Equiparar las tasas con la media española costaría 40M€ cada año

Las tasas de las universidades de Castilla y León se encuentran entre las más caras de España, sólo por detrás de Madrid yBarcelona. El consejero de Educación, Fernando Rey, recordó ayer que la Junta ha mostrado su «interés» por rebajar esos precios, pero sigue sin precisar fecha. Será «cuando se den las condiciones presupuestarias adecuadas», prometió el titular de Educación al dejar entrever que el abaratamiento del crédito aún tendrá que esperar, porque «estamos en un momento de recuperación, pero no entusiasta».

Lo que sí desveló es cuánto costaría a las arcas autonómicas contener las tasas que pagan los alumnos por matricularse en una universidad pública. «Equiparlas a la media del país supondría 40 millones de euros al año», indicó.

Con esta declaración de intenciones respondió el consejero de Educación a la pregunta de si la Junta trabaja para cambiar el actual modelo de financiación de estas instituciones, una demanda de los rectores en su aspiración por mejorar la autonomía económica.

El propio presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, recogió el guante al recordar que «está pendiente» un «cambio sustancial» del modelo de financiación. Esa reforma –continuó el jefe del Ejecutivo autonómico– «vinculará» la financiación con «los resultados» obtenidos por cada universidad en el cumplimiento de sus tres misiones (docencia, investigación y transferencia de conocimiento). En especial, Herrera conectó el reparto de fondos públicos con esta última labor, la de trasladar el conocimiento «a la sociedad y al tejido productivo».

Entretanto, para reforzar los recursos económicos de las universidades, el consejero de Educación apuntó a los fondos que ingresan estas instituciones por su labor investigadora. En este punto, Rey recordó el «esfuerzo» de la Junta en la convocatoria para proyectos de investigación aplicada, que ha pasado de 1,8 a seis millones de euros. Y aseveró que otra línea para investigación no aplicada inyectará la misma cuantía para garantizar un millón de euros al año.

En todo caso, emplazó a la comunidad universitaria a acudir allí «donde de verdad hay fondos» dedicados a la tarea investigadora, que son las convocatorias europeas y estatales. «Hemos observado que nuestro profesorado no acude a estas convocatorias en la proporción que debería, en comparación con el conjunto del sistema español», indicó.

Tanto el presidente Herrera como el consejero de Educación destacaron el «sistema saneado, equilibrado» de las cuentas universitarias «gracias al rigor y el esfuerzo de los equipos rectores». «Pero no nos conformamos», confesó Rey al precisar que el nuevo mapa de titulaciones en Castilla y León «apunta que requiere más fondos, pero también que se deben gastar mejor, porque a veces se van donde no deben».

También el jefe del Ejecutivo indicó que el «objetivo primordial» de la ordenación de la oferta «no es un ahorro económico, sino un mejor aprovechamiento de los recursos». «Configuraremos una oferta sostenible y de especialización inteligente para adelantarnos al futuro».

En la práctica, la limitación de nuevas titulaciones supondrá una contención del gasto en los próximos tres años. El consejero de Educación indicó que cada año de implantación de un nuevo grado conlleva un coste que puede variar entre uno y cinco millones de euros en el caso de las universidades públicas.

En todo caso, el funcionamiento de las universidades supone para la Comunidad 350 millones de euros sólo en gastos de personal, en una red compuesta por 4.500 profesores y 3.000 trabajadores en administración y servicios. En total, 85.000 alumnos están matriculados en alguno de los 97 centros universitarios ubicados en los 19 campus de las nueve universidades de la Comunidad.