Hostelería y comercio de Valladolid, ‘ahogados’ por la calefacción: «Pago el triple por mis facturas y esto no ha hecho más que empezar»
Comerciantes y hosteleros Aseguran que las malas previsiones para el otoño «se están cumpliendo» y que en septiembre el consumo se ha desplomado en la Comunidad / Reclaman ayudas directas de las administraciones
Hosteleros y comerciantes afrontan un otoño plagado de incertidumbres y se asoman a un invierno en el que temen que se acentúe la asfixia por los gastos de los suministros, especialmente los de calefacción . Los altos costes suponen una amenaza para sus negocios que, además, comienzan a acusar el descenso del consumo. Septiembre comenzó con el temor de los consumidores a quedarse sin ahorros ante la pérdida de poder adquisitivo, consecuencia del disparado IPC, y la contracción del gasto de los hogares se hizo más evidente con la llegada de octubre.
Así lo ha confirmado en respuesta a este periódico el presidente de la Confederación de Comercio de Castilla y León (Conferco), Adolfo Sainz: «Todos estamos ahogados. Esto es un desastre, y no solo en lo que estamos, sino en lo que va a subir. Y todas las incertidumbres que nos trasladan».
«Los comercios lo pagamos doblemente, porque lo sufrimos en nuestras carnes: pagamos nuestra calefacción y nuestra luz, y también lo padecemos como consecuencia de que nuestros clientes están achuchados, y entonces el resultado es que no gastan. El consumo se paró en septiembre absolutamente», explica. «Es la percepción que tenemos solo con preguntar a cualquiera. En septiembre todo se ha parado muchísimo».
Los comerciantes intentan incorporar medidas de ahorro pero no hacen más que ver crecer su factura energética. «Apagamos la luz cuando no la necesitamos, el aire acondicionado... Menos mal que por ahora no está haciendo frío, pero nuestro temor no está en lo que hemos pagado, sino en lo que podemos pagar», apunta. «Es una situación crítica».
Por eso, desde Conferco demandan «ayudas directas por parte de todas las administraciones, tanto de la Junta como del Gobierno de España». Por ahora «han convocado una subvención al comercio rural, también una por parte de los fondos europeos. Las ayudas están empezando a salir pero hacen falta más, porque va a ser un trimestre horroroso y lo estamos sufriendo ya».
«El otoño complicado se está cumpliendo», aunque «no a todos les irá igual de mal, los que vendan pellets, y los que vendan bufandas y pijamas gordos, quizá les vaya mejor, todo es relativo», pero «en general la incertidumbre, la crisis y el miedo a lo que pueda venir se han extendido», añade.
De la misma opinión es el vicepresidente de Conferco y Presidente de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), Alejandro García Pellitero: «Hay muchos comercios que no nos han puesto el tope del gas, y estamos viendo que sube el consumo según la evolución del precio de la luz, pero cuando nos metan el tope del gas nos va a subir al doble la factura», lamenta. «Si tienes el kilovatio hora entre 15 y 18 céntimos y el tope del gas está entre 20 y 25, es mucho más caro que el consumo real de luz. Veremos a ver qué vamos a hacer con las calefacciones, si las tiendas lo pueden asumir». CÍRCULO VICIOSO
Y en caso afirmativo, «si lo pueden asumir las horas que sean necesarias», porque «esto es una pescadilla que se muerde la cola: si no pones la calefacción el tiempo suficiente, el personal se puede coger catarros o gripes». Además, «muchos comerciantes ya no están en la tesitura de ponerla a 15 o 18 grados, sino directamente de si ponerla o no ponerla».
Por ahora, apunta, el incremento importante en la factura de la luz se ha dejado sentir: «Yo en una de las tiendas he pasado de pagar de 140 euros a 185 euros al mes, con menos luces encendidas porque hemos reducido los metros de exposición.Y eso en una factura de verano».
En cuanto a la caída de la ventas, «se ve en todos los niveles, y solo tienes que ver las promociones que están haciendo las grandes superficies: Amazon ha sacado esta semana dos días especiales. ¿Por qué? Porque ha bajado las ventas». Y no solo en las nuevas plataformas, sino en los centros comerciales de toda la vida: «El Corte Inglés saca promociones de ‘te devuelvo el dinero para próximas compras’ MediaMarkt ‘El día sin IVA’... Esas cosas no pasaban antes en plena temporada. Eso te indica el parón de ventas que hay a todos los niveles: el pequeño comercio, mediana superficie, grandes cadenas y online». «Es lógico, porque las familias tienen menos renta disponible para dedicarla al consumo», añade Pellitero. «Tienen que pagar lo que es primera necesidad, comer y pagar los costes de la vida diaria, y el dinero disponible para todo lo demás es menor», explica.
La amenaza de invierno con los costes de la energía disparados llega al mismo tiempo que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe) de Castilla y León ha presentado un informe sobre el impacto del sector comercio en la Comunidad. Un sector que acapara el 8,9% del Producto Interior Bruto (PIB) autonómico, cuyas empresas suponen el 22,5% del total de empresa activas (el primer grupo de actividad) y que aporta a la economía el 15,2% de los afiliados a la Seguridad Social, con un total de casi 140.000 personas.
Los números aumentan significativamente si se tiene en cuenta otra rama indispensable del sector servicios. El presidente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León, Fernando de la Varga, no es más optimista en su valoración sobre el panorama actual de su sector. «Qué duda cabe que salimos de una crisis, una pandemia de la que la hostelería todavía no se ha recuperado ni tiene colchón suficiente para afrontar este nuevo escenario», afirma.
«Hemos pasado dos años en unas condiciones muy complejas para mantener la hostelería, y de repente, cuando pensábamos que íbamos a tirar para adelante, nos ha venido hace ya más de un año este gran impacto que es el energético». Y es que los establecimientos hosteleros «tienen unos grandes costes no solo por la factura del gas, sino de la luz, pues tenemos un consumo muy elevado y eso hace que tengamos mucho miedo».
«Por fortuna hemos tenido un verano con una climatología bastante buena, y ha permitido que se alargue un poco más esa facturación del verano, pudiendo bajar el coste energético», relata De la Varga, «pero a partir de ahora hay mucho miedo y mucha incertidumbre, porque estamos viendo cómo semana tras semana esas facturas se están inflando». Por otro lado, «el sector va a intentar repercutir, me atrevería a decir, mínimamente, los costes tanto energéticos como de las materias primas que nos están asolando».
Por todo ello, la Confederación de Hosteleros de Castilla y León va a solicitar a la Consejería de Industria de Castilla y León una reunión de urgencia. «Tenemos que buscar algún tipo de paliativo para esta situación, teniendo en cuenta que ahí están los datos del Sepe (Servicio Público de Empleo Estatal), que dicen que somos el sector que más empleo ha dado en los últimos tres meses, y yo me atrevería a decir que en el último año». Por lo tanto «es un sector que hay que cuidar, que hay que mantener, y si este sector se cae se cae la economía circular de las ciudades», asegura.
El presidente de los hosteleros destaca que ya ha terminado el catálogo de ayudas vinculadas a la pandemia del Covid: «Ahora estamos en otro escenario en el que habrá que dialogar con los distintos ayuntamientos» después del cese de las bonificaciones por terrazas, y otras. Y es que en esta cuestión «no solo se trata de que aporte la Junta de Castilla y León, sino que hay una triple escala, desde el Gobierno central, pasando por las autonomías y por las administraciones locales».
«El turismo es muy importante para Castilla y León y por tanto el sector va a necesitar de nuevo esa pequeña colaboración entre todos, porque se hace duro, y se hará más en cuanto cambie la climatología», añade. Por otro lado, el representante de los hosteleros señala que «no tienen nada que ver» los climas del norte, centro y sur de España «y los costes son muy dispares, en concreto en zonas donde el frío es mucho mayor».
En cuanto a la bajada del consumo, la casuística en los establecimientos hosteleros es distinta al comercio: «Estamos llegando al ritmo habitual del otoño, pero mientras la climatología siga siendo la que es, esa bajada va a ser más progresiva y no de un día para otro como suele ocurrir en estas tierras, que pasamos de 20 grados a cinco bajo cero de un día para otro». Por esa circunstancia climatológica «no acusamos un descenso tan grande como sí se está viendo en el consumo».
De la Varga advierte de que «todos estamos en el mismo barco», y «esto no va de que me ayuden a pagar la factura, sino de salvar puestos de trabajo y de salvar la economía. Es el objetivo final que tiene que tener esa colaboración mutua entre todos», concluye.
Juan José García, ‘Queco’ / Hostelero: «Pago el triple por mis facturas y esto no ha hecho más que empezar, lo veo negro»
El hostelero Juan José García, más conocido en el gremio y entre los amigos como ‘Queco’, ve «muy negro» el panorama. «Soy de los que piensan que esto no ha hecho más que empezar», declara, y tampoco es optimista a la hora de pedir ayudas: «Después de lo que hemos pasado en la pandemia, que no hemos recibido absolutamente nada, poco puedo a pedir ahora».
Está sufriendo en sus propias carnes el impacto del repunte de precios. «Nos ha subido la luz muy progresivamente, pero en el último mes nos han arreado bien, estamos pagando más del triple». ‘Queco’ desembolsaba hace un año unos 500 euros por cada uno de sus tres establecimientos en Valladolid –Mahogany Deux, Zhouk, y Shutton–, pero «este mes hemos pagado 1.500 por cada bar solo de luz», declara.
«Yo no soy de los que mira las cosas al dedillo, si el alcohol sube un poco más o un poco menos. Después de lo que hemos pasado, solo pido que me dejen trabajar», dice. «Sin embargo, este mes ha sido bestial. También es cierto que hemos tenido las Ferias de Valladolid, con las que ha habido mucha actividad y han contribuido a que ese coste se haya elevado, pero lo que digo: esto no ha hecho más que empezar».
Y es que «ya se hablaba con el Covid de un gran apagón, que iban a venir tiempos muy duros, y al final uno dice: ¿Cómo es posible que esto se supiera antes del Covid, que íbamos a tener la energía muy cara? Ahora con la guerra todo se está poniendo mucho peor», vaticina.
A los costes de la energía se le suman los aprovisionamientos y, ahora, la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social. Los establecimientos de ‘Queco’ dan trabajo, bien directo, indirecto o temporal a una veintena de personas. «Lo suben todo y del último que hablan es del autónomo de turno. Quieren cambiarnos el chip, nos dicen que ponen impuestos para que paguen los más ricos y yo, sinceramente, con 47 años no he cobrado ni un solo día de paro en mi vida. Dicen que ponen subsidios para los más vulnerables, pero también hay que ayudar a los trabajadores».
«Ahora estoy aguantando, pero en tres meses si no se dan ayudas, muchas tiendas, y también bares, van a tener que cerrar», augura. «No solo tenemos luz, tenemos que mantener cámaras de refrigeración, etcétera, que gastan mucha energía. Y eso que yo cuando cierro mis bares después del fin de semana apago todas las luces, solo se mantienen encendidos los arcones».
En cuanto a la caída del consumo, «sí que hemos notado que las Ferias (principios de septiembre) han sido buenas, después de dos años de bares cerrados. Pero el verano ya ha sido muy difícil. Ahora hemos vuelto a la normalidad de antes de las fiestas y todo está muy parado. Llevamos dos semanas muy flojas», asegura. «Los viernes no hay absolutamente nada, y el único día que está bien para aguantar en el mundo de la noche es el sábado».
Jaime Ercilla / Comerciante: «Ahora todos los presupuestos de gastos se nos han ido por el sumidero»
«El invierno es una total incertidumbre y no sabemos a qué atenernos, todos los presupuestos se nos han ido por el sumidero». Con estas palabras Jaime Ercilla, el titular de la céntrica Perfumería Ercilla de Valladolid, muestra su preocupación ante el aumento incontrolado de todos los insumos, tanto de la energía como del resto de artículos que comercializa en su establecimiento.
«Con estas facturas de luz no se pueden calcular los gastos, es una locura», asegura. «De un mes a otro te puede subir un 25%. En el comercio no podemos hacer más ajuste energético que el que viene haciendo tradicionalmente el comercio: cambio de luces a led, aislamientos... El margen de mejora energética que tienen los establecimientos es muy pequeño».
El comerciante también ha notado, tal como dicen las asociaciones de empresarios de su sector, la caída abrupta del consumo en septiembre. «Han bajado las ventas alarmantemente. Yo lo entiendo porque además de comerciante tengo familia y lo veo en mi casa: con los gastos fijos, las hipotecas y el precio de la luz, el consumo se ha reducido, está clarísimo».
Por eso, Ercilla reclama «ayudas directas», puesto que «al final está muy bien todo lo de la digitalización en el comercio, y eso ya lo tienen instaurado y no se puede sacar más. Ahora necesitamos ayudas directas para pagar los suministros. Es muy sencillo, y ahí no hay trampa ni cartón. Que cojan las facturas y subvencionen una parte».
Para colmo, a todos los gastos se ha unido ahora el incremento de las cotizaciones a la Seguridad Social para los empleadores. «Al final cuando tienes un trabajador, se lleva casi más el Estado que el trabajador, y eso no puede ser», lamenta el comerciante vallisoletano. «Nos están ahogando».
Y es que el pequeño comercio «no es como una fábrica, y no tiene las ayudas que muchas veces tienen las grandes compañías en sus cotizaciones para que no cierren, porque si cierra un comercio pequeño la Administración ni se entera, y si lo hace una gran empresa sí. Pero al final, estamos todos en el mismo barco» advierte Ercilla, que teme más esta crisis que la de 2008: «Aquella sabíamos que era coyuntural y temporal, pero no vemos que este problema tenga una solución a medio ni a largo plazo».