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El plan integral contra el topillo destruye huras en 113 municipios

El grupo de trabajo interadministrativo confirma que se está actuando en «las zonas prioritarias»

Carnero preside la reunión del grupo de trabajo interadministrativo para la lucha contra el topillo.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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«El Grupo de Trabajo Interadministrativo de Colaboración en Lucha Integral contra el Topillo Campesino está actuando de manera contundente contra el repunte poblacional de este roedor». Así se expresó ayer el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, antes de asegurar que las medidas que se han puesto en marcha han permitido trabajar en 113 municipios y sobre 2.000 kilómetros de reservorios y vías de dispersión en las provincias de Palencia, Valladolid, León, Zamora y Burgos.

Un «pionero» plan que contribuye a destruir las huras del topillo campesino. Y es que, tal y como comentó, la lucha para acabar con esta plaga es un «asunto complejo» por la rápida capacidad de reproducción del roedor, la diversidad de ecosistemas donde se reproduce y alimenta, los factores climáticos y la cubierta vegetal en reservorios y vías de dispersión. «La interacción entre todos estos condicionantes influye a la hora de gestionar una adecuada estrategia de lucha continua e integral», subrayó tras la reunión del Grupo de Trabajo de Seguimiento Interadministrativo de Colaboración en Lucha Integral contra el Topillo Campesino.

En este sentido, el vicepresidente y consejero de Transparencia, Francisco Igea, recordó que se han registrado 52 posibles casos de personas con tularemia, de los que 25 están confirmados. Al respecto, incidió en que en 2007 los pacientes se elevaron a «1.500», lo que, a su juicio, evidencia la diferencia de importancia en ambos casos.

Para evitar llegar a esta situación, se están llevando a cabo varias actuaciones, entre las que destaca el arado del suelo agrícola, con la meta de destruir huras y disminuir la población de topillos. A ésta se suman las recomendaciones a la hora de manejar los forrajes y alfalfas, el empleo del riego, la importancia del control biológico o qué pasos seguir tras la cosecha. También se ha puesto sobre aviso a los ayuntamientos más afectados.

Una hoja de ruta que, según remarcó Carnero, no se puede seguir sin la colaboración y la participación de las distintas administraciones. Por este motivo, manifestó que en cada encuentro que se lleva a cabo se fijan unos criterios de prioridad teniendo en cuenta el nivel de presencia del roedor en cada zona.

Otra medida que está teniendo «especial incidencia» es la lucha biológica. Se han colocado 1.500 cajas nidos para que se resguarden los rapaces. En esta línea, comentó que en aquellos municipios donde ha aumentado la presencia de rapaces se ha podido verificar una «disminución sustancial» del roedor. Sin embargo, el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, criticó esta medida el pasado viernes a la vez que afirmó que hay «una presencia masiva» de roedores en las zonas donde se encuentran estas cavidades artificiales. Y fue más allá, puesto que, dijo, se ha pasado por alto a las cigüeñas, los animales «que realmente limpian el campo de topillos».

Desde la Administración autonómica se han lanzado una serie de consejos para que los propios agricultores puedan eliminar posibles reservorios. Uno de ellos es voltear la tierra a la mayor profundidad posible, lo que se está llevando a cabo en muchas tierras de labor de las zonas más afectadas, apuntó el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. No obstante, Dujo expuso que ahora mismo es «imposible» arar por la falta de lluvias, si bien, insistió el presidente regional de Asaja, el pasado invierno ha sido una de las temporadas «que más se ha realizado esta práctica». El resto de medidas se centran en el manejo tras la cosecha en las parcelas de forrajes y alfalfas y en tierras con riegos.

Los agricultores no están de acuerdo con las pautas de la Administración regional. Quieren buscar otras alternativas para acabar con la plaga cuando todavía sea un foco. El primer paso sería entrar en la Comisión de Roedores, formada por 20 expertos de universidades, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de miembros de la Consejería de Agricultura y Ganadería. También las organizaciones agrarias persiguen que la tularemia se convierta en enfermedad profesional y, por ende, los afectados reciban indemnizaciones. Sin olvidar, puntualizó Donaciano Dujo, que los profesionales del campo tengan compensaciones económicas por los daños que los roedores hacen en sus tierras. Exigió limpieza de las cunetas y linderas y un sistema de control permanente.

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