Diario de Valladolid

PICOS DE EUROPA

Al quebrantahuesos le gusta Caín

Un proyecto europeo impulsa la vuelta de estos animales en peligro de extinción a los Picos de Europa / 20 especies, dos de ellas reproductoras, habitan desde hace cinco años el Primer Parque Nacional de España, que este año cumple un siglo / El siguiente paso es crear «un corredor natural» desde la Cordillera Cantábrica a la Sierra de Gredos que restablezca la población original que llegó a haber en Castilla y León

Gerardo Báguena, director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, traslada un ejemplar al veterinario.-EL MUNDO

Gerardo Báguena, director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, traslada un ejemplar al veterinario.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Sus hábitats preferidos son altas montañas con paredes escarpadas y espacios abiertos. El quebrantahuesos es el único animal que se alimenta sólo de huesos. Una especie que alcanza los tres metros de envergadura y es capaz de lanzar a una gran distancia su sustento para romperlo contra las rocas y así poder ingerirlo. Un ritual demasiado peculiar para pasar desapercibido. Sin embargo, los seres humanos no deberían inmiscuirse en su rutina, ya que el también conocido como buitre barbudo es un ave muy exigente y cualquier alteración puede afectar a su puesta.

Y es que el principal problema de estos pájaros siempre ha sido el hombre. Sí, gentes que vieron en ellos tesoros a su alcance gracias a las armas de fuego. Escopetazos que borraron de un plumazo su belleza. No fue la única causa. Los cebos envenenados para lobos también mermaron el censo. Hasta mediados del siglo XX se podía ver a esta espectacular carroñera en la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central y las sierras del sur de España. El último ejemplar de quebrantahuesos de Picos de Europa murió en 1956 a manos de un cazador. Por suerte, el animal no se borró definitivamente del mapa. Quedó un pequeño reducto en los Pirineos. Ahora, con la ayuda del hombre, está volviendo al Primer Parque Nacional de España, que este año cumple un siglo.

El proceso se inició en los 80 años, cuando la Unión Europa empezó a crear marcos de protección para la fauna salvaje contra la muerte directa o indirecta por parte de furtivos. «Con el quebrantahuesos se llegó a tiempo», reconoce Gerardo Báguena, director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, quien lamenta que el bucardo no corrió la misma suerte y en el 2000 se extinguió del mundo tras morir los ejemplares que campaban a sus anchas por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

La peculiaridad del buitre barbudo es su alimentación. Es verdad que no tiene competencia porque nadie quiere huesos pero, por otro lado, para localizarlos depende de la presencia de ganado de pastoreo o rumiantes. «Si los pastores desaparecen, esta especie tiene problemas», apunta. Por este motivo, manifiesta que existe una evolución muy interesante de todas las civilizaciones pastoriles de Europa, desde Grecia hasta España, y de los quebrantahuesos. «Son considerados aliados porque se comen hasta el último resto de un animal muerto».

De hecho, asegura que los seres humanos no existirían si los buitres no eliminaran vacas, ovejas o cabras muertas por enfermedad en menos de tres horas. En este sentido, Báguena informa de que, por ejemplo, en Holanda no cuentan con este «ciclo perfecto de la naturaleza» y las administraciones tienen que gastar miles de euros en retirar e incinerar especies muertas en el campo, puesto que son importantes focos de bacterias, peligrosos para la sociedad.

El objetivo del programa Life que impulsa la vuelta del quebrantahuesos a Picos de Europa es lograr que este ave salga de su reducto pirenaico. Una iniciativa bonita pero con dificultades. Es una especie, según destaca, dependiente de sus iguales, es decir, necesita un hogar donde tenga comida, y un hábitat adecuado pero también donde vea animales como él.

El periplo de este equipo de profesionales comienza recuperando huevos de nidos que tienden a fracasar por vientos, tormentas, inundaciones, usurpaciones de otras especies, ubicaciones complicadas... Cuando detectan esa situación especialistas de montaña del Gobierno de Aragón o de la Guardia Civil descienden el nido y rescatan el embrión para, a continuación, trasladarlo a un centro de cría que tiene la fundación en Zaragoza, donde nacen los pequeños quebrantahuesos con un peso aproximado de 130 gramos.

El siguiente paso es convertir ese pájaro joven en una especie fuerte que pueda vivir en libertad sin miedos ni carencias. Para llegar a buen puerto este equipo especializado en incubación ha puesto en marcha un programa llamado Cría de Impronta Natural, importado de Estados Unidos y Argentina, que consiste en reproducir en cautividad unas condiciones prácticamente iguales a las que tendría si estuviera en las altas montañas. Cuentan con unos señuelos a tamaño real de látex y silicona que hacen las veces de padres del quebrantahuesos. Ellos cubren todas sus necesidades alimentarias y afectivas. Todo el proceso tutelado por un grupo de biólogos y veterinarios vigila y pauta cada uno de los pasos, eso sí, en la sombra. La cría nunca puede detectarlos. De ahí que, como pasa en las salas de interrogatorio, todo se ve y se oye a través de espejos polarizados. «El nido artificial tiene lana de oveja y ramas», matiza.

A los 40 días viajan al Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido, donde la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos tiene una jaula de aclimatación en medio de un comedero de estos carroñeros. «Nuestras crías están en cautividad pero cuando se asoman por la ventana ven una estructura social. Aprenden de sus iguales». A los 90 días se desplazan a Picos de Europa donde están un mes más en semilibertad hasta que se abre la jaula y salen. A partir de ese momento, señala Gerardo Báguena, es cuando podemos comprobar si el proceso de cría y las condiciones de Picos de Europa son favorables para que se establezcan en esta zona.

Desde que emprenden el vuelo y durante cuatro años todos los buitres barbudos portan un sistema de teledetección en una mochila a sus espaldas anclada al cuerpo con un arnés, que chiva a sus cuidadores el lugar donde están con un margen de error «de 20 a 50 metros». Una baliza que también les informa de su muerte. «En un proyecto de reintroducción, al menos, los primeros años se calcula que la tasa de mortalidad será elevada», expone y añade que en el caso del quebrantahuesos las cifras son halagüeñas, ya que la supervivencia supera el 78% y en trabajos similares está en el 50%.

El proyecto finaliza este año y desde 2013 se han liberado 20 quebrantahuesos, dos de ellos ya son reproductores. Animales que en invierno prefieren moverse por las zonas montañosas con menos nieve, sin embargo, en verano les encanta campar a sus anchas por Posada de Valdeón, Caín y Oseja de Sajambre. Tres lugares que conquistan a esta especie por su naturaleza, su ganadería y su temperatura estival.

La reintroducción de este pájaro tan peculiar en estas montañas capaces de competir con Suiza por su belleza insuperable es el primer paso de un proyecto más ambicioso, pendiente de aprobación por parte de la Unión Europea, que busca crear «un corredor natural» desde la Cordillera Cantábrica hasta la Sierra de Gredos que restablezca la población original que llegó a haber en Castilla y León. Si reciben el visto bueno tienen pensando poner en marcha diferentes iniciativas de perfil social, educativo y científico para crear «un núcleo reproductor estable» formado por un número de animales que no puede ser inferior a 30.

En su opinión, Gredos aporta al territorio peninsular una población de cabras montesas que ronda las 10.000, un «tesoro» desde el punto de vista agroalimentario porque es «un soporte natural» con el que se puede dar de comer a los carroñeros. A esto se une la regulación de la caza, lo que hace que los humanos no disparen sin control en las montañas. Estos pájaros desaparecieron de la sierra principal del Sistema Central a principios del siglo XX. Báguena está convencido de que se adaptarán a la perfección con la población que habita este enclave, ya que «no es una especie conflictiva». La idea es hacer lo mismo que en Picos de Europa o, en otras palabras, soltar pollos para que se instalen allí y críen. Para ver sobrevolar a quebrantahuesos por estos lares habrá que esperar, al menos, hasta el próximo año. La resolución europea está prevista que llegue en octubre. El ‘sí’ está cerca, no obstante, no hay que lanzar las campanas al vuelo.

En esta línea, admite que existe «preocupación» porque si se pierde la especie en España se extingue en el mundo. Además, agrega que no se trata de introducir una especie nueva sino de volver a llevar a unos animales que hace años habitaron y fueron el sello de calidad de estos territorios. «Extinguir especies es más fácil que recuperarlas», asegura antes de dejar claro que el proceso es «lento, complejo y requiere de un esfuerzo extraordinario» de un conjunto de actores que va desde la propia administración, organizaciones sin ánimo de lucro, agricultores y ganaderos. «Ocupan un hueco que antes no ocupaba nadie».

El director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos agradece al Gobierno de Aragón su colaboración «altruista» para recuperar esta especie extinta. Son ellos los que ceden embriones, los cuales son incubados en el centro de cría de Zaragoza para que más tarde puedan hacer de Picos de Europa su hogar. Matiza que el quebrantahuesos llegó a lo que se conoce como «cuello de botella» en el momento en el que su población se redujo a 30-40 parejas reproductoras. Cabe resaltar que para que una especie se considere lejos del umbral de riesgo tiene que haber unas 500 parejas reproductoras. Por debajo de esa cifra se habla de «estimadamente amenazada».

Una técnica piloto sustentada en los pilares de la innovación y el desarrollo sostenible ha dado con la clave para recuperar un animal único que también supone la recuperación del entorno natural. Una bocanada de aire fresco para el buitre más barbudo. Y es que su casa desde hace 60 años han sido los Pirineos, pero si hubiera una enfermedad fuerte en esta cordillera montañosa podrían desaparecer prácticamente todas las parejas. De ahí que Picos de Europa garantice la supervivencia y la cría. Un hábitat conocido por sus antepasados que ayudará a reforzar las estrategias de conservación que se han aplicado con éxito hasta ahora. Una buena noticia para el quebrantahuesos, un animal que se ha especializado de tal forma que basa su dieta casi exclusivamente en los huesos.

En el Primer Parque Nacional convivirá con el urogallo, en serio peligro de extinción, con apenas una decena de machos censados. En el suelo el rebeco, afectado en los últimos años por una epidemia de sarna, presenta un censo de 4.500 ejemplares, la mayor población de la Cornisa Cantábrica. El oso tiene cada vez más presencia, sin olvidar dos oseznos que nacieron hace un lustro. Compañeros en un paraje que sopla 100 velas ante el reto de conciliar la sostenibilidad con la economía.

De tres metros y con el plumaje naranja

Ornitología. El quebrantahuesos es un ave rapaz que se caracteriza por tener tres metros de envergadura y un plumaje naranja. No es normal avistar uno de estos animales, ya que es una especie en peligro de extinción en el mundo. Sin embargo, en Picos de Europa desde el año 2013 sobrevuelan 20 ejemplares notablemente distintos de otros carroñeros. El también conocido como buitre de las ovejas tiene barba y se alimenta de restos óseos. Para ello se deja caer por zonas rocosas con piedras afiladas. Otra peculiaridad es que son invencibles en el aire: descargan golpes fuertes sobre su adversario con el extremo de su ala. Muchos secretos que los turistas del Primer Parque Nacional de España pueden descubrir este verano si la suerte está de su lado. 

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