La peor cosecha en décadas

Es necesario retrotraerse al año 1992 para encontrar un año tan «malo» para el campo en Castilla y León, con una importante reducción en los rendimientos y, por tanto, en las producciones. Incluso entonces, los datos de la cosecha de cereal de invierno fueron ligeramente superiores a los de esta campaña, en la que, según las cifras de la Consejería de Agricultura y Ganadería, la cosecha alcanza 2,6 millones de toneladas, una producción un 59% más baja que la media de los últimos cinco años -estimada en 6,3 millones- y un 65% menor a la de 2016 -con 7,6 millones-. Se trata del peor dato de toda la serie histórica conocida desde 1985, ya que en el 92 se rondaron los tres millones de toneladas.

Una circunstancia favorecida por una climatología adversa en forma de sequía, granizo y heladas tardías, que ha causado un auténtico desastre en el secano cerealista de la Comunidad, con provincias como Palencia, Salamanca y Ávila especialmente afectadas, con pérdidas de producción de un 64%, 68% y 71%, respectivamente.

Cifras negativas que se suman a la caída de los rendimientos medios esta campaña. De esta forma, Ávila y Salamanca no llegan a los 1.000 kilos por hectárea, mientras que Valladolid, Palencia, Zamora, León y Segovia, apenas mejoran muy ligeramente estos datos. Solo la provincia de Burgos, con 2.274 kilos por hectárea de rendimiento medio, y Soria, con 1.634, superan el valor regional cifrado en 1.418 kilos.

La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, reconoció ayer en la presentación de estos datos, en la provincia de Salamanca, la situación «complicada» que atraviesa el campo. La disminución de la producción y los precios situarán el valor de la cosecha en 450 millones de euros, una reducción en torno al 60% respecto a los últimos cinco años, o lo que es lo mismo, «550 millones menos este año».

Un escenario excepcional, con más de la mitad de la superficie de la Comunidad cosechada, en el que Marcos volvió a defender el «importante» paquete de medidas urgentes de apoyo al sector puesto en marcha por la administración autonómica. Un Plan de 145 millones de euros de dinero público, que junto al adelanto del 70% de las ayudas directas de la PAC, a partir de mediados de octubre, generará, según la Junta, una inyección de liquidez para los agricultores y ganaderos de 2.000 millones de euros.

La responsable de Agricultura insistió ayer en apoyar la política de seguros como la medida que permite «mayor garantía» ante este tipo de situaciones. «No podemos influir en la meteorología, manifestó, pero sí trabajar en una política estructural que haga los seguros agrarios «más atractivos» para el sector. No hay que olvidar que la mitad de los agricultores de Castilla y León no cuenta con seguro -solo el 47% lo tiene-. Y además, existe una gran desigualdad por provincias, con niveles de aseguramiento que van del 22% de Ávila al 83% en la provincia de Soria.

El objetivo, matizó, es que «el 100% de los agricultores lo tenga», y que los profesionales «estén cubiertos» ante futuras adversidades. Todo ello, sin obviar la Comisión de Seguimiento puesta en marcha desde la Consejería para estudiar todas las ayudas vinculadas a la sequía, y las diferentes «casuísticas» que puedan producirse.

Los datos constatan una caída de la producción y también de la superficie esta campaña. La superficie de cereal de invierno en Castilla y León bajó un 4% respecto a 2016, pasando de 1.909.056 hectáreas a 1.830.518 este año. El trigo blando sigue siendo desde el año 2014 el cereal predominante en la Comunidad, con 851.194 hectáreas, frente a la cebada, con 781.143, a la que sigue ganado terreno en los últimos años. Una coyuntura que desde la administración autonómica achacan a los «mejores» precios y los mayores rendimientos del trigo.

La sequía ha causado verdaderos estragos esta campaña en el campo de Castilla y León. Por cultivos, y según datos de la administración autonómica, es destacable la afección en la cebada, con unos rendimientos medios de 1.200 kilos por hectárea y un descenso del 62% respecto a la media de los cinco últimos años. En trigo blando, los rendimientos medios son de unos 1.700 kilos por hectárea y la caída es del 54% en relación con ese mismo periodo.

PRECIOS

Aunque desde la Junta explican cómo los precios de los cereales en Castilla y León han iniciado una tendencia de crecimiento desde enero de este año, situándose a un nivel similar al que tenían en 2015, la realidad es que el sector sigue denunciando la existencia de unos valores «todavía bajos», para compensar los gastos de las explotaciones. La horquilla se mueve en estos momentos entre 177 y 180 euros la tonelada, según las organizaciones agrarias.

En la última semana de cotización, los precios medios de los cereales subieron en los mercados mayoristas, a excepción del maíz, según los datos de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España, Accoe. Todo ello, en un mercado que está influenciado por la meteorología, ahora, por ejemplo, pendientes del tiempo en EEUU y de una nueva ola de calor. Y también, de cómo puede influir la última decisión del Consejo de la Unión Europea que permite la llegada de cereales desde Ucrania, junto a otros productos, sin aranceles. Una medida que entrará en vigor a partir de septiembre y se extenderá por un periodo de tres años.

Estamos, por tanto, ante un mercado global, al que en nada va a afectar o condicionar las condiciones de sequía extrema de España y Castilla y León, y las bajas producciones que los profesionales obtendrán esta campaña.

ASAJA, LA ALIANZA UPA-COAG Y UCCL PIDEN AYUDAS DIRECTAS

Los datos «desastrosos» de la cosecha de este año servían ayer a las organizaciones profesionales agrarias para volver a insistir en la «necesaria» articulación de ayudas directas para el campo. Un actuación que consideran «crucial» en estos momentos para abordar la próxima sementera, y que reclamaron de nuevo a la administración autonómica.

El coordinador regional de la Alianza UPA-COAG, Aurelio González, subrayó ayer que con los rendimientos actuales «no se podrá pagar ni la mitad de los gastos». «El año va a ser muy largo, especialmente para los que tienen que seguir amortizando préstamos», como ponía de manifiesto el responsable regional de la Unión de Campesinos, UCCL, Jesús Manuel González Palacín. Por eso, tienen claro que las medidas adoptadas hasta ahora por parte del Ministerio y de la Junta son «insuficientes» para atajar esta «ruina».

Así lo cree el presidente de ASAJA en Castilla y León, Donaciano Dujo, que advierte que este va a ser «un año criminal» no solo para el secano, sino también para el regadío, que ha visto como los gastos debido a la sequía se han incrementado de manera considerable. Las Opas piden a la Consejería de Agricultura que «tome conciencia» de la situación, más allá de los seguros.