Ellen Swallow Richards fue la madre de la ingeniería ambiental. Margaret Hamilton resultó clave para que el Apolo 11 tocara por primera vez la luna hace cinco décadas. A Emily Warren Roebling los neoyorquinos le deben el puente de Brooklyn. Son ingenieras que cambiaron la historia y, sin embargo, sus nombres están silenciados en los libros de texto.
Esa invisibilidad del talento femenino en la ciencia, esa falta de referentes, no pocos estereotipos y una cultura empresarial masculinizada “han conducido, todavía hoy, a una disociación entre mujer y tecnología” de la que no es ajena la transición energética, como explica la directora general de la Fundación Naturgy, María Eugenia Coronado.
Tanto es así que el estudio ‘El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España’, publicado por Fundación Naturgy, en colaboración con el Instituto para la Transición Justa (ITJ), concluye que la brecha de participación de género es “profunda y persistente”, y “al ritmo de avance registrado en los diez últimos años, la paridad de género en el empleo de la transición energética tardaría 265 años en alcanzarse”.
Los datos hablan. En España, las mujeres ocupaban el 18,2% de los empleos vinculados a la transición energética.
“Son pocas aún, sí, pero estamos en el camino para romper esa brecha”
subraya María José Sánchez, directora de Recursos en Renovables, Nuevos Negocios e Innovación en Naturgy, partidaria de acelerar ese empuje y trabajar para visibilizar la labor de las mujeres en este campo.
La prueba está en la ingeniera Susana Cornejo, la química Alida Zamora y la graduada en ingeniería Violeta Aguado. Son claros ejemplos que demuestran que las energías renovables también se conjugan en femenino, ya que contradicen esta falta de presencia de la mujer en el sector. Las dos primeras llevan en él dos décadas. Violeta ha sido la última en incorporarse, pero todas han roto barreras y trabajan en Naturgy en Castilla y León: Susana, en el área de explotación de instalaciones renovables; Violeta y Alida, en el área de desarrollo de nuevos proyectos renovables.
Mujeres y ciencia
A la hora de matricularse, a ninguna le importó que las titulaciones STEM -ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- presenten una importante brecha de género. Quizás porque, como a Susana, no le gusta “poner etiquetas”. Quizás por el marcado “perfil analítico” de Alida o por el pragmatismo de Violeta, sabedora de que la ingeniería “puede ofrecer oportunidades laborales en sectores atractivos y de alta demanda”.
Esta seguridad en su elección se contrapone con las cifras que recoge el Ministerio de Educación y que apuntan que solo el 26% de los matriculados el pasado curso en carreras de la rama de la Ingeniería y la Arquitectura en Castilla y León tenían nombre femenino, cuando ellas son mayoría en las aulas universitarias de la Comunidad. Este desequilibrio, eso sí, se corrige en el caso de las titulaciones de Ciencias, donde sí hay paridad.
“Para estas tres profesionales de Naturgy en Castilla y León, la clave de por qué tan pocas mujeres escogen este tipo de titulaciones, y menos aún en Formación Profesional, está en los estereotipos, la falta de referentes, la masculinización de la empresa y una escasez de vocaciones STEM entre el colectivo. ”
“Se arrastra una historia en la que la tecnología en los ámbitos más industriales o de construcción ha estado muy masculinizada, lamenta Violeta, para quien eso “ha creado una serie de estereotipos que redundan en falta de vocaciones”. A esto se suma, en opinión de Alida, la falta de “referentes femeninos” que abran camino y sirvan de guía.
Coinciden en que el reto de la transición energética, es no prescindir de nadie y que las mujeres, como parte sustancial de la sociedad, tienen que jugar “un papel principal y activo”.
“La transición energética es tan exigente que la sociedad necesita todo el capital humano que pueda contribuir a que sea una realidad en el menor tiempo posible”, subraya Violeta, para quien es esencial que las mujeres “participen en el diseño, en la toma de decisiones, en su desarrollo y en su aprovechamiento”. También lo ve “imprescindible” Susana, porque “todas las personas aportan ideas y visiones diferentes”.
Segregación ocupacional
Estas tres profesionales son también la cara ‘b’ de un sector que tiende a ubicar a las mujeres en ocupaciones de carácter administrativo. Sus responsabilidades dentro de la compañía rebaten esa segregación ocupacional a la que alude el estudio de Fundación Naturgy y el ITJ, y que concluye que más del 44% de las mujeres ocupa puestos administrativos y solo el 24% de las mujeres alcanza un puesto técnico de alta cualificación.
“No creo que sea un sesgo diferenciador del sector; lo encontramos en todos los sectores y es algo que se arrastra de otras épocas”, contesta Susana. Esta opinión es compartida por Violeta, a quien su experiencia le dice que esta segregación es cada vez menor. De hecho, el área de Gestión Técnica de Proyectos de Naturgy está mayoritariamente formado por mujeres, igual que el departamento de Desarrollo de Castilla y León al que pertenece.
Ser mujer no ha condicionado, según aseguran, su elección educativa, ni limitado su acceso al mercado laboral en el sector energético, ni tampoco su desarrollo profesional dentro de la empresa, pero sí perciben que existe un techo de cristal que dificulta que más mujeres accedan a puestos directivos. “Debería ser un tema de valía, no de género”, manifiesta Susana.
Para Violeta, hay tres factores fundamentales que han podido desencadenar esa barrera del techo de cristal:
- la edad de los puestos directivos. “Al haber antes pocas mujeres con puestos técnicos, pocas son ahora las que tienen alto cargo”.
- la educación tradicional que lleva incluso hoy “a regalar a las niñas bebés de juguete mientras a los niños se les regala coches o juguetes de construcción, que puede llegar a derivar en un mayor interés por la industria”.
- la desigualdad en las tareas del hogar. “Aunque se está tratando de cambiar, venimos de una época en la que a la mujer le quedaba poco margen para el desarrollo de una carrera profesional o el desarrollo de una vocación”.
En cualquier caso, Violeta se muestra optimista. Piensa que el techo de cristal no es una barrera insalvable y que se romperá. Lo sabe bien Naturgy, de ahí que se haya marcado como objetivo contar “con un 40% de mujeres en puestos directivos y gerenciales en 2025”, señala la directora de Recursos en Renovables, Nuevos Negocios e Innovación.
Objetivos como este hacen que todas ellas sientan “orgullo” por trabajar en una compañía que ha sido reconocida como una de las más comprometidas con la visibilidad y promoción de la mujer por Intrama, al lograr el certificado ‘Best Women Talent Company 2023’. “Valoro muy positivamente formar parte de una compañía comprometida con la visibilidad y promoción de la mujer”, apostilla Alida, quien añade que se siente “una más dentro de un gran equipo que trata de aportar su mejor versión para contribuir positivamente en este momento de cambio”.
Sus experiencias personales las avalan para aconsejar a las futuras generaciones de mujeres que “confíen en ellas, en sus capacidades y valía”, tal y como recomienda Susana. Alida anima a que todas “luchen por aquello que sea una prioridad para ellas y que no tengan miedo en dudar o en equivocarse”. Mientras que Violeta va más allá y las invita a que elijan titulaciones STEM y apuesten por el sector energético, “clave para el desarrollo económico y social, y en constante evolución”.