Siro: un gigante que se tambalea
Dos fondos de inversión toman el control de la compañía para paliar el alto endeudamiento y su plan de viabilidad pone en pie de guerra a los 1.600 trabajadores de la plantilla en Castilla y León
El gigante Siro tose y se encienden las luces de alarma en Castilla y León. El grupo agroalimentario palentino especializado en la fabricación de galletas, con 31 años de historia en la Comunidad y con ramificaciones en cuatro continentes, da trabajo en sus cuatro fábricas de Castilla y León a más de 1.600 personas , un tercio de las que emplea en todo el mundo.
Los números de la compañía impresionan a primera vista. Las del último año prepandemia, 2019, que reflejan los resultados de la entidad a pleno funcionamiento sin los recortes debidos al Covid, arrojaron 577 millones de euros de ventas netas en todo el mundo, una plantilla de 4.640 personas y 16 fábricas, 12 de ellas en España y las otras en Portugal, Italia, Reino Unido y México.
Sin embargo, una deuda que ha crecido hasta los 300 millones de euros , lastrada por la pandemia y por el repunte del precio de las materias primas, ha llevado a la marca a ampliar capital. Da entrada a dos fondos de inversión, Afendis Capital Management y Davidson Kempner –el primero turco y el segundo norteamericano, asociados para esta inversión–, que se convertirán en los accionistas mayoritarios haciéndose con el 75% de la entidad. Eso sí, el alma máter de la firma, su fundador y hasta ahora principal accionista, Juan Manuel González Serna, retendrá el 25% restante y continuará a las riendas, con la autoridad que le da su prestigio empresarial como reflotador de empresas.
Los nuevos accionistas paliarán la complicada situación financiera de la entidad con la aportación de 60 millones de euros –algunas fuentes elevan esa inversión hasta los 80 millones–, e impulsará un plan estratégico para posicionarse como referente mundial en las categorías de galletas, cereales de desayuno, snacks y pasta. De hecho, la empresa tiene como objetivos para este 2022 «alcanzar un ebitda recurrente de 20,5 millones de euros, afianzar definitivamente la sostenibilidad financiera, asegurar la confianza de los clientes y recuperar su posicionamiento en el mercado».
Cerealto Siro llevaba un año de búsqueda de socio inversor en el que se perfilaba como favorita la francesa Biscuit International, propiedad del fondo Platinum Equity, pero finalmente serán estos otros los fondos internacionales que se hagan con la mayor parte de la compañía. Mercadona, principal cliente del grupo y que representa cerca del 60% de sus ventas, ha dado el visto bueno a la operación del que es su principal proveedor de galletas de marca blanca.
La aplicación de un plan estratégico de los nuevos accionistas es ahora el principal caballo de batalla de la plantilla, que no está dispuesta a perder derechos laborales. Fuentes sindicales aseguraron a este periódico que la aplicación de ese plan podría suponer una rebaja en los salarios de hasta un 15% . Hace pocos días la fábrica de Siro en la localidad zamorana de Toro ha sido protagonista de cinco jornadas de huelga, desconvocada el 9 de abril tras la readmisión por parte de la empresa de 10 trabajadores que habían sido despedidos y la firma del convenio 2020/2021 que contempla un incremento salarial del 1,2% para cada ejercicio.
Si todo sale como la compañía espera, la reestructuración de capital permitirá dar un nuevo impulso a Cerealto Siro Foods , una empresa con 31 años de historia que trabaja «para que su desarrollo empresarial suponga bienestar y riqueza para Castilla y León, la tierra donde tuvieron lugar sus comienzos», asegura la firma, que remarca, en respuesta a este periódico, que su compromiso con el entorno y la población local de esta región «es incuestionable».
También pone de manifiesto la empresa su compromiso con la integración laboral de personas en riesgo de exclusión social. En 1997 formalizó su primer acuerdo con Fundación ONCE y dos años después creaba el primer Centro Especial de Empleo en la localidad palentina de Venta de Baños. Hoy en día, aproximadamente 17% de los trabajadores de sus centros productivos en España, 236 personas, presentan algún tipo de discapacidad o se encuentran en riesgo de exclusión social.
Por otro lado, Cerealto Siro considera Castilla y León una región «llena de tradición e historia » y apuesta por «un desarrollo compartido desde que adquirió su primera fábrica en 1991». El presidente de la compañía, Juan Manuel González Serna, transformó una empresa familiar en uno de los principales grupos alimentarios de España, con una expansión internacional. «Donde otros amenazaban con cierres y deslocalizaciones, Siro estaba ahí para estudiar sus posibilidades de crecer y diversificarse, y de mantener el empleo en peligro». La recuperación de fábricas en riesgo de cierre, como ocurrió con el Grupo Casado en Medina del Campo en 2008 con la recuperación de 220 puestos de trabajo, y en otras ocasiones, ha contribuido a la riqueza y empleo en zonas rurales.
Otros ejemplos de empresas reflotadas por Cerealto Siro desde la compra de la primera factoría en 1991, Galletas Siro en la localidad palentina de Venta de Baños, donde trabajaban 84 personas y hoy 850 en dos fábricas, se dan también en Toro (Zamora), Tordesillas (Valladolid) y Aguilar de Campoo (Palencia).
La fábrica Reglero en Toro, adquirida en 1993, contaba con 100 trabajadores, ahora son 370. La fábrica Ardilla en Tordesillas, adquirida por Cerealto Siro en 1998, contaba con 70 trabajadores y actualmente son 140 los provenientes de esa factoría que trabajan en Venta de Baños. La factoría Fontaneda en Aguilar de Campoo, comprada en 2003, daba trabajo a 174 personas y hoy son 330. Por último, la compañía levantó una planta de nueva construcción en la localidad segoviana de El Espinar, un centro de I+D+i que da empleo a 60 personas.
Una simple resta da idea del impulso del Grupo a todas estas empresas que se encontraban en crisis: el empleo total en el momento de la compra en las empresas adquiridas en Castilla y León era de 428 puestos de trabajo, mientas el total del empleo generado en Castilla y León a fecha 2022 es de alrededor de 1.600 puestos de trabajo , según datos de la compañía.
Grupo Siro fue constituido en 1991 a raíz de la adquisición de Galletas Siro, histórica fábrica palentina radicada en Venta de Baños, a la francesa BSN-Danone. Una empresa que González Serna supo impulsar y garantizar el empleo de las 84 personas que entonces formaban la plantilla de la fábrica. Hoy en Venta de Baños dan empleo a alrededor de 850 personas.
A partir de ese momento la empresa familiar fue adquiriendo más firmas de otros grupos familiares y multinacionales implantadas en el mercado nacional, al tiempo que acometía un amplio proceso de diversificación y creaba nuevos centros de producción.
Desde entonces y hasta la actualidad «Siro ha ido incorporando nuevas líneas de negocio, teniendo siempre presente la evolución de negocio a futuro, para ofrecer las mejores oportunidades a las personas que forman parte del grupo, y los mejores productos para el consumidor», asegura la misma fuente.
Así, en 1993 incorporó la zamorana Pastas Reglero, y al año siguiente compró Río Productos Alimenticios al Grupo Barilla . En 1998 –mismo año en que se convirtió en interproveedor de Mercadona– hizo otro tanto en pasta alimenticia mediante la adquisición de Pastas Ardilla y La Familia al grupo Danone. Siro adquirió la fábrica de Tordesillas y garantizó el empleo de todos los trabajadores. Construyó una nueva fábrica de pasta, a la vanguardia en tecnología y con gran capacidad productiva, en Venta de Baños, que generó nuevos puestos de trabajo. Un centro especial de empleo que hoy tiene más de 140 trabajadores.
En 2003 Siro reforzó su presencia en Castilla y León y se convirtió en pieza clave en la solución de la traumática crisis galletera en Aguilar de Campoo , cuando compró a United Biscuits la emblemática fábrica de Fontaneda. Ese paso se convirtió en un hito muy relevante en la historia de la marca.
En 2008, la compañía construye una nueva fábrica en Aguilar de Campoo dedicada a la fabricación de galletas, cereales de desayuno, barritas de cereales y productos sin gluten (pan y galletas), en la que trabajan alrededor de 330 personas, frente a las aproximadamente 174 iniciales.
Castilla y León acoge hoy nueve de los catorce centros de trabajo de Cerealto Siro. La Compañía ha invertido en los últimos diez años 1.000 millones de euros en instalaciones productivas e innovación.
Otros hitos importantes para la empresa se refieren a la labor social, como el de 1997, con el acuerdo delGrupo con Fundación ONCE para la integración laboral de personas en riesgo de exclusión social. Dos años después abrió su primer centro especial de empleo.
En 1998 la empresa comenzó su producción de pasta, y en 2006 entró en nuevos negocios, con la incorporación de pan de molde y bollería. En 2007 constituyó la Fundación Siro, y en 2008 dio un impulso a la Investigación, Desarrollo e innovación con al creación del centro I+Dea en la localidad segoviana de El Espinar. Poco después, en 2012, se constituye Cerealto, y la marca entra en el negocio de cereales de desayuno, de alimentación infantil con una fábrica en Portugal, y se implanta en Italia con una fábrica de pasta.
La lista de pasos importantes continúa en 2014 con la adquisición de los primeros laboratorios agronómicos , y sigue en 2015 con la implantación en Reino Unido y México. En Reino Unido con una fábrica de galletas, barritas de cereales, snacks y productos sin gluten, y en México con la adquisición de una fábrica de galletas. Al año siguiente, 2016, Siro adquiere una fábrica de galletas en Portugal, y celebra el 25 aniversario de Grupo Siro y el primer centenario de Galletas Siro.
Ya en 2018 se produce la integración de Grupo Siro, interproveedor de Mercadona en España, y Cerealto, con operaciones a nivel global, para crear un único grupo alimentario multinacional.
La entrada del nuevo socio inversor, los fondos internacionales Afendis y Davidson Kempner, «está prevista para las próximas semanas, una vez se resuelvan los trámites administrativos y jurídicos, la autorización de Competencia y la compañía presente el plan de mejora de la competitividad que ha estado negociando con los comités de empresa» concluye la firma. Según esos comités de empresa, la negociación se ha estancado y aún no hay acuerdo.