Diario de Valladolid

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Una de las cajas de munición de Triana tenía el nombre de su padre

El ex comisario de Astorga y marido de la asesina confesa de Carrasco declara a la juez que desconocía de la existencia de esas balas, que aseguró ya no se usan, en casa de su hija

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Felipe Ramos
Valladolid

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La jueza del caso Carrasco llamó este martes por segunda vez a declarar al ex comisario de Astorga, Pablo Antonio Martínez, para que explicara por qué en su primera declaración aseguró que no sabía nada de las balas encontradas en la casa de su hija Triana Martínez, en prisión por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, y, sin embargo, una de esas cajas de munición tenía su nombre.

Martínez reconoció que era suya, pero se desmarcó de cómo llegó a manos de su hija. Aseguró que la munición es de 1980, explicó que se dejó de utilizar en 1983 y que está «descatalogada, ya no se utiliza» y sostuvo que no sabía que esas balas estuvieran en el piso de su hija.

Aunque reiteró que desconoce por qué han podido aparecer ahí, ofreció una posible hipótesis. Le pidió a la jueza que tuviera en cuenta que en su larga trayectoria profesional en el cuerpo de Policía ha tenido muchos destinos –como Vigo, Puerto de Santa María, Astorga, entre otros– y en algunos de ellos, señaló, no disponía de una taquilla para guardar sus pertenencias por lo que a menudo llevaba material de trabajo a casa.

En la declaración de Pablo Antonio Martínez no hubo ni una sola contradicción en cuanto al propio asesinato. Se ratificó en su declaración ante la juez que investiga el crimen de la presidenta de la Diputación y del PP de León, Isabel Carrasco, para insistir en que «nada» sabía de los supuestos planes de su mujer y asesina confesa de Carrasco, Montserrat González, y de su hija, Triana Martínez, que acabaron con la vida de la presidenta de la Diputación el pasado 12 de mayo.

En su nueva comparecencia como testigo ante la jueza del Juzgado de Instrucción número 4 de la capital leonesa, Sonia González, el ya ex comisario de Astorga, que fue destinado a Gijón días después del crimen, dijo que desconocía la procedencia de la munición aparecida en casa de su hija, durante el registro que se practicó la noche del crimen. Ni siquiera la insistencia del la magistrada sobre este asunto le hizo variar un ápice su declaración inicial.

La declaración duró aproximadamente una hora y en ningún momento estuvo presente ningún miembro del Ministerio Fiscal. Quien sí intervino fue la acusación particular. Mientras la jueza sólo le interrogó por la munición hallada, la acusación particular centró sus preguntas en las llamadas telefónicas realizadas el día del asesinato de Carrasco.

En eso tampoco dudó, y volvió a repetir lo mismo que sostuvo en su primera declaración como testigo que está recogida en el sumario del caso, es a la hora de asegurar que sí que le había llamado su hija, «pero la llamada se cortó».

Es más, según las fuentes consultadas por EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN, Pablo Antonio Martínez dijo a la jueza que sólo había alcanzado a oír a su hija «mi padre es compañero vuestro». Después reconoce que volvió a llamarla, pero ya no pudo contactar con ella.

Esta nueva declaración del marido de la asesina confesa de Isabel Carrasco y padre de Triana Martínez, ambas en prisión acusadas de asesinato, junto a la policía local, Raquel Gago, llega tres días antes del careo al que la titular del Juzgado de Instrucción número 4 tiene previsto someter el próximo viernes a las tres acusadas de matar a Isabel Carrasco la tarde del pasado 12 de mayo.

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