Diario de Valladolid

POLÍTICA

La política heterodoxa que conquistó a Herrera

La hasta ahora ‘número dos’ del Ejecutivo autonómico, portavoz y consejera de Empleo siempre ha transitado por la política de Castilla y León de la mano del presidente de la Comunidad, el único político ‘popular’ al que profesa fidelidad

Juan Vicente Herrera levanta el brazo de Rosa Valdeón, en una imagen de archivo-ICAL

Juan Vicente Herrera levanta el brazo de Rosa Valdeón, en una imagen de archivo-ICAL

Publicado por
María R. Mayor

Creado:

Actualizado:

Esto de la vida pública tiene su punto cruel. Es lo que acaba de sufrir en sus carnes Rosa Valdeón, que, en tres días tres, ha pasado del encumbramiento al desprestigio. El pasado miércoles, la vicepresidenta de la Junta recibía felicitaciones de propios y extraños por haber sido la primera en cuestionar el nombramiento, finalmente frustrado, del ex ministro Soria para un cargo en el Banco Mundial. Ayer, el resultado de un control de alcoholemia acabó de un plumazo con la brillante carrera de esta política heterodoxa que conquistó la voluntad del presidente Herrera con su apuesta social.

En el pecado lleva la penitencia esta toresana que siempre ha querido anteponer la ética a la disciplina, o el pragmatismo del ejercicio partidista. A fuerza de ser coherente consigo misma y hacia los demás, se ha despedido de forma abrupta de la primera fila política por un error que, aunque privado, no ha podido desligar de lo público. Atrás deja una retahíla de cargos pasados y presentes en las filas del Partido Popular y en las administraciones públicas, por los que siempre ha transitado de la mano de Juan Vicente Herrera, su principal valedor y el único al que profesa fidelidad, como ella misma ha manifestado en más de una ocasión.

Cuando el presidente de la Junta deshojaba la margarita de su investidura para el quinto mandato, tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones de mayo de 2015, el nombre de Valdeón era la apuesta más firme para un relevo que no se llegó a producir. Las apuestas no fallaron cuando la situaron de ‘número dos’ del nuevo Ejecutivo regional surgido de aquellas elecciones. Rosa Valdeón asumió entonces la Vicepresidencia, la Portavocía de la Junta y la Consejería de Empleo. Logró así un poder solo asimilable al que tuvo en su momento otra vicepresidenta, la soriana María Jesús Ruiz. Esta última presidía la comisión de secretarios, pero desempeñó una consejería de menos peso, como es la de Medio Ambiente. Valdeón se quedó sin el control de la comisión, pero se hizo con el área de empleo. En este departamento, desgajado de Economía, se encontró con el reto de combatir la elevada tasa de parados, pero también el caramelo del Diálogo Social, la joya de la corona del Gobierno Herrera.

Durante su etapa en la Consejería, el último presupuesto de la Junta destinó 300 millones a políticas de empleo, y en el Consejo del Diálogo Social salieron adelante, entre otros acuerdos, la reforma del Serla o el Plan de Empleo Local, cuestionado por algunos ayuntamientos. La reforma del Ecyl se ha quedado como asignatura pendiente.

Como número dos de la Junta, Rosa Valdeón se ha prodigado en actos públicos en sustitución del presidente, labor que acompañaba con la coordinación del día a día del trabajo de las consejerías. Entre sus competencias se encontró con otro caramelo, pero esta vez envenenado, cono es la Agenda de la Población o, dicho de otro modo, la coordinación de políticas para combatir la sangría de habitantes que vive Castilla y León.

Si en las anteriores funciones se ha desenvuelto con facilitad, más cuesta arriba ha llevado la Portavocía de la Junta. Ella misma reconocía a este periódico que el cargo le producía miedo escénico y, de hecho, ha sido su talón de Aquiles.

Donde más ha brillado la vicepresidenta ha sido en el ámbito social y, en este terreno, se ha ganado la consideración de verso suelto del PP. Pero antes de que sus desmarques de la ortodoxia popular dieran que hablar, empezó una carrera política que tuvo su punto de inflexión en la Alcaldía de Zamora.

En 1998, esta zamorana nacida en Toro en 1960, viuda y con dos hijos –más un niño saharaui en acogida–, llamó la atención de otro profesional de la Medicina como ella, José Antonio de Santiago Juárez, cuando Valdeón dirigía el Hospital salmantino de los Montalvos.

Con el actual consejero de la Presidencia como principal valedor, empezó en la Administración autonómica como jefa del Servicio territorial de Sanidad en Salamanca. No tardó ni un año en acceder a la Dirección General de Salud Pública de la Junta, con Carlos Fernández Carriedo como consejero de Sanidad. Era el primer Gobierno de Juan Vicente Herrera, con quien quedaría vinculada para el resto de su carrera política.

Con el nombre de Valdeón en mente, diseñó el presidente de la Junta la primera Consejería de Familia que tuvo el Ejecutivo autonómico. Ya con el acta de procuradora por Salamanca, Valdeón sacó adelante un departamento que se convirtió en «santo y seña» de las políticas sociales del PP, en palabras del propio Herrera. La nueva consejera, conocedora de la labor en la India de Vicente Ferrer, viajera en Etiopía y amiga del Pueblo Saharaui, daba el perfil para este cometido.

Fue precisamente su apoyo a las reivindicaciones de los saharauis lo que le llevó a protagonizar uno de sus enfrentamientos más sonados con el Gobierno central, en agosto de 2014. Valdeón, entonces alcaldesa de Zamora, fue retenida en El Aaiún cuando pretendía entrar en el Sáhara en misión humanitaria. No le dolieron prendas en denunciar el comportamiento de Marruecos y afirmar que el pueblo saharaui llevaba «37 años en el exilio y bajo represión», dejando en un brete al PP y al Gobierno de Mariano Rajoy. Su fama de outsider se incrementó con la polémica reforma de la Ley del Aborto de Ruiz Gallardón, contra la que se pronunció en más de una ocasión.

Aunque indisciplinada con su partido, siempre ha sido fiel a Herrera, incluso cuando la sacó del Ejecutivo para encomendarle la Alcaldía de Zamora, un cargo que desempeñó durante dos mandatos, el primero en minoría. En esos ocho años tuvo que lidiar con su enemigo íntimo, Fernando Martínez Maillo, presidente del partido, al que acusó en una entrevista con este periódico de haberle hecho la vida imposible. Hoy, Maíllo es el número 3 del PP nacional y Valdeón, todavía miembro de la Ejecutiva, además de vicesecretaria del partido en la Comunidad.

Era la favorita de Juan Vicente Herrera para sustituirle en el cargo. En los mentideros políticos se especulaba con que Rajoy nunca lo permitiría. Ayer, con su dimisión, Rosa Valdeón despejó una incógnita y reabrió el melón sucesorio.

tracking