CRISIS EN PODEMOS
Iglesias ordena cesar al procurador condenado por abusar de una niña
El secretario general de Podemos desautoriza a la dirección autonómica de Pablo Fernández, que inicialmente respaldó la continuidad de Pedro de Palacio con un «no le vamos a expulsar»
Del «no le vamos a expulsar» a la dimisión fulminante de procurador de Podemos, el burgalés Pedro de Palacio, condenado por abusar sexualmente de una niña de 5 años, apenas transcurrió media hora.
El tiempo que tardó el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en descolgar el teléfono, desautorizar a su dirección en Castilla y León, con su líder Pablo Fernández a la cabeza, y ordenar el cese o dimisión inmediata de quien también era su cabeza de lista al Congreso por Burgos en las generales del día 20.
A las 11.30 horas de ayer, el portavoz de Podemos en las Cortes de Castilla y León, Pablo Fernández, defendía la continuidad de Pedro de Palacio, en declaraciones a EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN, con un tajante «no le vamos a expulsar», pese a la condena que le impuso hace doce años, cuando el procurador burgalés tenía 17, el Juzgado de Menores de Bilbao, ratificada por la Audiencia Provincial, por abusar sexualmente de una niña de cinco años, que además era prima suya.
Pablo Fernández se escudaba a primera hora de la mañana en una supuesta carta de la menor que sufrió los abusos de Pedro de Palacio, en la que también supuestamente se defendía su inocencia, para dar su apoyo al procurador, además de asegurar que ya había cumplido su condena hace años.
«A raíz de la carta de esta chica no le vamos a expulsar porque la condena ya se ha cumplido y me remito a lo que dice en la carta», aseguraba en ese momento el líder de Podemos en Castilla y León, que incidía en su defensa de Pedro de Palacio: «Soy consciente de que esta situación es muy desagradable, que son hechos muy graves, pero la condena del tribunal ya está cumplida hace más de once años y los tratamientos terapéuticos sirven para algo. Cuando una persona comete un hecho punible y condenable, cumple su condena y no ha vuelto a cometer ningún delito, no puede quedar inhabilitado para cualquier ámbito».
Lo que también dejaba claro Pablo Fernández es que desconocía esta condena cuando Pedro de Palacio fue incluido en las listas autonómicas, aunque eso sí no llegó a manifestar con claridad que, de haberlo sabido, no le habría permitido ir en las listas. «El contexto habría sido distinto, no sé», puntualizaba en ese momento Fernández, para acto seguido volver a expresar su apoyo al procurador de Burgos: «A bote pronto creo que el cumplimiento de una condena de hace más de once años sí le habilita para tener una vida normal y ejercer en la política».
La llamada de Iglesias
Pero ese bote pronto se trunca media hora después. Es en torno a las doce del mediodía, según aclaran las fuentes consultadas por este periódico, cuando Pablo Iglesias descuelga el teléfono y llama a Pablo Fernández, al que desautoriza en su apoyo inicial y le ordena ese cese o dimisión inmediata de Pedro de Palacio como procurador, candidato al Congreso de los Diputados por Burgos y coordinador del partido morado en la provincia burgalesa, a la vista del revuelo creado tras conocerse la gravedad de la condena.
Dicho y hecho. A partir de la conversación entre el líder de la formación morada y Pablo Fernández es cuando Pedro de Palacio toma la decisión de dimitir de todos sus cargos, algo que le comunica telefónicamente al secretario autonómico y al propio Pablo Iglesias, que se la aceptan de inmediato.
Una dimisión que, al menos, fue solo de palabra, porque en el registro de las Cortes de Castilla y León no se recibió ningún escrito de dimisión por parte del procurador de Burgos, según confirmaron desde el propio Parlamento autonómico.
Sigue la defensa
Ni siquiera la dimisión, forzada por Iglesias, hizo que Pablo Fernández cambiara su discurso de defensa a Pedro de Palacio. El máximo responsable de Podemos en Castilla yLeón aseguraba que la dimisión «honra» al político burgalés, a la vez que tiraba del discurso que tanto llevan criticando al PP y al PSOE, ese que apela a que en política no todo vale o que todo lo ocurrido «políticamente le repugna» y también la utilización que se ha hecho de esa condena.
Tras confesarse «hundido personalmente», el líder de Podemos en Castilla y León confiaba en que este caso no perjudique la imagen de su partido ni tenga una incidencia en el resultado de la formación en las elecciones generales en la Comunidad.
A partir de aquí, el silencio. Ya en la tarde de ayer, Pablo Fernández aseguraba a este periódico que no iba a hacer declaración alguna y que se remitía al comunicado, de apenas nueve líneas, que acababa de remitir a los medios el todavía procurador condenado por abusar sexualmente de una niña de cinco años.