La Junta retira la polémica exigencia de incluir productos de Tierra de Sabor en restaurantes

Ya no habrá productos de Tierra de Sabor por decreto en las cartas de restaurantes de la Comunidad y tampoco tendrán la obligación de ofrecer vinos de denominaciones de origen de Castilla y León.

La Consejería de Cultura y Turismo da un paso atrás y cede ante la polémica generada por su anterior borrador del decreto que regula los establecimientos de restauración en Castilla y León, en el que establecía unos requisitos ligados a los productos de esta tierra.

Después del revuelo causado hace un año entre parte del sector hostelero, la Junta modifica la redacción de la norma, que aún está en el horno, y retira la polémica exigencia de incluir materias primas amparadas bajo el paraguas de la marca Tierra de Sabor o de las 60 figuras de calidad con las que cuenta la Comunidad.

Esta imposición afectaba al 0,6% de los restaurantes autonómicos, una treintena de los más de 5.400 de las nueve provincias: los de lujo y primera (cinco y cuatro tenedores). Concernía, también, a los de cualquier categoría que decidieran «voluntariamente» especializarse en alguna de las nuevas figuras que crea.

Las medidas fueron muy criticadas por un sector de los empresarios castellanos y leoneses, principalmente leoneses, y por la oposición, entonces ejercida por PSOE y Grupo Mixto, que reclamó a la Junta que replanteara el texto omitiendo las imposiciones referentes a la procedencia de la materia prima.

Turismo defendió entonces que el restaurante que no quisiera realizar ningún cambio podría continuar igual, a pesar de la nueva normativa prevista, y que en la mayoría de los casos era una cuestión voluntaria. También esgrimió que otras comunidades, como Galicia, Valencia y La Rioja, fijaban ya cuotas a sus productos, desde alimentos hasta agua.

Pese a sus argumentos, después de mantener el proyecto ‘dormido’ un año, ha suprimido las condiciones más controvertidas.

El anterior proyecto obligaba a los establecimientos de lujo y primera a ofertar vinos de «como mínimo» cuatro denominaciones de Castilla y León y productos de Tierra de Sabor, de la que existen más de 4.400 referencias asociadas.

Sin embargo, en el actual, que aún está cocinándose y no se ha aprobado, esos requisitos se han sustituido por otros mucho más genéricos, que dejan a la elección del titular del negocio incluir o no materias primas autóctonas.

La nueva norma, a la que ha tenido acceso ELMUNDODECASTILLAYLEÓN, contempla simplemente que estos dos tipos de establecimientos deberán ahora contar con una selección de bebidas «suficiente» de la variedad de las denominaciones de origen nacionales «o de otros distintivos de calidad, entre ellas las de Castilla y León». Con los alimentos sucede lo mismo: pueden proceder de la Comunidad o no, siempre que tengan una «calidad reconocida».

El proyecto actual mantiene las categorías que existen (hasta 5 tenedores en restaurantes, una o dos tazas en cafeterías y una sola para bares) y añade la de salones de banquetes, que se caracteriza por servir comidas «a un público agrupado, a precio concertado, para ser consumidas en fecha y hora predeterminada».

Por primera vez, el decreto introduce la posibilidad de especializarse oficialmente y es en este ámbito es donde las exigencias eran mayores.

Según el borrador anterior, los negocios que optaran por especializarse tenían que utilizar en sus platos, «como mínimo, un 35% de productos de Castilla y León». Ahora ya no tienen ningún cupo establecido.

Un mismo establecimiento puede solicitar más de una especialización en función de su orientación hacia un producto u otro.

Los bares sólo podrán pasar a ser gastrobares (cocina de autor), pero los restaurantes pueden acceder a ser asadores (a base de asados de carne), mesones (cocina tradicional de la tierra y decoración rústica) y a dos figuras que se regulan oficialmente ahora por primera vez: restaurante micológico (carta a base de hongos silvestre) y restaurante bodega.

La novedad de este último reside en que debe ubicarse en las instalaciones de una bodega «que esté o haya estado dedicada a la elaboración y conservación del vino» y tiene que disponer de vino procedente directamente de la bodega.

Además de estos criterios propios de cada tipo, hay otros comunes, como el precio, que debe estar a la vista y está prohibido fijarlo en función de la cotización de los productos en el mercado.

Todos los restaurantes, salvo los de un tenedor, tienen que ofrecer su carta traducida en otros idiomas, y los de lujo y primera, además, en braille.

El borrador del nuevo decreto tiene fecha del 21 de diciembre de 2015 y supone una actualización de la Ley de Turismo de 1999.

El presidente de la Asociación de Hostelería de Castilla y León, Julián Duque, aseguró a este diario que «lo más importante es que sean productos de calidad y procedentes de Castilla yLeón».

Aunque reconoció que el anterior borrador era «demasiado exigente», Duque sí es partidario de que los hosteleros llenen la despensa con algunos productos autóctonos. En su opinión, la polémica fue «innecesaria» porque indicó que «sólo afectaba a muy pocos restaurantes y el 99% ya contaba con esos requisitos».