Diario de Valladolid

Tráfico

Los radares que más sancionan están en León, Burgos y Salamanca

El dispositivo de la A-6 entre Ponferrada y Astorga, en la bajada de El Manzanal es el segundo que más multa del país / La Comunidad registra la quinta parte de los tramos negros de las carreteras

Los radares que más multan-Elaboración propia El Mundo Diario de Castilla y León

Los radares que más multan-Elaboración propia El Mundo Diario de Castilla y León

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Ismael Pérez

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No hay correlación lógica entre los tramos más peligrosos de las carreteras nacionales y la colocación de los radares de la Dirección General de Tráfico. Así lo denuncia la Asocación Europea de Automovilistas en un informe en el que recoge los 125 tramos más peligrosos de las carreteras españolas, aquellos en los que el índice de peligrosidad media, es decir, los que más accidentes con víctimas concentran respecto al volumen de tráfico, superan en más de diez veces el nivel medio, establecido en el nivel 10. De todos ellos, 24, casi uno de cada cinco, están en el territorio de Castilla y León.

Los controles de velocidad en la Comunidad se concentran, especialmente, en la A-6 en León. El del kilómetro 343, entre Astorga y Ponferrada, en la bajada del Manzanal, es el segundo que más multa del país, de acuerdo con datos de 50.000 automvilistas socios de la AEA. Los de la A-1, a la altura de Aranda de Duero, la A-66, en Calzada de Valduzinel, en Salamanca, y la CL-517, en Vitigudino, también en la provincia charra, están entre los 25 que más sancionan en España.

En el caso de los tramos negros, el ‘ranking’ lo abre la provincia de Salamanca, con el punto kilométrico 328 de la N-620, a la salida de Ciudad Rodrigo, como el sexto más peligroso de España, con un índice 52 veces superior a la media (528). En ese kilómetro se registraron tres víctimas en el periodo 2009-2013, el que analiza el informe, con una intensidad media de 311 vehículos al día.

Esa misma carretera concentra otros dos tramos en los kilómetro 263 –puesto 76º de la clasificación– y 273 –84ª –, a medio camino entre Salamanca y Ciudad Rodrigo. Es la provincia charra, con cinco tramos, una de las más conflictivas, solo superada por los seis de Burgos, donde destacan los problemas de la N-622 en los kilómetros 68, 71 y 76 –en todos los casos más allá del 80º puesto–, entre Lerma y la salida de la Autovía de Castilla a la altura de la localidad palentina de Quintana del Puente. En Palencia destaca, en el puesto 29º del país, 25,4 veces por encima de índice medio de peligrosidad, el kilómetro 115 de la N-611, al norte de Aguilar de Campoo.

Entre los 30 primeros también se encuentra el punto kilométrico 106 de la N-625, entre Riaño y Cantabria, 25 veces sobre la media. Precisamente León, con cinco tramos, es otra de las provincias destacadas en esta clasificación de dudoso honor.

Ninguno de estos puntos cuenta, sin embargo, con radares. De hecho, solo siete del millar de puntos de control que existen en España se encuentran en algunos de esos 125 tramos peligrosos. Una incoherencia que se repite en la Comunidad. «En Castilla y León hay muchísimos radares, pero ninguno en los lugares más peligrosos», denuncia el presidente de Automovilistas Europeos, Mario Arnaldo, que ve un claro afán recaudatorio.

«No criticamos su uso, sino que pedimos que se hagan con una finalidad de prevención y se señalicen», solicita. La DGT anunció hace más de un mes que todos los radares se harán públicos, algo que Arnaldo desea pero no termina de creerse.

La situación se repite en las autopistas de peaje. Castilla y León tiene cinco tramos entre los 40 más peligrosos del país, cuatro de ellos en León, y tres de ellos en la AP-66 que va hacia Asturias, concretamente en los kilómetros 116 –12º más peligroso de España–, 97 y 133. Entre los tres puntos 22 personas sufrieron accidentes entre 2009 y 2013. Los radares de esa autopista se concentran, sin embargo, en los kilómetro 140, 146, 160 y en el tramo entre el 99 y el 101.

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