Un negocio próspero de venta de componentes con esencia de mujer

Irrumpió con fuerza y pulso firme en la posguerra. España estaba dividida en dos. Rota de dolor pero aún así María Concepción Sáenz se aferró a la vida. Su mirada siempre fue la de una joven que quería comerse el mundo a pesar de las circunstancias adversas. Con 14 años decidió no seguir el periplo que su familia había escrito para ella. Abandonó sus estudios de comercio para ayudar a su padre en el establecimiento de venta de componentes y piezas que abrió en la calle Doctrinos.

En esta tienda Conchita –como la gusta que le llamen sus amigos– se forjó como empresaria. Su mente no paraba de volar y de proponer ideas nuevas que pudo aplicar a partir de 1982, cuando cogió el timón de Sáenz Suministros Industriales. Hoy en día, a sus 86 años, sigue dando órdenes. Es la consejera delegada de una empresa de 12 trabajadores que no para de crecer. La crónica de su vida es la de una mujer que transmite sus sensaciones, estados anímicos, sueños... a la par que explora y se conoce a sí misma. Reconoce que a sus años le hace «mucha ilusión» recibir el Cecale de Oro 2017. De hecho, no sabe si se lo merece. Razones sobran.

Admite que «nunca» se ha sentido menospreciada por el hecho de ser mujer. Todo lo contrario. «La gente me cuidaba mucho y siempre estaba pendiente de mí». Será porque con su trabajo y saber hacer conquistó al mundo y, sobre todo, demostró su valía en los tiempos convulsos donde las mujeres jugaban un papel secundario. Siempre se rodeó del compromiso, servicio y asesoramiento técnico. Y en la actualidad lo sigue haciendo. Hace tiempo pasó el testigo a sus hijos, María Concepción y Gonzalo Tamariz, no obstante, ella es el pilar.

Ella fue la que mantuvo el barco a flote cuando iba a contracorriente a gran velocidad. Se adaptó a las exigencias del mercado, mejoró y creció. Un ejemplo de valentía y constancia que está impreso en cada uno de los metros de esta compañía del polígono de San Cristóbal que se ha consolidado, diversificando la gama de producto y en continua formación con la meta de dar el mejor soporte posible a los procesos de fabricación adaptándose a sus necesidades.

Un pequeño negocio con mucho futuro que empezó abasteciendo poleas, cadenas, rodamientos y correas a los talleres de Valladolid y ahora, guiado por la innovación y comprometido con el medio ambiente, es el distribuidor oficial de las principales marcas del sector.