Castilla y León fortalece su sector lácteo

Garantizar el futuro del sector lácteo en Castilla y León y hacerle más fuerte. Este es el objetivo de la Estrategia rubricada ayer en la sede de Presidencia de la Junta, en defensa de la estabilidad del vacuno de leche.

Un Plan estructural, en forma de ‘Plataforma de Competitividad’, impulsado por la administración autonómica y al que se han adherido, sin fisuras, la industria, los productores y la distribución, superando «situaciones de desacuerdo», como destacaba el propio presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera. Un total de 37 adhesiones ratificadas por todo el sector en Castilla y León.

A diferencia de lo ocurrido en Madrid con el Acuerdo lácteo, la unidad de acción presidía la firma de este «pacto estructural» que, según Herrera, recoge el «compromiso» de todos los agentes en defensa de un sector «estratégico» en Castilla y León. El punto de partida, las 31 medidas específicas habilitadas, con un presupuesto de sesenta millones de euros para el próximo año.

El líder del Ejecutivo ponía de manifiesto, en este sentido, el «consenso sin precedentes» logrado en este pacto por la competitividad del sector lácteo, al tiempo que valoró la «generosidad y esfuerzo» de todos los eslabones de la cadena de valor.

Se han aparcado las diferencias y se han relegado también prioridades del sector hasta este momento, como el de fijar un precio mínimo de la leche para que los ganaderos cubran los costes de producción ( los 0, 34 euros por litro de leche). Un aspecto que no se olvida, pero que se pasa a una negociación posterior en aras de un acuerdo basado en la estabilidad del sector.

Castilla y León traslada de esta forma una «posición de comunidad» en defensa de los ganaderos de leche, y exhibe una «cultura de diálogo» que lleva, en este caso, a un sector golpeado por una dura crisis y fuertemente vinculado al territorio.

Se busca equilibrar la cadena de valor y eso quiere decir que todos los agentes tengan sus márgenes y beneficios, empezando por la «parte más débil», que es el productor.

Se ha definido, por tanto, la hoja de ruta de un Plan de futuro que tiene su base en el ‘Agrohorizonte 2020’, y que ahora la Consejería de Agricultura, de la mano de su titular, Milagros Marcos, tendrá que desarrollar con la ayuda de todo el sector al que ha logrado unir en torno a su futuro. Una tarea que no será fácil, ya que el trabajo no ha hecho más que empezar.

Herrera reconocía, en este sentido, que el acuerdo «no solucionará los problemas» de un sector sujeto a los vaivenes de un mercado globalizado. Aún así, el presidente de la Junta se mostraba rotundo al afirmar que «juntos seremos mucho más fuertes tanto hacia el interior como al exterior».

Una máxima que, a su juicio, define esta Estrategia para los próximos cuatro años, que tendrá continuidad con otros sectores de producción. Se parte, por tanto, de un diagnóstico común compartido entre toda la cadena, y se camina en la misma dirección. Ese es el reto definido en este momento.

El sector del vacuno de leche cuenta actualmente con 1.400 explotaciones ganaderas en Castilla y León frente a las 10.500 que tenía en el año 1.987. Genera 1.300 millones de euros y emplea a seis mil personas, unas cuatro mil en la industria láctea.

Castilla y León es la segunda comunidad autónoma en producción de leche de vaca, con un 13% de la producción nacional. Datos relevantes de un sector que ha avanzado en los últimos años en Castilla y León en «dimensionamiento y producción», y que mira al futuro con un planteamiento claro, expresado ayer por el presidente de la Junta: «a todos nos conviene caminar juntos».

En la mente de todos pesa una realidad: «ganadería que desaparece, ganadería que no vuelve», una sentencia repetida una y otra vez por el sector lácteo, y que se pretende paliar con este Plan de medidas a medio y largo plazo, que va más allá del pacto suscrito por el Ministerio.

Y es que todas las partes se han aplicado en señalar que el Acuerdo en Castilla y León, aun complementando las actuaciones comunitarias y nacionales, son algo más que medidas «coyunturales».

La prioridad se centra ahora, no solo en incrementar la produdción, sino también en que haya un reparto «equilibrado» de beneficios a lo largo de toda la cadena de valor.

La Consejería de Agricultura será la encargada de elaborar, con periodicidad trimestral, un informe con las actuaciones.