Urdangarín, un preso más

El preso más conocido de España cumplió ayer un año como recluso en el Centro Penitenciario de Brieva, donde ingresó en el módulo reservado para los hombres en esta cárcel de mujeres, a las 8.00 de la mañana del 18 de julio de 2018, coincidiendo con el cambio de turno de los funcionarios de esta prisión situada a menos de diez kilómetros de Ávila.

Desde entonces, la vida de Iñaki Urdangarín ha girado, como deportista de élite que fue, en torno a la práctica deportiva, pero también a la lectura y a la religión, según han confirmado a este periódico fuentes penitenciarias.

Desde que ingresó en este centro penitenciario por el que también pasó en su momento Luis Roldán, las visitas familiares se han producido con discreción, especialmente las de su mujer, Cristina de Borbón, que según las mismas fuentes, le suele visitar muchos fines de semana. Incluso en alguno de ellos, dos días seguidos.

Aunque sí hay imágenes de familiares próximos a Urdangarín accediendo al recinto por la puerta de visitas, no ha llegado a producirse hasta el momento la instantánea más buscada, con la hermana de Felipe VI accediendo a la prisión.

Según explicó ayer el subdelegado del Gobierno en Ávila, Arturo Barral, en el tiempo que lleva en Brieva, Urdangarín ha sido “un recluso más”, que se está comportando “correctamente”, a la espera de que a finales de año pueda disfrutar de su primer permiso penitenciario, antes de solicitar el tercer grado.

En los 365 días de reclusión, el cuñado del Rey ha tratado de pasar el tiempo haciendo deporte, leyendo y rezando, porque según aseguran las fuentes consultadas es “muy religioso”. De hecho, cuenta con una biblia que suele leer por las mañana y le visita regularmente el capellán de la cárcel.

Respecto a la actividad deportiva, desde hace dos meses aproximadamente, ha dejado de salir a realizar ejercicio al polideportivo del centro penitenciario, tal y como solía hacer desde que llegó, cuando las presas ya no estaban.

Una de las actividades que realiza es el ejercicio en la bicicleta estática de su propiedad que consiguió, después de que el pasado mes de diciembre, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid le autorizara a utilizarla.

Urdangarín recurrió a dicho juzgado, una vez que la prisión de Brieva le negó en septiembre la posibilidad de contar con este elemento deportivo; sin embargo, tres meses más tarde, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria revocó la decisión y le dio la razón.

El subdelegado del Gobierno apuntó que el marido de Cristina de Borbón “cumple su pena”», de acuerdo con la sentencia del Tribunal Supremo que le condenó a cinco años y diez meses de prisión por el caso Nóos.

Arturo Barral dijo no tener conocimiento de “ninguna nota en contra del señor Urdangarín» o de que «se hubiera podido iniciar algún tipo de procedimiento en contra de él». Por ello, añadió, se trata de «un recluso que está cumpliendo su condena como el resto de presos que están en la cárcel».