Líder en médicos por paciente
Los facultativos de Atención Primaria tienen en proporción menos tarjetas sanitarias asignadas que los del resto del país / Castilla y León es la sexta que más dinero público por usuario dedica a la Sanidad
El contacto es estrecho y frecuente entre médico de cabecera y paciente, pese a tratarse de una comunidad tan dispersa. Los castellanos y leoneses acuden en más ocasiones que los de otras zonas del país al centro de salud o al consultorio médico; asisten a 7,9 consultas anuales, frente a una media nacional de 5,2 citas.
A esta elevada frecuencia de visitas se suma otro factor que favorece la proximidad entre profesional y usuario; que los facultativos de la Comunidad son los que, de media, tienen menos tarjetas sanitarias asignadas porque Sacyl cuenta con la mayor tasa de médicos y enfermeros de Atención Primaria por habitante. Ésta asciende a 1,1 médicos y 0,9 enfermeros por cada 1.000 ciudadanos, mientras que la tasa nacional se sitúa en 0,8 y 0,6, respectivamente.
Este cómputo autonómico conjuga dos realidades significativamente distintas: la elevada presión asistencial de los centros urbanos y el menor número de pacientes, pero más alejados, del medio rural.
El consejero de Sanidad, Antonio Sáez, presentó ayer los resultados del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2015. Este estudio revela que los recursos asistenciales de Atención Primaria de la Comunidad son superiores, en proporción, a los del conjunto del país.
En Castilla y León, ejercen más de 2.000 médicos y de 2.000 enfermeros de Atención Primaria, repartidos por 247 centros de salud y por más de 3.600 consultorios locales, que suponen el 36% de los que funcionan en España y representan una proporción cinco veces más elevada que el promedio nacional.
Este elevado número de centros se explica, de nuevo, por la dispersión; por el servicio prestado en algunos puntos del mapa autonómico en los que, aunque se proporciona cobertura a un número reducido de pacientes, éstos proceden de distintos municipios.
En la atención especializada los resultados son más homogéneos. Los centros hospitalarios de las nueve provincias disponen de recursos humanos similares (personal médico y de enfermería) a los de otras comunidades.
Sin embargo, una visión general desvela la alta aportación castellano y leonesa al Sistema Nacional de Salud. Mientras su población representa un 5,3% del total nacional, los recursos sanitarios tienen un mayor peso en el conjunto. Aporta el 6,25% de los médicos, el 5,8 de los profesionales de enfermería y su gasto sanitario representa el 5,97% del de España.
En este último aspecto, Castilla y León también destaca. Supera la media de gasto medio en Sanidad por habitante y se convierte en la sexta que más dinero público por usuario dedica a este ámbito. Unos datos que apoyarían el argumento esgrimido por la Junta para reclamar al Ministerio una financiación autonómica más justa: que el coste de prestar determinados servicios es mayor en una Comunidad envejecida, dispersa y despoblada como esta.
Descendiendo al detalle, Sacyl destina 1.346 euros por persona, el 6,3% de su PIB. Ambas cifras superan los 1.208 euros y el 5,4% del Producto Interior Bruto que registra el conjunto del país.
Para Sáez, tanto las cifras de personal y de frecuencia, como el de gasto sanitario público, aportan una información «relevante» de la prestación de la asistencia sanitaria, que evidencia que «el sistema autonómico ofrece unos recursos razonables para prestar una atención adecuada».
Respecto al análisis demográfico, la Comunidad obtiene datos enfrentados. En el lado de los indicadores favorables aparece el aumento de la esperanza de vida hasta los 84 años. En una década, éste indicador ha ganado 3,7 años, siendo el tercero mejor del ranking nacional.
Por contra, no se consigue frenar los fenómenos del envejecimiento y baja natalidad, que desde hace años suponen un lastre para esta tierra. Todo esto provoca que sea la Comunidad con mayor tasa de dependencia. Sáez reconoció que se trata de «un reto demográfico y asistencial al que se enfrentarán otras comunidades en las próximas décadas».
La mortalidad es, en general, más baja –un 7% menos– que en España, con 418 casos por 100.000 habitantes, frente a los 452,9 de la media de las autonomías.
Este apartado contiene datos positivos y negativos. Destaca por la baja incidencia de mortalidad por causas en las que la prevención desempeña un papel importante, como la cardiopatía isquémica, las enfermedades cerebrovasculares, el cáncer de pulmón o de mama.
Sin embargo, en el otro extremo está su punto negro, los accidentes de tráfico. Es la segunda Comunidad con mayor tasa de mortalidad por siniestros de tráfico.
El propio consejero aseguró que hay aspectos en los que se debe mejorar, desde el sobrepeso de la población a las plazas de hospital de día, que son inferiores en número al promedio del Sistema Nacional.
El estudio aborda, además, el sedentarismo, donde la Comunidad recibe un suspenso. Su tasa es de 49,6 % y la nacional, cinco puntos menos. En este sentido, Sáez abogó por activar medidas para favorecer los hábitos saludables.
El titular de Sanidad citó también la implantación de la receta electrónica, que en Castilla y León ha sido más tardía. El informe subraya que es la única Comunidad en la que falta que llegue a todas las oficinas de farmacia, y Sáez recordó lo anunciado hace semanas, que antes de que concluya el mes de julio concluirá este proceso. «Es un problema que ya está resuelto», señaló.
Respecto a la proporción de farmacias por habitante, se sitúa, de nuevo, por encima de la media, siendo la segunda comunidad con mayor número de oficinas por ciudadano.