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La crisis económica y el cierre de fronteras hunden las adopciones

El año pasado sólo llegaron 27 niños de otros países, frente a los más de 200 que lo hacían hace una década / Desde 2015 hay más adopciones nacionales,34 en 2017, que internacionales

-EL MUNDO

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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El año pasado llegaron a Castilla y León 27 niños procedentes de otros países. En 2016 habían sido 21, pero ese mínimo incremento no puede atribuirse a un repunte de las adopciones internacionales sino a una puntual resolución de más expedientes. La realidad es que estos acogimientos llevan una década en caída libre. Basta recordar la cifra de 2006, cuando fueron 256 los menores extranjeros adoptados. En 2007 bajaron a 203, en 2008 a 185...

Varios factores explican este desplome. Por un lado, el cerrojazo impuesto desde tres de los países donde más expedientes se gestionaban con éxito: China, Rusia y Ucrania.

En el caso del Gigante asiático, un cambio normativo en 2006 y el colapso administrativo por el aluvión de solicitudes desembocaron en el cierre de las fronteras en 2014. Desde entonces, sólo se tramitan adopciones a través del llamado ‘pasaje verde’, es decir, de menores con circunstancias especiales. Rusia oficialmente no ha cancelado las adopciones, pero la llegada de menores discurre a cuentagotas. En 2005, coincidiendo con la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en España, la federación rusa puso el coto al considerar que sería ‘un coladero’ para entregar niños a parejas homosexuales desde un país que proscribe esta orientación sexual. Y desde Ucrania, las gestiones quedaron suspendidas a partir de 2007 y 2008.

En otros tantos países, el aluvión de solicitudes también saturó los servicios de adopción, demorando los plazos para la entrega de menores, una tardanza que comenzó a desmoralizar a los solicitantes. También lo hizo la paralización de expedientes que ya estaban muy avanzados o los incrementos económicos para la tramitación (el coste de una adopción es muy variable, y puede oscilar entre los 12.000 y los 40.000 euros, según los casos).

Por otro lado, la mejora de los servicios sociales ha aliviado la lista de menores susceptibles de ser entregados en adopción, como es el caso de varios estados latinoamericanos. Mientras, las comunidades autónomas, en consonancia con el ministerio, cancelaron las tramitaciones desde territorios como Nepal o Etiopía por falta de garantías.

«Todo esto hay que sumarlo a otros factores, como la crisis económica o la mayor accesibilidad de otros métodos para tener hijos» por medios naturales, según explica Javier Álvarez-Ossorio, presidente de la Asociación Regional de Familias Adoptantes de Castilla y León (Arfacyl). «Ese cóctel de situaciones explica que en la actualidad la adopción internacional sea marginal y sólo sea posible para menores en situaciones de riesgo, niños mayores o grupos de hermanos», apostilla.

Hace una década, esta casuística en el extranjero provocó un trasvase de peticiones: comenzaron a crecer para la adopción nacional en detrimento de la internacional, que hasta entonces ofrecía tiempos de espera más cortos.

Así, las solicitudes para adoptar en España alcanzaron en los años 2010 y 2011 los mayores picos, rozando las 300 nuevas solicitudes anuales en Castilla y León. Luego, coincidiendo con los años más cruentos de la crisis económica, hubo un punto de inflexión, iniciándose el descenso. Los últimos seis años acumulan bajadas consecutivas, según los datos facilitados por la Consejería de Familia.

solicitudes: 103 vs 18

El año pasado se inscribieron 103 nuevas familias en la Comunidad para una adopción nacional. Mientras, para acoger a un niño extranjero apenas se registraron 18, una cifra que está a años luz de las 558 solicitudes contabilizadas en 2006.

La conjunción de todas estas circunstancias ha invertido la situación y desde hace tres ejercicios el número de niños entregados en adopción nacional supera ya los llegados por la vía internacional. El año pasado fueron 34 los menores de Castilla y León que encontraron su hogar definitivo.

De ellos, seis eran niños sin especial dificultad y otros 20 tenían alguna circunstancia de riesgo. Los ocho restantes presentaban necesidades especiales.

El tiempo de espera para niños sin especial dificultad sigue poniendo a prueba la paciencia de las familias: en 2012 rondaba los 4 años y 10 meses, en 2015 se elevó hasta los cinco años y desde 2016 supera el sexenio. Es decir, los últimos niños fueron asignados a familias que comenzaron los trámites en el año 2011.

En la actualidad, cerca de un millar de familias de Castilla y León está a la espera de una asignación.

En cuanto a los 27 niños procedentes del extranjero el año pasado, nueve llegaron de China y siete de Vietnam. Le siguen India (3), Etiopía y Filipinas (con dos menores desde cada país). Un niño llegó desde Rusia, República Dominicana, Burkina Faso y Bulgaria.

LA LARGA ESPERA DE LOS NIÑOS 'ESPECIALES'

Difícil búsqueda de un hogar . Al cierre de 2017 había 59 niños en Castilla y León a la espera de una familia, 22 más que un año antes. Todos ellos presentan circunstancias especiales, lo que complica la búsqueda de un hogar. Desde la Consejería de Familia constatan que «la mayoría de las familias solicitantes de adopción se ofrecen para niños sin especial dificultad» y de corta edad, «por lo que resulta especialmente difícil encontrar familias para menores con características de riesgo y especiales».

35 de riesgo o dificultad. De todos los niños que están en espera, 35 presentan alguna circunstancia considerada ‘de riesgo’ o con ‘determinada dificultad’. En este epígrafe se incluyen niños con antecedentes familiares relacionados con la salud (o aquellos cuya carga genética se desconoce), ser mayores de ocho años o formar parte de un grupo de hermanos, entre otros.

24 con necesidades especiales. Otros 24 niños aguardan una familia de adopción y presentan peculiaridades más complejas, como discapacidades o problemas de conducta.

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