemos y que pensamos que pueden ir en beneficio de la sociedad.

Ayer se hablaba en Cortes de alimentos celíacos, nosotros ya tenemos unas líneas de investigación sobre alimentos para celíacos, tenemos un apartado en Tierra de Sabor de productos preparados para ellos, de alguna forma es para nosotros importante que esa investigación se comunique, se vea, que el sector conozca toda la red de centros que tenemos repartidos por la Comunidad autónoma y que se aprovechen de los investigadores que tenemos en todos esos centros. Para que la investigación sea aplicada. 

Eso es algo muy importante y que este año vamos a potenciar con todo el mundo. Las zonas de puertas abiertas están preparadas incluso para la prensa. Dentro de poquito inauguraremos una de las cosas más importantes y más curiosas que tiene Itacyl, que es una especie de estómago tecnológico que permite analizar con multitud de parámetros el comportamiento que tienen muchos alimentos sobre las personas. Eso va a ser un avance importante dentro de las cosas novedosas que presentaremos del Itacyl. ‘Gastrosym’, se llama.