Una delicia redonda con historia

Es conocido y reconocido a nivel nacional e internacional. El Queso Zamorano es sinónimo de tradición. Cada bocado recuerda el buen hacer de maestros que no olvidan la tradición y la dejan patente en cada una de sus creaciones, que se diferencian de otras que existen en el mercado por la leche que utilizan procedente de las razas churra y castellana y los pastos.

Respecto a sus características sensoriales, Francisca Huerta, secretaria de la denominación de origen, recuerda que es de color marfil, con tono más oscuro para los quesos curados. Tiene ojos pequeños repartidos por toda la masa, olor limpio y sabor equilibrado en sal y acidez. Eso sí, puntualiza que en los curados pueden aparecer toques de miel, frutos secos y especias.

Un producto protegido desde mayo de 1993 que ampara bajo su paraguas a ocho empresas. Todas alimentan a los castellanos y leoneses pero también llegan a los habitantes de rincones como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Emiratos Árabes y Japón. Su calidad y personalidad abre las puertas de medio mundo y hace que la provincia zamorana se conozca en la mesa internacional.

Francisca Huerta sostiene que el premio es un reconocimiento a 25 años de trabajo de los sectores implicados, productor y elaborador, que cada día se esfuerzan para que todo marche mejor. «Es una motivación para seguir haciendo bien las cosas», afirma y añade es un premio «a la tradición y a la historia».