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Los más reacios a romper el matrimonio

Los expertos achacan la caída del 8% en las disoluciones matrimoniales a la incertidumbre económica / 12 solicitudes al día en la región

Publicado por
Mar Peláez

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Los abogados matrimonialistas en Castilla y León no tienen demasiado agobio, al menos comparándolos con sus colegas de otras autonomías. Y es que la Comunidad volvió a registrar el pasado año la tasa de disoluciones matrimoniales mas baja del país. Y bajando.

Los castellanos y leoneses tan sólo presentaron 1,9 demandas de disolución del matrimonio por cada 1.000 habitantes, mientras que sólo un año antes se alcanzaron las 2 por cada mil. La Comunidad se sitúa así lejos de las 2,6 por cada mil españoles, y mucho más alejada de Valencia, donde se presentaron 2,9 por cada mil.

Según la estadística del Consejo General del Poder Judicial, dada ayer a conocer, se tramitaron cada día en la Comunidad 12 solicitudes ante los juzgados para disolver el matrimonio, ya sea mediante divorcio o separación. Eso supuso un total de 4.669 procesos.

Representa una bajada del 8,07% en un año (410 menos), sólo unas décimas menos que en España, lo que confirma que los castellanos y leoneses por tercer año consecutivo huyen cada vez más de romper la unión.

Para Jaime Sanz, especialista en este tipo de procesos, la razón del descenso tiene un nombre: «el miedo». «La incertidumbre económica aún existente genera incertidumbre personal», subraya, por lo que las parejas, ante esta situación de inseguridad, se lo piensan mucho más a la hora de dar el paso y adoptar una decisión sobre su futuro. «Siempre ocurre así». «Si despiden a mi cónyuge, cómo me pasará la pensión. Si me echan a mí, de qué voy a vivir», explica Sanz, para quien los datos evidencian «miedo, miedo y miedo».

Pero ¿por qué Castilla y León se sitúa a la cola de España en divorcios y en separaciones? Para Sanz, la clave está en que los castellanos y leoneses son «muy conservadores», pero también influye, a su juicio, el grado de formación de sus habitantes. «Toman las decisiones guiados más por su cabeza que por su corazón», apostilla.

Y un último elemento para entender los datos: la escasa población en pueblos y ciudades que disuade de tomar la decisión por «miedo a tener que dar explicaciones e incluso a encontrarse a sus exsuegros». No influye, por tanto, la elevada edad de la población castellana y leonesa, ya que, según asegura, los divorcios se producen de media a los diez años de casados, es decir sobre los 45 y los 55 años. ‘Ganan’ los divorcios, ‘pierden’ las separaciones. Durante el pasado año se presentaron en los juzgados de Castilla y León 4.412 demandas de divorcio, frente a 257 demandas de separación.

Ambas modalidades experimentaron una disminución el pasado año, más elevada en los divorcios. Según los datos oficiales, el número de divorcios cayó un 8,1%, mientras que las separaciones lo hicieron un 7,9%. En cualquier caso, para los expertos, las separaciones tienden a desaparecer, ya que antes era requisito imprescindible para presentar el divorcio, y ahora no lo es. Castilla y León se comportó, en este sentido, diferente a como lo hizo España. En el conjunto del país se observa que cayeron más las separaciones, un -11,5%, que los divorcios un -7,6%.

¿Y se ponen de acuerdo los cónyuges a la hora de firmar el definitivo acuerdo de divorcio? La estadística del CGPJ pone en evidencia que son los divorcios contenciosos, aquellos en los que no logran ponerse de acuerdo entre los dos, los que bajan en mayor medida. No sólo son menos en número (1.783) que los de mutuo acuerdo (2.629), sino que disminuyeron un 9,95% en 2016, mientras que en aquellos en los que las partes dieron su aprobación disminuyó un 6,77%.

Una vez más «el tema económico puro y duro» está detrás de esa evolución. En palabras de Sanz, «cuando es de mutuo acuerdo, se requiere un solo procurador y un solo abogado para los dos, lo que reduce costes». A esto se añade que este tipo de divorcios se resuelven en mes y medio (frente al año y medio de los juicios contenciosos), sin necesidad de ir a juicio y de someter a los niños a un informe psicosocial. Hay, en definitiva, menos costes y «menos desgaste psicológico», apostilla.

A todos estos datos hay que añadir que a lo largo de 2016 se registraron en Castilla y León exclusivamente ocho nulidades matrimoniales. Fue una más que un año antes, lo que representa en términos porcentuales un aumento del 14,3%, que contrasta con la caída del 26,4% anotada a nivel de España. Para aquellas parejas que no están casadas y sí tienen hijos, los juzgados adoptaron 1.458 medidas de guardia, custodia y alimentos, un 3,4% menos que en 2015. Mientras las medidas consensuadas aumentaron un 3,6%, las no consensuadas bajaron un 7,8%.

Los datos por provincias

Valladolid . La ciudad, por población, encabeza el número de disoluciones matrimoniales. A lo largo del año pasado, se presentaron en los juzgados vallisoletanos un global de 1.160 solicitudes, de las que un 94% pedían el divorcio.

Soria . En la capital, se registraron un total de 142 solicitudes.

Ávila . La ciudad figura a la cabeza de las provincias castellanas y leonesas donde se imponen en mayor medida los divorcios frente a las separaciones. De los 267 procesos iniciados, un 97,4% tenía como objetivo la ruptura definitiva del matrimonio.

León . Esta provincia está en el extremo contrario que Ávila. En el 93,3% de los casos, lo que se requería era el divorcio.

Zamora . En la provincia se presentaron 261 solicitudes.

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