Eduardo Baamonde: "Tiene que haber expectativas para atraer a la gente joven"

Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, consideró que Castilla y León tiene oportunidades y debe hacer «una apuesta decidida». «Se está recuperando, pero el cambio no se consigue de la noche a la mañana», aseguró.

En este sentido, manifestó que «tiene que haber expectativas para atraer a la gente joven». En su opinión, el éxito no depende solo de los recursos naturales, sino de «la capacidad» para aprovechar las fortalezas de la tierra.

Centró su intervención en el congreso SomosCyL organizado por este periódico en el sector agroalimentario. Manifestó que «hay camino por recorrer» ya que, aunque se están haciendo las cosas «bien» en vino y en turismo, las oportunidades están fuera de España.

Con esa premisa, Baamonde consideró que tanto las pequeñas empresas como las multinacionales tienen que colaborar y establecer sinergias. Por ello, apostó por la transferencia del conocimiento. «La crisis nos ha enseñado que vivimos en un entorno global y que todo puede cambiar en poco tiempo», expuso, antes de añadir que lo fundamental es tener capacidad de reacción para afrontar el futuro.

Para el presidente de Cajamar, la clave está en «el intercambio de experiencias» e «imitar» al mejor, puesto que esos dos bastones imprimen una «mayor velocidad» en el cambio.

El conocimiento es, a su juicio, otro aliado hacia el éxito. Baamonde explicó que éste debe residir tanto en los empresarios que tienen que marcarse un objetivo y decidir «en qué liga quieren jugar», como en los técnicos, que deben tomar decisiones no tanto teniendo en cuenta el presente, sino de cara al futuro.

Explicó que Castilla y León tiene que «creer en sí misma» para avanzar. Puso como ejemplo la experiencia de su entidad bancaria en Levante. «Hace 50 años en Almería no había nada y eso, junto con las nuevas tecnologías y el conocimiento, ha sido la clave del éxito». Un éxito que, tal y como explicó, está en «defender lo que tenemos» y arriesgar.

Baamonde insistió en apostar por «la economía colaborativa» y «no depender» de las decisiones de otros porque así «somos dueños de nuestro futuro». Y que para innovar, dijo, se necesitan dimensiones que las empresas castellanas y leoneses no tienen. «Generar confianza y a partir de ahí, ganar en competitividad».

Durante su exposición, entonó el mea culpa a la hora de detectar el talento en las entidades bancarias. «Sabemos interpretar un balance, pero no tenemos las herramientas para saber si unos emprendedores van a triunfar», lamentó Eduardo Baamonde, antes de poner de deberes a la banca: «Tenemos que reinventarnos y anticiparnos a los acontecimientos». «En el futuro, la solvencia de las empresas se va a medir por el inmovilizado», apostilló. Eso sí, habló de «grandes alianzas» entre bancos para luchar contra el cibercrimen y el desarrollo de nuevas pasarelas de pagos.

El presidente de Cajamar concluyó que el futuro de la economía se basa en tres conceptos: «conocimiento, confianza y colaboración». Un trío de ases que hará que los empresarios tomen decisiones «acertadas» para la buena marcha de sus negocios. Negocios que, según desgranó, se dividen en dos tipos. Por un lado, los que optan por reforzar su eficiencia. Por otro, aquellos que quieren ir más allá y no saben hacer algo pero buscan a aquellas personas que sí que saben hacerlo. «El valor añadido se centra en los últimos eslabones de la cadena», zanjó.