Pastor sigue sin aclarar plazos ni ritmo de ejecución de la A-11

En una jornada marcada por los manidos mensajes sobre la importancia de las comunicaciones para avanzar en la vertebración el territorio, la ministra de Fomento, Ana Pastor, no quiso aclarar ni los plazos de ejecución de la A-11 ni el ritmo al que se están ejecutando los trabajos en la provincia de Soria.

Después de que este periódico comprobara que la maquinaria sólo trabaja en las zonas de la autovía que son visibles desde la N-122 pero no hay movimientos de terreno en las que escapan a la vista de los conductores y viajeros, la responsable del Ejecutivo en la materia se limitó a subrayar en un acto en Salamanca que sí se están ejecutando los trabajos.

«Cuando yo llegué al Gobierno la A-11 estaba parada. Y más de 70 obras en España también lo estaban, pero este Gobierno y la ministra que habla es quienes ha retomado esas obras y hoy todas están en marcha», respondió visiblemente molesta por cuestionar que el departamento que dirige esté disimulando un ‘parón’ con algunos focos puntuales de actividad.

De hecho, la ministra concluyó su respuesta insistiendo en el mensaje de que la Autovía del Duero es «fundamental e importantísima para la vertebración de Castilla y León» aunque no especificara cuándo será una realidad tras los años de retraso que acumula en su ejecución. Y es que su construcción se anunció a principios de los 90 del siglo pasado.

Sin embargo, aunque Pastor informó en junio que se habían retomado las obras en un tramo de aproximadamente 50 kilómetros en la provincia soriana tras la paralización efectuada en 2010 por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, los trabajos son desiguales entre las zonas visibles desde la nacional y las escondidas al tránsito de vehículos.

Ejemplo de ello es el tramo entre Santiuste y la variante de El Burgo, donde la zona de curvas del despoblado de Velasco se caracteriza por canalizaciones de hormigón rodeadas de vegetación, tal y como constató un equipo de Diario de Soria. O la zona entre la variante de Langa y la de Aranda, donde sólo existe un turbo de hormigón construido hace años que ahora está rodeado de maleza.