El Vaticano arresta al execónomo de Astorga por robar documentos

La expresión ‘intriga vaticana’ que se dedica, en memoria de los Borgia, al crimen de despacho grande con poca luz, cayó ayer de manera literal sobre la cabeza de Monseñor Lucio Ángel Vallejo. El sacerdote de 54 años, que fuera ecónomo de la diócesis de León, fue llamado hace dos años por el Papa Francisco para limpiar y poner orden el purgatorio económico heredado de Benedicto XVI. El sábado Vallejo fue arrestado bajo la acusación de filtrar documentos secretos a dos periodistas.

El Vaticano explicó en un comunicado que la Gendarmería comenzó hace varios meses una investigación «sobre la sustracción y difusión de documentos informativos y confidenciales», que desembocó con la llamada a declarar de dos personas, «el eclesiástico Monseñor Luis Ángel Vallejo Balda y la doctora Francesca Inmacolata Chaoqui».

De ambos se recuerda que fueron, respectivamente, secretario y miembro de la Cosea, la comisión para el estudio y la dirección en la organización de las estructuras económicas y administrativas de la Santa Sede, que el Papa instituyó en 2013 y que disolvió tras cumplir con las funciones que tenia encomendadas.

Tras los interrogatorios, la profesora fue puesta en libertad «por su colaboración». No así el religioso, que aún espera la decisión del Promotore de Giusticia, figura en el Vaticano se asimila a la Fiscalía.

El comunicado recuerda que la divulgación de documentos reservados es un delito penado por la ley del Estado del Vaticano y señala que, como ocurrió en el pasado, en este caso supone «una grave traición a la confianza del Papa Francisco» que, lejos de arrojar certeza y verdad, «genera confusión e interpretaciones confusas y tendenciosas».

Tal como señalaban ayer varios medios italianos, los documentos que presuntamente fueron sustraídos por Vallejo, se filtraron a dos periodistas para la redacción de dos libros que torpedean la línea de flotación de la fe en la limpieza de las finanzas del Vaticano.

Lo curioso del caso es que Vallejo fue llamado al Vaticano para limpiar esas cuentas tras el escándalo del Vatileaks, que muchos señalan como la auténtica razón de la renuncia del Papa Benedicto XVI, en un claro acto de confianza del nuevo Santo Padre que superaba, incluso, la renuencia de Francisco al Opus Dei, del que Vallejo es miembro.

Su prestigio le precedía para esa elección, sobre todo por el trabajo realizado en Astorga y su comarca. Riojano, se ordenó en esa diócesis en agosto de 1987, tras pasar primero por el seminario de Burgos. No le bastaron los estudios de Teología que allí cursó, sino que se doctoró en Teología por Salamanca mientras, además, conseguía la licenciatura de Derecho en la Universidad a Distancia. Su talento para la economía parecía venir de la ciencia infusa, pero se convirtió en incontestable.

A pesar de su capacidad intelectual y carisma, no eligió el camino fácil con la opción leonesa. Como ecónomo su labor rozó lo milagroso en las cuentas de una diócesis anclada en el pasado y que abandonó con sacerdotes familiarizados con las últimas tecnologías.

Con cada vez mayores responsabilidades en la administración de la Iglesia, comenzó y siguió, dada la escasez de vocaciones, con su labor a pie de calle o mejor, de pueblo: llevó 13 parroquias a la vez en La Cepeda.